Ya no más fuego técnico en el combate a la inseguridad

En el ámbito forestal, existe una estrategia muy eficaz para combatir los incendios llamada “fuego técnico” la cual es una táctica usada para contener el avance de las llamas en un sector concreto, sin que se esparza hacia otros; consiste en ir prendiendo fuego poco a poco, desde un punto según esté el aire y según venga el incendio, para ir quemando lo que se prevé que quemen las llamas. Para evitar que este fuego se escape del control de los profesionales, se realiza en zonas cercanas a cortafuegos, ríos o caminos, que sirven como forma de protección y, a su vez, dificultan que el incendio se extienda.

Lo anterior, viene a colación debido a que a un año de las elecciones presidenciales del 2024, seguimos enfrascados en el eterno debate respecto a la toma de decisiones en el ámbito de la seguridad pública; las estrategias de seguridad de las últimas administraciones han sido justamente un reflejo de querer aplicar esta técnica, para acabar con un problema que, en términos del análisis de política pública, se considera “multidisciplinar”: la inseguridad.

Hace un par de días, la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) envió un proyecto de inversión a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) con un valor de 19 mil MDP, con el objetivo de blindar los 116 municipios más peligrosos del país, estableciendo bases para el apoyo a corporaciones locales. Sin embargo en ningún momento se especifica cuáles serán esos municipios y a partir de qué estudio o informe se determinó ejecutar de esa forma y en dichas ciudades. En resumen, esta nueva acción, da continuidad a la agenda nacional, que el actual gobierno ha llevado a cabo en el combate al crimen organizado.

Al analizar las estadísticas de las últimas tres administraciones en nuestro país, observamos que la curva de homicidios recién empieza a llegar a una meseta después de 17 años de constante aumento; por otro lado, de acuerdo con el gobierno federal, hay 50 municipios prioritarios en materia de seguridad, los cuales registran un total de 12 mil 159 homicidios dolosos entre julio de 2022 y junio del presente año, por lo que en caso de aprobarse este proyecto de inversión, esos municipios deberían estar dentro de la lista de los 116 que pretende blindar la SEDENA.

El problema de fondo es la ausencia de políticas públicas que abarquen varios enfoques, como mencionamos, el tema es transdisciplinar y nos atraviesa desde distintas aristas: económica, política, laboral, educativa, cultural, emocional y comunitaria. Combatir la inseguridad fuego con fuego, por sí mismo no solucionará el problema, algo que ya ha quedado evidenciado, aunque el actual gobierno no termine de comprenderlo y aunque digan que ya no hay masacres, ni se violan los derechos humanos, lo cierto es que estos episodios siguen ocurriendo a lo largo y ancho de este país.

Cierro estas reflexiones, invitándote a que no nos quedemos con los brazos cruzados, hagamos que nos escuchen. Esperar resultados distintos repitiendo las mismas estrategias es una señal de incapacidad para dar respuesta a los problemas que nos aquejan como sociedad. Es imprescindible que los y las candidatas que busquen un puesto tanto a nivel Legislativo como Ejecutivo, pongan al centro de sus propuestas, una estrategia multidisciplinar para el combate a la inseguridad, que no dependa exclusivamente de las fuerzas armadas y que logre complementarse con las distintas Secretarías, los programas que dependen de estas y una mayor articulación interinstitucional, que traiga consigo mayor eficiencia y eficacia, en la búsqueda de nuevas soluciones a viejos problemas; es urgente, el país ya no da para seguir igual.

Nos leemos la siguiente semana, y recuerda luchar, luchar siempre, pero siempre luchar desde espacios más informados, que construyen realidades menos desiguales y pacíficas.

Sobre el autor

Luis Sánchez Pérez es doctorante y maestro en Políticas y Seguridad Públicas en IEXE Universidad, abogado por la Universidad de Guadalajara. Profesor de asignatura en la Universidad de Guadalajara y en la Universidad Enrique Díaz de León. Investigador de medios de comunicación y participación ciudadana en el Laboratorio de Innovación Democrática. Colaborador semanal en Milenio, El Occidental y El Semanario.

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