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Star Wars: Episodio VIII, simplemente emocionante
Debo decir que Star Wars parece no tener nada nuevo que ofrecer, y a la vez, nos sigue entregando un producto (porque eso es, un producto, algo qué vender) bastante entretenido y emocionante. No sé qué tienen estas películas, pero nunca me decepcionan y a la vez se nota que hay pocos cambios, una y otra vez la misma historia.
No obstante, se atreve a darnos una nueva propuesta: hace preguntas y presenta a una nueva generación de héroes. El filme se dedica a hacer preguntas sobre lo que pensábamos o creíamos establecido en otras entregas, hay una exploración de nuevos y los viejos personajes.
Star Wars: The Last Jedi (2017) es la octava entrega de la épica saga de ciencia ficción, acción y aventura creada hace unos años por George Lucas. En esta ocasión es dirigida por Rian Johnson, conocido por piezas cinematográficas como Looper (2012) y The Brothers Bloom (2008).
La trama. Continuamos nuestra historia después de los eventos de Star Wars: The Force Awakens (2015), Rey (Daisy Ridley) encuentra a Luke Skywalker (Mark Hamill) y trata de convencerlo para que la entrene y ayude a los Rebeldes a luchar contra los nazis espaciales (mejor conocidos como la Primera Orden) quienes han encontrado a la princesa Leia (Carrie Fisher) y su grupo de forajidos; la siempre inacabada y chafa rebelión del espacio está en peligro y depende de nuestros personajes coleccionables salvar el día.
No me mal interpreten. La cinta es una pieza cinematográfica genial: genial dirección, genial audio, visuales, soundtrack, actuaciones. Mark Hamill es maravilloso, da una de las mejores entregas que he visto en mucho tiempo. Adam Driver como Kylo Ren es otra de las piezas clave en la trama de esta cinta que le da una fuerza y giro que vale la pena verse.
El diseño alienígena, todos los monstruos tienen un aire de zorros, es genial, hay nuevos personajes que son agradables a la vista y se nota que hay un departamento creativo detrás del director que tienen harta libertad.
Todo parece hecho a un nivel superior, como si esta saga cerrara el año de películas chatarra con una cena de comida chino/japonesa occidentalizada. No hay nutriente, tenemos harto azúcar, platillos favoritos como sushi y pollo agridulce, es lo mismo siempre que vamos y somos adictos a ella; conocemos su sabor mejor que a nosotros mismos. Es familiar y a la vez hemos crecido con ella.
Las secuencias de acción son grandes, emocionantes, bien coreografiadas, con una dirección y visión diferente, estilo película de samuráis y una un por qué para todo. Hay ciertos giros que mantienen la emoción y permiten a los personajes desenvolverse y no quedarse estancados.
A la vez, lamento decirles que sí, la nueva de Star Wars es una pieza maravillosa que tiene todo el espíritu de Carrie Fisher (que murió hace unos meses), buenos momentos, muchas buenas bromas, escenas sentimentales y una continuidad que sorprende, sin embargo, también la siento como si poco a poco personajes de nuestra infancia se despidieran.
Esta cinta es una puerta a nuevas generaciones que se emocionarán, amarán la nueva saga y comprenderán el poder de sus predecesoras, y a su vez, la fuerza me dice que parece una copia al carboncillo (con ligeros cambios que la hacen dar el gatazo para llamarse única) de la joya Star Wars: The Empire Strikes Back (Episodio 5, 1980). “Tomatoes/potatoes”.
¿Hay qué verla? Sí. Es una historia que desea contarnos algo nuevo, llena de acción emoción, buenos personajes y nos da continuidad sobre una historia que, desde hace mucho, mucho tiempo, en una galaxia muy lejana, se viene contando. La fuerza, definitivamente, es grande en ésta.
Hasta entonces saludos y recuerden, así como en la vida, todo pasa en el cine.