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Conoce el Cerro del Teúl, un sitio arqueológico al sur de Zacatecas

El Cerro del Teúl es un sitio arqueológico al sur de Zacatecas que recientemente abrió sus puertas como un centro turístico.
El equipo arqueológico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) sacó a la luz parte del centro ceremonial que tuvo una ocupación ininterrumpida de aproximadamente mil 600 años, iniciada un par de siglos antes de nuestra era.
Este cerro se distribuye de la siguiente manera la Plaza Principal, el Patio Hundido y la Cancha del Juego de Pelota, para constituir la tercera zona arqueológica abierta al público en ese estado, después de La Quemada y Alta Vista Chalchihuites, y la 191 en el país.
La explanada abarca 45 metros de longitud por 22 metros de anchura, y se integra por dos pirámides, la de menores dimensiones al norte y la mayor al este, más una gradería que pudo usarse para ceremonias públicas en las que se conmemoraban algunos mitos de creación. Al centro de la misma se recuperaron restos de un altar circular, y cerca de él los vestigios de un fogón.
Canal de la serpiente
La orientación de los basamentos es coincidente con el eje que guardan, por ejemplo, las pirámides principales y la Calzada de los Muertos de Teotihuacan: cuestiones simbólicas y cosmogónicas provenientes del Centro de México están presentes aquí, pero no en materiales o manifestaciones, hablamos más bien de emulaciones locales de cosas que los señores de El Teúl estaban utilizando en una parafernalia ritual.
La evidencia arqueológica contrastada con datos etnográficos de los grupos indígenas del Gran Nayar, una región próxima, permiten acercarse a la función de los espacios, así, mientras la pirámide mayor con su orientación al equinoccio representaba a la montaña sagrada que ayudó al Sol a ascender al firmamento en el primer amanecer del mundo, el canal serpenteante que corre a sus pies simbolizaba a la serpiente acuática del inframundo que fue vencida por el astro rey.
Un pasaje conecta a la Plaza Principal con el Patio Hundido, el cual es de planta casi cuadrangular (45 x 45 metros) y está delimitado por muros altos. En ese lugar, donde también debieron recibirse peregrinaciones, se localizaron entierros con ofrendas de vasijas y objetos de cobre, algunos individuos presentaban modificaciones culturales como el limado dental y la deformación craneal.
Juego de pelota
La visita por el Cerro del Teúl concluye en la Cancha del Juego Pelota, conformada por dos muros laterales y dos cabezales que forman la tradicional I latina. Uno de sus rasgos distintivos fue el hallazgo de un par de esculturas en piedra que representaban a jugadores (debieron ser cuatro en total), mismos que remataban sus extremos y servían de marcadores. Este espacio y sus monolitos ya habían sido descritos en ilustraciones del siglo XIX por personajes como el topógrafo militar Carl de Berghes y el ingeniero Juan Ignacio Matute.
Los investigadores y arqueólogos del proyecto trabajaron una década, pero el Cerro del Teúl es un sitio vivo, bajo esta lógica continuará la excavación y consolidación de algunos elementos, como el muro oriente del Juego de Pelota y parte de la gradería del Patio Hundido.
El Teúl de González Ortega es también Pueblo Mágico.
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FOTOGALERÍA: Fiesta de los Reyes Magos de Cajititlán 2025

La fiesta de los Reyes Magos de Cajititlán es la celebración religiosa más importante de Tlajomulco y es la cuarta a nivel estatal.
Los festejos comienzan cada año, desde hace 400, el día 30 de diciembre y concluyen el 8 de enero, pero el momento más esperado por la comunidad y los visitantes es el que ocurre el día 7, cuando las imágenes recorren las calles de Cajititlán y la laguna.
Siker te comparte algunos de los momentos más emotivos de esta celebración que data del siglo XVI.

Cada año, la comunidad de Cajititlán decora las calles por donde pasará el contingente que transporta las imágenes de los Reyes Magos. Foto: Siker / Mayra Torres de la O.









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Postres mexicanos que no pueden faltar en tu mesa esta Navidad

En México también nos la rifamos con los postres, puesto que nuestra gastronomía abona sin duda a esta festividad, por eso te dejamos aquí los postres navideños made in México que no pueden faltar en tu mesa.
1.-Los buñuelos
Estas tostadas crujientes son parte del acervo culinario de la mayor parte de la República Mexicana, las cuales tienen sus variantes en distintas partes del País. Por ejemplo, en el estado de Veracruz se preparan hervidos con jaiba, piña o arroz; mientras que en Oaxaca son fritos con manteca y espolvoreados de azúcar, además son servidos en hojas de maíz secas que le da un toque único; sin embargo, hay muchas formas de disfrutarlos.
2.-Los tejocotes en dulce
Son una gran delicia novohispana de origen prehispánico. Este dulce está ligado a las fiestas navideñas porque es una fruta que abunda en esta temporada, la cual se cose con guayabas y ralladura de naranja, y se le acompaña con piloncillo o azúcar para endulzarlos.

3.-El pan de elote
El elote es un alimento muy consumido en México, pues con su sabor tan peculiar se permite crear un sinfín de recetas; sin embargo, en esta temporada donde se antoja un cafecito o chocolate calientito el mejor acompañante es el pan, y que mejor que el de elote. Toma en cuenta que para la elaboración de esta receta necesitarás ingredientes como el queso fresco, la mantequilla y azúcar.

4.-Los polvorones de harina
Aunque originalmente se dice que su origen es español, con la Conquista en México la receta de los polvorones de harina llegó para quedarse. Estos dulces son los más económicos de la Navidad, por sus ingredientes: harina de trigo, grasa de cerdo, azúcar y almendra son muy económicos; sin embargo, eso no le quita los sabrosos.

5.-Las hojarascas
Llamadas de esta manera porque se desasen en la boca, estas galletas son muy peculiares y en distintos puntos de la República Mexicana se preparan de diferente manera; por ejemplo, en Pátzcuaro, Michoacán, su masa se prepara de harina, yemas de huevo, mantequilla, manteca de cerdo y miel; además, se puede perfumar con especies como el clavo, la canela y el anís. Mientras que, en Nuevo León, se elabora con azúcar, canela, harina de trigo o maíz, manteca vegetal, huevo, vainilla y leche. Y una vez horneados se revuelcan en azúcar y canela molida.
