Cine
Llámenla por su nombre: No es Brokeback Mountain en Italia
Llámenla por su nombre…
Creo que éste no es el tipo de filme para su humilde crítico. No me malinterpreten; simplemente no me llegó. Comprendo que muchos lo adoren o digan “es una obra suprema”. Algunos la comparan con Brokeback Mountain (2005) —en Italia y con gente educada— o con God’s Own Country (o en español Tierra de Dios) (2017) de Francis Lee. Sin embargo, nos equivocamos.
Creo que tienen un elemento invariable, no obstante, las tres (y varias del género) presentan características que la hacen únicas e inolvidables, cada una cuenta una historia (digamos) diferente, un punto dramático y expresivo. Desgraciadamente, Call Me by Your Name (LLámame por tu nombre) (2018), con todo respeto al lector fácilmente ofendible, es para mí un viaje aburrido a una villa italiana con una familia ñoña y un romancillo apasionado de dos individuos infantiles e imposibles.
Lamento arruinarte la peli
Call Me by Your Name es un drama/romance gringo, italiano y francés del director Luca Guadagnino en el que actúan los geniales Armie Hammer, Timothée Chalamet, Michael Stuhlbarg, Amira Casar, Esther Garrel, Victoire Du Bois y está basado en la novela de 2007, del mismo nombre, de André Aciman.
La trama
En el verano de 1983 Oliver (Armie Hammer), un encantador académico estadounidense llega a una villita italiana donde un refinado —y ridículamente cultivado adolescente— Elio Perlman (Timothée Chalamet) y su familia vacacionan. Al conocerse construirán un fuerte lazo de amistad que cambiará sus vidas; uno encontrará el primer amor, el otro revivirá su juventud y pasión al verse reflejado en el chico. Esta unión prohibida los obligará a replantearse su lugar en el universo idílico (de ensueño, pues) y sin problemas en el que retozan.
Éste es un romance genialmente actuado; hay química entre los actores principales; tiene escenas de sexo que aumentan la tensión y la verdad sorprenden. Cada uno está en su papel de manera sincera, se sumergen en sus personajes lo que da un empujón maravilloso a la historia que toma su tiempo para desarrollarse y superar el reto: entretener y emocionar. No es floja, sí contradictoria en motivación, y vale la pena como una trama bien contada y actuada.
Por qué imposible y contradictoria
Lo que llamaría “la falla” no es lo imposible de la situación, son los imposibles personajes que plantea. Elio, un chico precoz que parece saberlo todo (excepto cómo amar, ja) y tenerlo todo, es un adolescente que nunca se planteó su sexualidad en un país donde en realidad no hay una persecución de la homosexualidad y los hombres (sensuales) pueden explorar lo que deseen. Hay plena libertad, incluso para él, de dejarse llevar y tener sexo con quien quiera. Es un adolescente inteligente y privilegiado, sin inconvenientes con la vida. Perdonen: no existe esa clase de joven y para él esto no debe ser nuevo en especial al ser un conocedor de la cultura romana y griega.
Por otro lado, tenemos a un académico adulto, extremadamente listo, increíble, guapo, popular a donde vaya y no tiene pareja, en un país (EUA) donde la exploración sexual es un tabú y a la vez está en boga, que se plantea y vive (sin tanto terror a la persecución) en una época loca y de cambios sociales.
Disculpen, pero ambos parecerían o deberían ser expertos en el tema, decir que ese “descubrimiento” no parece natural para ambos personajes; resulta que son pobres almas atormentadas que no entienden y tienen un maravilloso vínculo de “inocencia” que los une y hace entrañable su historia de amor. Eso es bobo.
Agregado a lo anterior —para que la trama funcione y siga adelante en la tragedia— aparece otro personaje sin desarrollo adecuado o presentación sólida y rompe el esquema para darle una palmada en la espalda a esta manipuladora historia de amor: el extraño, supercool e imposible papá progresista hipereducado de Elio, el señor Perlman. Él dice: no pasa nada hijo, aunque el adulto amigo de la familia, que trabaja para mí, te hizo cosas y daño emocionalmente, a ti un joven, un adolescente, no pasa nada, lo importante es que hagas cosas chidas en tu juventud y que aprendas a amar y dejar ir el dolor, porque mis papás no me dejaron cuando era chavito. “It´s okay”.
Estos personajes no me parecen reales ni sinceros; creo que es una historia manipuladora que le da lo que quiere a la audiencia meta: un sueño de amor, un deseo romántico cumplido y luego roto entre dos hombres guapos—educados, esculturales, amantes de la cultura clásica—que haga suspirar a los fácilmente impresionables y que suceda en un lugar romántico: Italia. Es una historia personal que podría pasar, sí, más no puedo apreciarla como real.
Una obra madura
La gente quiere darle simbolismos, entenderla a profundidad y está bien, adelante; no obstante, durante la cinta me estuve preguntando (porque sabía el final de antemano) ¿por qué en estos romances pasa lo mismo: siempre hay paisajes solitarios, únicos y melancólicos que estimulan a nuestros fácilmente inflamables héroes?, ¿dónde encuentro esos paisajes solitarios?, ¿cómo le hacen los personajes para encontrar un lugar bello y solitario que nadie más conoce ni frecuenta cuando está con su crush? Ver Call Me By Your Name me obligó a plantearme una promesa: debo irme de vacaciones a Italia. Algo saqué de ella.
No puedo negar que es la exploración de la sexualidad (vía arte grecorromano), juventud y sueños de verano; la búsqueda y descubrimiento de lo que se llama libertad encerrada entre las paredes de un sistema antiguo y del tabú, de lo prohibido; el primer amor y el reto de aceptar y vivir con la ruptura en un escenario plausible.
Un punto a su favor (y la respeto por ello) es que no exagera; no hay una tragedia dramática entre padre e hijo, ni tragicomedia de amantes; no se muestran prejuicios y mensajes directos sobre el tópico, no trata a su audiencia como niños tontos; expresa el tema de lo platónico, la amistad, homosexualidad y deseos de juventud desde un ángulo ¿maduro? Sí, es madura y por ello es superior. Su mensaje es directo y sin necesidad de explicárnoslo con manzanas.
¿Vale la pena verla?
Es una cinta bien hecha, “El cinema es un espejo de la libertad y un filtro”, dice un personaje en una escena clave. Eso es bello, su mensaje, exploración, arte, estilo y fotografía trata de plantear un viaje diferente, la hace única e inolvidable y eso vale oro… Lamento aceptar que no soy el adecuado para recibir su mensaje. Véanla y juzguen por ustedes, dense la oportunidad de llamarla por su nombre.
Hasta entonces saludos, y recuerden, así como en la vida todo pasa en el cine.