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El fin de la batalla del britpop
Por Salvador González Rico
La batalla del britpop durante la década de los 90 fue una causa que iba más allá de lo musical, Blur y Oasis fueron los protagonistas de la batalla que parecía no tener fin, pues ambas agrupaciones británicas pisaban los talones de la otra de diferente esencia, de diferente manera, entre ellos se golpeaban con el fin de poder determinar: quiénes eran los jefes del género.
Pero esta lucha va más allá del estudio de grabación y los escenarios, viene con más armas que unas guitarras y baterías, que letras profundas de superación o melancólicas.
Esta situación abarca desde las clases sociales, desde los espacios técnicos en los que se desarrollaron cada uno de los emblemáticos y a su vez extremos rockeros. Mientras Blur representaba la esencia de la clase media del sur de Inglaterra, Oasis representaba a los pobres del norte, su acento sus vivencias y por ende sus letras, mostraban aquí sus diferencias aunque su música tuviera un ritmo muy similar.
Desde su producción debut Leisure, Blur tuvo una gran acogida no solamente en la Gran Bretaña, sino en el mundo por los claroscuros que se identificaban en el álbum, marcajes de guitarras, seguidos de una poderosa y reforzada batería, referencias de sonido único que marcaban una pauta entre los ritmos que sus enemigos del norte tenían, donde la prioridad era una mezcla de ritmos musicales pegadizos y letras bastante profundas y características de superación, evaluación o protestas.
A Oasis le costó más tiempo llegar, no obstante lo hicieron para quedarse, pues en 1994, el mundo de la música vería una producción que no pudo llevar mejor nombre Definitely Maybe (Definitivamente puede ser), saldría disparada a los oídos del mundo, dejando paralizados a los melómanos de la época.
Blur y Oasis, siempre pelearon la cima
Tras esta etapa, Blur y Oasis, siempre pelearon la cima de la música británica durante más de una década y aunque los polémicos hermanos Gallagher, fundadores de Oasis, no habían declarado de manera directa ante sus colegas del sur, siempre que podían estos, daban algún roce, alguna polémica declaración con un mensaje entre líneas en contra de a banda de Damon Albarn.
Por parte de Blur, The Great Escape y 13, parecían cada vez ser mejores producciones, pero resultaban insuficientes ante los trabajos de Oasis, Morning Glory, Be Here Now, y Standing On The Shoulder, la batalla había llegado a una cúspide de clases sociales, por decirlo de alguna manera, se decía que el fanático de Blur, era el refinado, el melómano de un gusto más exigente, mientras que el de Oasis, era la comunidad popular, era la gente, la que estaba con ellos.
El punto de quiebre y declaración de guerra total se dice que ocurrió en una fiesta de músicos, donde el vocalista de Oasis, Liam Gallagher, se burló del cantante de Oasis; Damon Albarn, gritándole “Number 1, number 1”, en clara referencia a que el sencillo Some Might Say, de Oasis, alcanzara el primer lugar de popularidad en las listas británicas por encima de la obra de Blur.
La batalla tendría un picante especial cuando la gente de Blur adelantó la salida de su sencillo, Country House, una semana para que saliera el mismo día que el Roll With It, de Oasis, la expectativa para los ingleses fue tal que la cadena de comunicación BBC, fue la encargada de no solo dar a conocer el hecho, sino también de dar las cifras de popularidad de ambas obras de las bandas, con lo que se determinaría un ganador.
El victorioso
El victorioso de aquella batalla serían los sureños de Blur, Country House, vendió 274 mil copias, por 216 mil de Roll With It. La derrota calentó demasiado a los hermanos Gallagher, en especial a Liam, quien declaró que los integrantes de Blur, mantenían relaciones sexuales entre ellos y no tenían los tamaños suficientes para ser los número 1.
La guerra de los años 90
Esa guerra se extendió durante toda la década de los años 90 y hasta mediados de los años 2000, cuando la desaparición total de Oasis en el 2009.
La lucha que sostuvo Oasis y Blur benefició enormemente a los escuchas y fanáticos del género, pues ambas bandas se esforzaban y competían por tener un mejor material que el otro. Y pese a que en gustos hay rompimiento de géneros, algunos críticos musicales, ponen por encima a Oasis, sobretodo por el aspecto que generó más allá de la música creando un fenómeno llamado tal cual la “Oasismanía”.
Lo cierto es que hoy, en este 2018, poco o nada queda de esa rivalidad, con Oasis extinto y sin un regreso próximo a la vista debido a la pelea entre los hermanos Gallagher.
Unión
Con la última producción discográfica de Blur salida hace apenas 3 años y teniendo a Damon Albarn en sus proyectos alternos como la banda Gorillaz, y a Noel y Liam con sus carreras como solistas estrenando producciones apenas el año pasado, se pensaría que el fuego se extinguió, a esto habría que agregar la colaboración de Noel Gallagher en el tema We Got The Power, de la última colaboración de Gorillaz, donde Damon Albarn comentó que era un paso muy fuerte para el final de esa batalla.
Finalmente apenas hace algunos días en su visita a México el mayor de los hermanos Gallagher (Noel), confesó que solicitó que Damon Albarn colaborará en su último disco, Who Built The Moon, pero que los tiempos de ambos no pudieron ser y le gustaría que en un futuro colaborarán juntos.
Con esta guerra del Britpop que tuvo sus inicios en los años 90’s, los ganadores fueron los fanáticos de la música, ahora que 25 años después parece que está llegando a su fin parece ser que los ganadores podrían ser los mismos, pues las colaboraciones del cerebro de Oasis y Blur (Noel y Damon), presagian un banquete de calidad musical sin igual y un morbo nunca antes visto.
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¡Huy, qué miedo!
¡Huy, qué miedo!…
Monstruos, fantasmas, espectros, demonios, psicópatas y asesinos seriales, el catálogo del miedo es vasto. El cine, la televisión (y ahora el streaming) se han encargado de difundirlo y popularizarlo durante buena parte del Siglo 20 y lo que llevamos del 21.
Es la canción la que le ha dado un toque lúdico a lo que pretende ser aterrador. Te presentamos algunas piezas sonoras que se han encargado de darle encanto a relatos freak, paródicos y oscuros, y que hoy en día se ganaron un sitio en la categoría de clásicos.
“Banana Boat Song” / Harry Belafonte
El director Tim Burton recurrió al calypso de los años 50, en la voz de Harry Belafonte Jr. para ambientar su filme Beetlejuice (1988), la historia de un fantasma irreverente y mal portado (encarnado por Michael Keaton), que le hace la vida de cuadritos a dos fantasmas recién fallecidos y a una joven chica. Dos piezas de esta cinta se han vuelto emblemáticas, “Banana Boat Song” y “Jump In The Line”.
“The Munster Theme” / Los Straijackets
Compuesto por Jack Marshall, este tema instrumental sirvió de preámbulo a la serie televisiva que en México se tituló La Familia Monster (1964-1966) sobre una disfuncional familia de monstruos y vampiros. Los Straijackets hicieron suya la versión y le dieron un aire mucho más surf que la original.
“El Médico Brujo” / El Loco Valdez
Esta canción fue parte de la película Dos Fantasmas y Una Muchacha (1958), en la que participaron Germán Valdés “Tin Tan” y su hermano Manuel “El Loco” Valdés. Cabe destacar que la pieza, cantada por El Loco, se popularizó con los años y entró a varios recopilatorios. Los comediantes también hicieron otro filme con espectros cantarines, llamado Los Fantasmas Burlones (1963).
“Esto Es Halloween” / Elenco de El Extraño Mundo de Jack
Otro clásico del género, dirigido por Henry Selick y producido por Tim Burton, es la historia de The Nightmare Before Christmas (1993) –que en nuestro país tuvo el infame nombre de El Extraño Mundo de Jack—, filme animado en stop motion en donde Jack Skellington rey de Halloween Town decide hacerse con el control de la Navidad. La canción de apertura es contundente.
“Time Warp” / Elenco de The Rocky Horror Picture Show
The Rock Horror Picture Show hoy es considerada una película de culto por su estética, contenido y apuesta creativa. Este musical, que llegó primero al teatro como un tributo al cine de terror y ciencia ficción de serie B y que finalmente fue filmado en 1975 bajo la dirección de Jim Sharman, introdujo elementos de travestismo, sexualidad y personajes marginales. “Time Warp” es la canción insignia de esta cinta.
“Tubular Bells” / Mike Oldfield
Parte de una obra completa durante el apogeo del progresivo, del disco Tubular Bells (1973) del compositor y multiinstrumentista británico Mike Oldfield, este fragmento se hizo icónico al ser parte de la banda sonora del filme El Exorcista (1973) de William Friedkin, en el que una niña es poseída por el demonio Pazuzu.
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(JCS)
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Cuando la canción sangra
Cuando la canción sangra…
Fueron algunas de las noches más oscuras de la memoria histórica de la humanidad, en las que el poder usó la violencia de manera excesiva y autoritaria, en las que la sangre corrió y manchó el pavimento y eliminó, sólo temporalmente, las ansias de cambio y revolución. En México, esta semana se cumplen 50 años de la masacre a estudiantes realizada el 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco, pero aquí, al igual que en otras latitudes, la música ha sido uno de los escudos en contra del olvido y la irrelevancia, a favor de la justicia y la verdad histórica. He aquí algunos ejemplos:
“Antes de Que Nos Olviden” / Caifanes
Este tema es todo un himno para la generación que vivió su juventud en los años 90, pero además es el tributo que la banda Caifanes le rindió a los estudiantes caídos en la Plaza de las Tres Culturas el 2 de octubre de 1968, así como a otros grupos vulnerados por el Estado mexicano como los indígenas. Aquí una versión especial hecha por Saúl Hernández, Gran Sur, Meme y Torreblanca para los premios Ariel 2018. Otros proyectos nacionales como Maldita Vecindad, Panteón Rococo, El Tri u Óscar Chavez, han compuesto piezas dedicadas al movimiento del 68.
“Ari Im Sokhag” / Serj Tankian ft. Larisa Ryan
Tema oficial del filme 1915, dirigido por Garin Hovannisian, en el cual se habla del llamado Genocidio Armenio, evento durante el cual cerca de dos millones de armenios fueron deportados y masacrados por el gobierno de los Jóvenes Turcos del Imperio Otomano. Esta es una reversión de la composición original de Barsegh Kanachyan, hecha por Serj Tankian, vocalista de System of a Down.
Sunday Bloody Sunday / U2
En su disco War (1982), la banda irlandesa U2 creó un tema que hace referencia a los trágicos sucesos de la ciudad de Derry en Irlanda del Norte, el 30 de enero de 1972, cuando una protesta en contra de una ley para encerrar a sospechosos de terrorismo sin juicio – en medio del contexto del conflicto entre el IRA y el gobierno británico—, terminó con 14 muertos en lo que después fue llamado “Domingo Sangriento de 1972”.
“The Guns of Brixton” / Nouvelle Vague
Dentro del ya legendario álbum London Calling (1979), de la agrupación británica The Clash, venía este track de influencia reggae, cuya letra, compuesta por el bajista Paul Simonon, hace referencia a los disturbios callejeros de Brixton, motivados por la crisis económica y la represión de la policía. Bandas como Arcade Fire y Los Fabulosos Cadillacs han reversionado el tema, aquí te presentamos la versión de Nouvelle Vague.
“Yo Pisaré Las Calles Nuevamente” / Reincidentes
La banda sevillana de punk Reincidentes retomó este tema original del cantautor cubano Pablo Milanés que recuerda al golpe militar dado en contra de Salvador Allende en Chile el 11 de septiembre de 1973 y que a la postre, causaría miles de asesinatos y desapariciones atribuidos a la junta castrense que encabezó Augusto Pinochet.
“Papaotuai” / Stromaë
En los 90, la guerra en Ruanda trajo severas perdidas y muertes masivas, una masacre que contabiliza cerca de un millón de víctimas de la minoría Tutsi. Artistas como Gaël Faye o Stromaë han dedicado temas a esta tragedia en la que muchos de sus familiares estuvieron involucrados. En “Papaotuai”, Stromaë de origen belgo-ruandés recuerda a su padre, a quien perdió en este conflicto.
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Avisos mortuorios
El artista frente a la muerte…
Antonius Block: «Nadie puede vivir mirando a la muerte y sabiendo que camina hacia la nada».
Muerte: «La mayor parte de los hombres no piensa ni en la muerte ni en la nada».
Antonius Block: «Pero un día llegarán al borde de la vida y tendrán que enfrentarse a las tinieblas».
Muerte: «Sí, y cuándo llegan…».
Antonius Block: «Calla, ya sé lo que vas a decir».
«Confesión con la muerte»
El Séptimo Sello / Ingmar Bergman.
Por Oliver Zazueta
La conciencia de nuestra propia finitud es una de las constantes preocupaciones de los hombres que se entregan a la reflexión o de aquellos que han vivido alguna experiencia cercana, pero la mayoría de las veces, es un tema que en nuestra agitada cotidianidad preferimos evitar o en la era digital convertirlo en un acrónimo del goce y el hedonismo, porque YOLO.
Pero el artista frente a la muerte puede quizás tener algunas ventajas, más si el fatal encuentro con el extraño tipo alto y oscuro está a la vuelta de la esquina. Es en el predio de la creatividad, donde los autores pueden exorcizar sus demonios, ponerse heideggerianos, alimentar la curiosidad sobre lo que ocurre al atravesar el umbral o de plano acostumbrarse a la idea —según las creencias que ejerzan— de esfumarse y perderse en el abismo.
Curiosamente, algunos músicos —algunos leyendas, otros talentosos— en el último año, han sabido, por obra y gracia de la ciencia médica, que están por ser expulsados del mundo tangible.
La ventaja para nosotros, simples mortales, es que eso nos permite conocer, a través de su obra, las inmediaciones del destino de cada uno de los seres vivos de este planeta y porqué no, cuestionarnos sobre nuestra propia fragilidad.
Pau Dones, fundador de Jarabe de Palo, sabedor de que su cáncer estaba de vuelta se ha volcado a sincerarse en su propia música, y aunque en entrevistas afirma que la enfermedad no lo ha derrotado, es cierto que en «Humo», la canción a propósito, muestra una actitud dubitativa y un despojo tanto del miedo como de la fe.
«Humo»
Jarabe de Palo
David Bowie, por su parte, entregó una pieza de relojería sobre la inminencia de su fin en el LP de principios de 2016, Black Star. En su álbum lo mismo concede, como epitafio sonoro, un anhelo claro de libertad , que hace referencia a lo sombrío y al sufrimiento de la agonía vital a ritmo de free jazz y sonidos litúrgicos.
«Lazarus»
David Bowie
En el disco número 14 de su carrera, You Want It Darker, Leonard Cohen también tuvo la oportunidad de despedirse con reverencia de sombrero, —incluso dejó sendos avisos en un artículo en The New Yorker y en una carta a su amiga Marianne Ihlen—. Como en un juego de cartas, Cohen anuncia su salida de la partida y avisa que está listo para lo siguiente. El réquiem lo mismo rebosa de góspel, vals y country en tonos de decadencia.
«You Want it Darker»
Leonard Cohen
«I’m ready My Lord» confiesa el poeta canadiense en su mensaje, logrando conectar la resignación a la esperanza, latente en muchas almas humanas, ese anhelo de la perpetuación de la conciencia o de nuevas estadías espirituales. Ellos se nos adelantaron, pero haríamos bien, de vez en cuando, de preguntarnos que hay después del precipicio, pues como nos advierte Lester Burnham, el fatídico personaje de Belleza Americana (1999), quizás llegado el momento, podríamos estar muy molestos por lo sucedido o mejor, aceptar la belleza del mundo y sentir gratitud por cada sencillo momento de nuestra estúpida y pequeña vida. Algún día lo sabremos.