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Los niños meones de Guadalajara
¡Mira, ahí están los niños meones!
Así es, ellos son los populares niños meones de la ciudad de Guadalajara, Jalisco.
Aunque su verdadero nombre no es «Niños meones», sino La Fuente de los Niños Traviesos, una pieza de arte del escultor jalisciense Miguel Miramontes, quien a lo largo de su trayectoria diseñó y realizó más de cuatrocientas esculturas.
La Fuente de los Niños Traviesos se localiza en el corazón del Centro Histórico de Guadalajara, exactamente en el llamado Callejón del Diablo o Paseo Degollado y ahí se encuentran desde 1982… Pero ése no fue su primer asentamiento, pues antes estuvo a un costado del Hospicio Cabañas.
«Este conjunto escultórico con estos niños desnudos, que no tienen más juguete que su alegría; en este conjunto de juego de aguas. Se instaló inicialmente en el jardín queda hacia el costado sur del Cabañas. Fue encargado al escultor ya finado Miguel Miramontes», señaló el cronista Juan José Doñán.
Ahora que ya sabes que estos niños estuvieron primero cerca del Instituto Cultural Cabañas, seguramente encuentras mayor sentido a lo que representan y por qué se hicieron… ¿verdad? Recordemos que hace muuuchos años el Hospicio Cabañas, sí albergaba a niños… Entonces La Fuente de los Niños Traviesos fue creada para representar la alegría de la infancia.
Víctimas de vandalismo
Los niños están tallados en bronce y cada uno en una posición diferente, y, curiosamente solo uno está orinando, pero tranquilo, solo es agua ¿ o no?
El resto también arrojan agua, pero de diferentes partes de su cuerpo o de objetos que portan, y sin importar lo que están haciendo los cuatro se ganaron el mote de «meones».
Aunque no lo creas los amantes de lo ajeno se robaron a una escultura… así es el niño meón fue víctima de la inseguridad en el año 2012, cuando un sujeto lo hurtó para venderlo a una chatarrería… ¡Pero no te preocupes! el niño se recuperó, restauró y regresó sano y salvo con sus amiguitos.
«Ha estado expuesto también no al vandalismo, sino que al robo. Uno de estás piezas fue sustraída de donde están encontradas y pues hubo la suerte de que la encontraron en una fundidora y se rescató», explicó Juan José Doñán
Pasan y pasan los años y estos niños siguen cautivando la atención de los tapatíos y claro de los turistas, que asombrados miran como esos traviesos se divierten y seguramente hacen que recuerden como ellos vivieron también su infancia y como dentro de ellos se regocija un niño lleno de alegría.