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Liga de la Justicia, un pegote de silicón con brillos

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La legendaria Liga de la Justicia se ha unido en los cines; las apuestas eran altas: ¿Sería buena o mala? ¿Apestaría como sus predecesoras? Pues lo respondo de una vez. La magna obra de DC, para armar su universo y competir contra el Universo Cinematográfico Marvel, es fiel a su tradición: un desastre en historia, con mucho efecto especial pedorro, guion que no cuaja, lleno de agujeros en la trama y harta acción, pero —y es un gran, gran, gran “pero”— cambiaron el tono y lograron una cinta divertida.

Sin embargo, no me adelantaré. Justice League (2017) es una película estadounidense de superhéroes, la quinta producción del Universo Extendido de DC Comics, y es dirigida en parte por Zack Snyder y luego por Joss Whedon.

La trama retoma la historia de Batman vs Superman (2016) y Suicide Squad (2016); tras la muerte de Superman (Henry Cavill), Batman (Ben Affleck) debe reclutar a un equipo de súper humanos (perdón, metahumanos) para enfrentar a un villano llamado Steppenwolf (tío del malvado Darkseid), blando y sin chiste —hecho por computadora— el malvado trata de ¿qué más? Conquistar el mundo (¡of course!). A este súper-duper equipo de los Súper Amigos se unirá Wonder Woman (Gal Gadot), The Flash (Ezra Miller), Aquaman (el también favorito de las damas, Jason Momoa) y Cyborg (Ray Fisher).

El ritmo del filme es así: exposición de personaje, pelea, exposición de historia, pelea, desarrollo de la historia general, pelea, diálogo, pelea; de esta manera se la llevan lo que da como resultado una buena película de comics: nada de contenido, acciones y narrativa sin sentido, forzada, mucho personaje por el cual sientes simpatía (por llamarse Batman, Wonder Woman o Superman) y mucha, mucha diversión para el amante, el hardcore fan del comic.

Algo diferente a otras entregas de este universo es que cada personaje tiene un cambio, un giro; de ser ultra dramáticos pasan a protagonistas iluminados con un tono simpático; hay cierta urgencia, no obstante, se dan el tiempo para tratar de iluminar el ambiente y eso vale en estas producciones que se habían vuelto melodramas sosos de superhéroes.

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Lo que nos lleva a las actuaciones, son decentes, tenemos tres ganadores del Oscar, Affleck, Jeremy Irons (como Alfred) y J.K. Simmons (Comisionado Gordon); todos los involucrados entregan un trabajo genial, a excepción del villano (voz de Ciarán Hinds), un ente que sólo existe para darle una continuidad a las siguientes películas que quieren vendernos los productores en años venideros. Éste es un detalle mayor, una cinta de héroes es tan buena como lo es su villano, llamémoslo: “el problema a resolver”. Sin un problema a resolver serio ni interesante tendremos una entrega débil y que no nos seduce ni interesa.

Otro elemento a criticar es su velocidad y desenfoque, es apresurada; debe contarnos de cuatro a seis historias, darnos muchos personajes, sus pensamientos, sentimientos y resolver el dilema central, dar un cierre a otras disyuntivas y presentarnos nuevos. Es un desastre (está por todas partes y ningún lugar) y se siente apresurada. Algo a tener en cuenta: se borraron ocho escenas que vemos en el tráiler que quizá hubieran dado continuidad a la narrativa.  

En efectos especiales es decente, parece que ves el videojuego de Injustice 2; a veces se nota lo falso, lo que llamo “el chicle que pega el traje” o “el silicón para pegar la cabeza del monstruo”; no es perfecto, no tiene una calidad superior como otras producciones (cof, Marvel), mas es difícil ser impecables en un universo donde todos los personajes son unos freaks y el tema queda en segundo plano al ser una cinta veloz que no deja apreciar los efectos.  

En el soundtrack hay un guiño genial y es que Danny Elfman estuvo involucrado en la música de la cinta cuando Hans Zimmer decidió no trabajar en el proyecto; por lo tanto, escucharemos trozos de la banda sonora de Batman de 1989, a su vez, también piezas de Wonder Woman (2017) y deliciosas partes de la clásica theme de Superman (1978) compuesta por John Williams, esos bocados musicales son maravillosos. 

En cinematografía no tengo nada que agregar, son pantallas verdes por doquier, el estilo Snyder, no hay nada que admirar.

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¿Vale la pena?

Justice Ligue, amigos y queridos lectores, es una cinta divertida, llena de acción y comedia; los chicos de DC ya supieron copiar la fórmula cinematográfica Marvel: crea a un equipo de inadaptados sociales (con dones que aseguran son una maldición que los hacen únicos y populares) se unen para pasar un buen rato y actuar preocupados, agrega un villano del cual ni te acordarás porque estás demasiado entretenido viendo a estos bufones patear traseros y crea un gancho para la siguiente película. Batman y Wonder Woman son buenos líderes, The Flash es un elemento cómico que vale verse.

¿La Liga pegó? Sí, es una de mis favoritas —con mayor calidad que sus predecesoras— de este relativamente nuevo universo que va floreciendo; aunque deben tratarla con cuidado porque el Resistol blanco que usaron es del barato y con brillitos. Véanla, estoy seguro se divertirán, la recordarán unos días y luego pasarán a la siguiente. No pierden nada con intentarlo.

Hasta entonces saludos y recuerde, así como en la vida, todo pasa en el cine. Escribe a japr02@hotmail.com

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