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Un árbol, un hoyo, una historia

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La fotoperiodista, Rita Leistner, realiza una inmersión total al mundo de los plantadores de árboles en zonas de reforestación del oeste canadiense.

Un sembrador de árboles en Canadá come al menos el doble de una persona promedio, pues quema alrededor de 8 mil calorías por día, esto es lo equivalente a correr 2.5 maratones; la mayoría de ellos son jóvenes, hombres y mujeres, menores de 30 años, estudiantes de clase media-baja, algunos son personas que buscan un desafío físico y que les interesa vivir un tiempo en comunidades no convencionales. Otros son personas que pueden pasar mucho tiempo en parajes solitarios, con mucho tiempo para pensar sobre sí mismos.

—Es como una especie de subcultura, aunque la gente sabe que existe este oficio de plantar árboles, pero pocas personas entienden lo que es verdaderamente—, explica Rita Leistner, una fotoperiodista canadiense, originaria de Toronto, quien estuvo entre ellos por 14 años, primero como plantadora y luego documentando su vida.

Estamos en el estado de West British Columbia, es un ambiente frío pero visualmente majestuoso. Amplias colinas en las que en el fondo lucen miles de agujas ramificadas, son pinos que constituyen el ecosistema biológico de este país de Norteamérica, un cielo con nubes deformes y desafiantes que oscilan entre oscuridad y fragmentos de luz solar. Luego el contraste, áreas devastadas y una pequeña figura que avanza entre pedazos de madera destrozados, carga dos mochilas a los costados y una pequeña pala en la mano, con movimientos veloces cava un pequeño hoyo en la tierra, saca un pequeño pino y en un movimiento automatizado lo deposita en el hueco y avanza para cavar el siguiente.

La fotoperiodista, Rita Leistner, realiza una inmersión total al mundo de los plantadores de árboles en zonas de reforestación del oeste canadiense (5)

Si bien, la mayoría de los plantadores son chicos que están de paso por este oficio, no deja de haber excepciones. Padres que pasan la estafeta a sus hijos; parejas que han consolidado su amor en medio del bosque; personas en busca de un sentido a su vida y a la caza de una buena paga. Hay mucha gente que va a plantar árboles para ganar dinero, pero la experiencia los cambia, algunos se convierten en activistas, otros trabajan en la industria forestal o incluso en investigación científica en el ramo.  Otros más, como Rita, se convierten en artistas con conciencia social.

La industria forestal en Canadá data del Siglo 17 e inició con la exportación de madera hacia las Antillas para la construcción naval. Actualmente, representa más de 25 mil millones del PIB canadiense y da empleo a más de 184 mil personas, se exporta desde madera blanda y paneles estructurales hasta papel y sus derivados.

El régimen de explotación que actualmente funciona, bajo el resguardo federal, es el denominado Gestión Forestal Sostenible, mediante el cual el gobierno, que es dueño del 93% de las alrededor de 362 millones de hectáreas de tierras boscosas del país (el 9% de los bosques del mundo), firma contratos con las empresas madereras y estas operan bajo estrictas obligaciones, entre las que se incluye la regeneración de los montes donde realizan la tala de árboles.

De acuerdo con el Informe Anual del Estado de los Bosques de Canadá 2021, desde 1990 sólo se ha deforestado el 0.5 % del área forestal, y de 2009 a 2019 se han regenerado más de 397 mil hectáreas. Son los plantadores quienes han realizado la mayoría de este trabajo arduo, el cual es una combinación entre actividad industrial con deportes extremos.

La fotoperiodista, Rita Leistner, realiza una inmersión total al mundo de los plantadores de árboles en zonas de reforestación del oeste canadiense.

Luz, tierra y guerra

El anhelo de juventud de Rita Leistner era ser fotoperiodista en conflictos armados.  Sin embargo, en los años 80, para una mujer, esta era una tarea casi imposible. Así que se inclinó por estudiar literatura, y posteriormente hizo una maestría en literaturas comparadas (francesa e inglesa), así que guardó su utopía en esa parte del cerebro que se convierte en una especie de ático de los sueños pendientes.

En aquellos años, Rita trabajaba como plantadora de árboles, algo que hizo durante 10 años, y que en el futuro, se convertiría en un acto definitorio en su vida. Tiempo después, cansada de hacer este trabajo, decidió probar suerte en la industria cinematográfica. Lo primero que hizo fue acompañar por 9 meses, sin cobrar por su trabajo, a unos documentalistas que hacían una investigación en México sobre el Tratado de Libre Comercio.

—Hicimos entrevistas hasta con Cuauhtémoc Cárdenas—, recuerda.

La fotoperiodista, Rita Leistner, realiza una inmersión total al mundo de los plantadores de árboles en zonas de reforestación del oeste canadiense (1)

Al regreso, aplicó para una plaza de iluminación a través del sindicato de cinematografía de su país, borró de su currículum todo rastro sobre su educación universitaria e incluyó una fotografía de ella con short y blusa corta, mostrando los músculos que había hecho durante su paso por la siembra de árboles. En Canadá no se solía dar trabajo en iluminación a mujeres, pues era una labor de mucha fuerza física, y ella fue una de las pocas que lo consiguió. Estuvo en esta área por seis años, hasta que un día se asomó al desván y desenterró su viejo sueño de fotografiar la guerra.

Luego de tomar unos cursos, viajó a Camboya, donde vivió dos años cumpliendo su vocación. De ahí estuvo un año en Nueva York, estudiando más fotografía, y finalmente decidió cubrir como freelance la guerra en Irak de 2003 como un “no incrustado” –periodistas que no están integrados en los batallones del ejército de Estados Unidos, sino que se mueven de manera independiente–. Esta estrategia, si bien, más peligrosa, le permitió obtener retratos únicos del conflicto. También hizo fotografías en Afganistán, Líbano, Israel y Palestina. Fue en este periodo cuando surgió su inquietud de volver a los bosques de Canadá para retratar a quienes trabajaban en estos espacios abiertos.

La fotoperiodista, Rita Leistner, realiza una inmersión total al mundo de los plantadores de árboles en zonas de reforestación del oeste canadiense.

–Cuando trabajé en zonas de guerra siempre me pregunté qué era lo que me había preparado para este trabajo, y vi que fue plantar árboles en Canadá, la gente estaba muy sorprendida porque no parece difícil, pero en verdad lo es. Entonces pensé que algún día debería de regresar al bosque para mostrar esta vida–.

Fue así como se aventuró en un proyecto que hoy incluye un libro de fotos y una película, en los que tuvo que invertir sus ahorros, además de recibir el apoyo financiero de sus padres –ellos han hecho fortuna en un negocio de herramientas y troqueles–. Aplicó cuatro veces para apoyos de producción pero fue rechazada, y se convirtió ella misma en guionista, realizadora y productora, así como en distribuidora pues ahora promueve su documental en festivales de cine de todo el mundo en parte con las ganancias que ha obtenido vendiendo su trabajo fotográfico a galerías, museos, instituciones y coleccionistas privados.

La fotoperiodista, Rita Leistner, realiza una inmersión total al mundo de los plantadores de árboles en zonas de reforestación del oeste canadiense.

Un oficio de sustentabilidad

Para el documental Forest for the Trees, Leistner siguió a los plantadores de árboles durante cuatro años, en el curso de los cuatro meses que dura este empleo temporal, el cual es pagado por las grandes compañías madereras. Visitó de 2016 a 2019, en los meses de abril a agosto, los bosques de Columbia Británica en el oeste canadiense, tiempo dentro del cual se sembraron alrededor de 45 millones de árboles en esta zona.

–Plantar árboles es necesario para la sustentabilidad, pero esta actividad tiene solamente tres generaciones, y se talan árboles desde hace cientos de años, tenemos mucho que aprender, hacerlo mejor, todavía hay mucho espacio para mejorar este sistema–, explica.

Su filme se fue directo a las historias personales y a lo duro de esta labor, quería mostrar la vida y las transformaciones que este trabajo causa en quienes se dedican a ello, y alejarse de la política (algo que quizá es imposible en un tema como este). Los sectores más radicales ambientalistas cuestionan la ética de quienes deciden aceptar este trabajo que ofrecen las grandes industrias forestales, las que están obligadas por ley a reforestar.

La fotoperiodista, Rita Leistner, realiza una inmersión total al mundo de los plantadores de árboles en zonas de reforestación del oeste canadiense (5)

–Si plantan para el gobierno, para una organización del medio ambiente o para una organización de tala de árboles, ellos tienen que hacer el mismo trabajo. Mi película no es sobre la política. Sabemos que la manera más eficaz para combatir el cambio climático es plantar billones y billones de árboles, ¿quién va a hacer eso?, no van a ser voluntarios que pueden plantar 50 árboles por día (un plantador puede plantar hasta 700 árboles al día), deben ser estos profesionales, además, nadie conoce los terrenos de reforestación como un plantador–, asegura.

Leistner ahora viaja por el mundo, –espera que el documental pueda verse en línea en 2023 y el libro ya puede adquirirse en su sitio web–, dando a conocer las historias de sus colegas de vida, y quizá porque no, tratando de inspirar la réplica de estas tácticas de reforestación en lugares en los que aún no se hace nada.

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Dale un primer vistazo a Sherk 5; ¿Sabes cuándo se estrena?

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Dale un primer vistazo a Sherk 5; ¿Sabes cuándo se estrena?
Shrek 5, dale un primer vistazo a la nueva película de Dreamworks/Especial.

Universal y Dreamworks lanzaron el primer tráiler de la quinta entrega de la popular saga Shrek 5.

En el primer vistazo se ve a Shrek junto a Burro y le pregunta: “Oye Espejo Mágico, ¿Quién es el más bello de todos?”.

El Espejo Mágicole responde “¡Shrek por supuesto!”.

Shrek anuncia a Zendaya como parte de su cast

La página oficial de la película anunció a Zendaya quien interpretará a Felicia, la hija de Shrek.

A través de una publicación, la cuenta oficial compartió una captura de una publicación de Zendaya en 2017 que decía: “Estoy viendo Shrek demasiado en mi edad adulta”, celebrando el anuncio del nuevo casting.

En la descripción la cuenta escribió: “Esto envejeció bien”.

Opiniones divididas

En redes sociales los seguidores de Shrek han reaccionado al tráiler con opiniones divididas por el cambio de animación, aunque hay mucha expectativa por esta nueva entrega.

Algunos usuarios criticaron el aspecto físico de los personajes, luego de que se realizara un rediseño.

Muchos usuarios consideraron que el nuevo diseño parece hecho con Inteligencia Artificial (IA).

Otros internautas aseguraron que podría ser una estrategia para ver la reacción de las y los fanáticos de la saga.

Al parecer, la nueva película tocará temas en tendencias como las redes sociales, los memes sobre las películas anteriores y la generación actual de jóvenes.

¿Cuándo se estrena Shrek 5?

La quinta entrega de esta famosa y querida historia llegará a los cines el 23 de diciembre de 2026.

Shrek 5 ¿Cuándo se estrena?. Foto: Especial.

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Calequi y Las Panteras, bitácora del sonido y las emociones de América Latina 

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Bitácora del sonido y la emociones de América Latina
Calequi y Las Panteras se presentan en Guadalajara. Foto: Especial.

La concepción de la música puede tener un pensar regional y un actuar local. Así pareciera ser como Jorge Calequi, una de las mentes creativas detrás del proyecto sonoro Calequi y Las Panteras diseñó el álbum Mezcla Rica (2023), con el cual visita por primera vez Guadalajara para tocar como parte del reparto de la Feria Internacional de la Música (FIM).

Ya son cuatro años que Calequi camina junto a Lauri Revuelta y Luisa Corral –a quienes conoció antes de la pandemia en un bar de Madrid y con quienes pronto comenzó a tocar cada miércoles en dicho lugar–, en este tiempo, han sacado un EP –Pacífico Furioso (2021), un primer LP, Gualicho (2021) y el soundtrack de la serie de Netflix, La Jefa (2022), acariciando ritmos como el funk, el afro pop y las influencias latinas y caribeñas–.

Pero Javier no es un improvisado, ni siquiera es la primera ocasión que visita Guadalajara, sino la quinta, lo ha hecho como director musical, multiinstrumentista y compinche del cantautor uruguayo Jorge Drexler, con quien tiene tiempo trabajando. “Soy un privilegiado porque lo he visto desde dentro todo, y estoy con uno de los mejores compositores de música en castellano de la historia. Sé que en este momento me daría un coscorrón, pero yo lo siento así, he sido privilegiado de ver esa cocina”, dice sobre Drexler.

Mezcla Rica

Fue justo sobre el último tour “Tinta y Tiempo”, cuando surgió la primera construcción intelectual de Mezcla Rica, “sabía que la gira iba a ser muy intensa y extensa”, reconoce, fue justo el devenir y el paso por varias ciudades del continente americano lo que le hicieron tener la idea de rendir un homenaje a estas urbes desde un lugar personal y contemporáneo, tratando de buscar colaboraciones que representen esa mezcla rítmica y esos conceptos emocionales.

“Es el proyecto más barroco que hemos hecho, porque tiene una gran cantidad de colores, de instrumentos, de colaboraciones. En sí, es un cuaderno de bitácora, en donde conviven las diferentes ciudades en los diferentes tracks, y están dedicadas a esas particularidades que he visto en los últimos años que he estado de gira por el continente”, explica.

El álbum visita bases de ritmos tradicionales como la plena, el candombe, la samba, el son y otras mezclas latinas, y los entremezcla con beats más contemporáneos, aunque también hay coqueteos con la cadencia y la balada. En esta placa se cuenta con colaboraciones con artistas como Kevin Johansen, Francisco el Hombre, Myriam Latrece, Joel López, Lorena Blume, Joao Cavalcanti, Jorde Drexler, BALTA, Niña Lobo y Lido Pimienta.

“Quería ser respetuoso con la raíz, pero ir a buscar la modernidad del continente, que me parece muy rica. Una particularidad que tenemos como latinos es que le hemos dado una vuelta a muchos ritmos, tanto como la plena, la salsa, incluso el son jarocho, la gente joven le ha dado una vuelta y lo ha llevado en algunos casos a lo popular, y eso me parece fantástico, muy rico, no es casualidad que estemos en la cima del mundo como idioma”, menciona.

Para celebrar el lenguaje

Otras veta muy rica del álbum es la lírica. Las letras buscan celebrar al lenguaje castellano en toda su complejidad y poética, y la vibra de cada ciudad a la que dedican sus canciones.

Así, el viaje pasa por San Juan (de Puerto Rico) y Medellín, sitios donde refiere que hay música hasta en la derrota, los cuerpos sudan, las pieles se mudan y el cerebro explota; Montevideo, una ciudad de cristal que flota en el frío; San José de Costa Rica, con playas de oro, selva gigante y sol de limón; Nueva York, un lugar donde parece que es fácil descorazonarse y estar frío como la luna; Río de Janeiro, que tienes calles donde es posible ser testigos de tormentas tropicales entre la gente en pleno carnaval; o la Ciudad de México, una urbe picosa, vibrante y de colores furiosos, que crece sin control.

También está Sao Paulo, donde se pueden cometer todos los actos de imprudencia, un sitio que enfría y quema, una belleza dentro de un caos completo. Asunción, con su luna rosada, donde es posible olvidarse en el sueño y ver el cielo incendiarse; Santiago de Chile, un espacio que es piano y mil canciones, donde encandilan y matan las sonrisas; Santo Domingo, donde se percibe la brisa del caribe, un perfume de mar y rosas, y la arena oscura; Lima, un sitio de trazo fino casi transparente, donde amanece y se oye el mar, y donde el deseo rima; o Buenos Aires, la tierra natal de Javier, donde el terruño que pensaba olvidar retorna al recordar esas calles suyas.

Se presentan en Guadalajara

Calequi y las Panteras vienen a la ciudad además con un sencillo de estreno llamado “El Candombe de Marte” –un cover de la canción original de Martin Buscaglia– el cual salió a plataformas digitales el 20 de noviembre pasado.

Este proyecto, abunda Javier, se trató de soltar canciones al viento y a ver qué sucedía. Al final, han cosechado buenas críticas desde que nacieron, y han compartido su impronta y manera de concebir la música, fuera del prejuicio, incorporando elementos y estilos diversos alejado de fórmulas dominantes en la música latinoamericana, como por ejemplo, el reggaetón.

“Uno necesita la variedad en la vida, en la comida, los amigos, en las cosas que escucha. A mí, particularmente el reggaetón me gusta, me encanta el ritmo, pero como compositor me resultaría muy duro hacer sólo un disco de reggaetón. No juzgo si a alguien le interesa eso. A mí me pica un poco el intentar buscarles otra vuelta a las cosas, es una cuestión netamente personal, pero siempre la diversidad suma”, expresa.

Calequi y Las Panteras se presentarán en un showcase dentro de FIMGDL el jueves 27 de febrero a las 20:00 horas en las instalaciones del C3 Stage.

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