Cultura
El poder del humor de BEF
A Bernardo Fernández (BEF para los cuates), lo conocí por las razones equivocadas, o al menos no por las que me hubiera gustado. Me refiero a que empecé a leer su obra en sentido contrario, no en el que hubiera sido ideal, pero como agradezco el haberme topado con este escritor, que tiene en su pasión más grande el crear cómics y novelas gráficas.
Un día común dentro de la FIL de hace un par de años, me tope en el stand de la editorial oaxaqueña de Almadía, el libro Bajo la máscara, una novela de súper héroes a la mexicana. Y aunque va dirigido más al público infantil, debo decir que fue toda una delicia devorarlo, me agradó el humor de este señor BEF.
Aquí es dónde me pregunté quién diablos es ese Bernardo Fernández y que más tiene que ofrecer. Él fue quien creó la novela gráfica Uncle Bill, un trabajo maduro, de alta calidad e imprescindible dentro del mundo del cómic. Todavía quieren más, y entonces hay que mencionar a Andrea Mijangos y Lizzy Zubiaga.
Siempre he dicho que el poder de atracción de la literatura y de generar el hábito de leer es que se encuentre un gusto por pasar las páginas, y sobre todo en encontrar libros entretenidos, que diviertan y se lean por gusto, no por obligación. Así es la saga creada por BEF, que es protagonizada por dos mujeres que son polos opuestos y te van a arrancar más de una carcajada.
En un mundo en el que el poder femenino y los gritos de igualdad están a la orden del día, era justo que naciera una serie de novelas policíacas protagonizadas por damas.
Tiempo de alacranes
Todo comienza con Tiempo de alacranes, en donde aparece la heroína Mijangos, una policía/detective secreta, con problemas de peso, aventada, arriesgada, burlesca, que no le gusta arreglarse y que le encanta el metal, sin dejar de lado que para ella las cervezas artesanales no son más que “miados” y prefiere una “Vicky” bien helada.
Su rival a muerte, es la narcotraficante Lizzy Zubiaga, toda una feme fatale, que es mortífera, guapa y que roba el aliento de quien la mira pasar, déspota, mal hablada, pero sobre todo es alguien que quiere revolucionar el mundo del narco con tecnología, porque ya estuvo bueno de eso de nada más traficar drogas y darse balazos vestidos como en películas de los 50. Lo de ella es darle un giro y mostrar su poder.
La saga continúa con Hielo negro, Cuello blanco y la más reciente Azul cobalto; sinceramente son novelas ligeritas, sumamente amenas y entretenidos, llena de personajes excéntricos que BEF describe con maestría, los dota de una personalidad única, y la verdad se leen sumamente rápido, te quedas siempre queriendo más. Te vas a reír sin parar con las ocurrencias de Mijangos y su compinche el “Jarcor”, el lenguaje coloquial es agudo, hay mucho humor negro, risas por aquí y por allá que consiguen justo lo importante de un libro: entretener.
El quinto de la serie
Al conocerlos vas a querer que pronto aparezca alguien que se anime a hacerlos una serie por Netflix.
Hacía falta el regreso a la novela policíaca del país y BEF se lo ha venido a dar con maestría, con “ñoñez”, con todo, al grado de que ha recibido halagos de escritores de la talla de Élmer Mendoza, Francisco Haghenbeck y Juan Villoro. No queda más que esperar que llegue el quinto de la serie, el cual BEF prometió que viene pronto, cargado de humor, para que te carcajees un rato más.
Hasta aquí llega este laberinto literario, dale la oportunidad a lo bien hecho en México, a una de las voces de la literatura mexicana que vienen pisando fuerte y que tiene mucho que decir, tanto a jóvenes como adultos.
BEF es ya sinónimo de garantía.
Óscar Beltrán ha trabajado en medios impresos y radiofónicos como reportero en las fuentes de cultura, policíaca y deportiva. Ahora se desempeña como editor en jefe de la aplicación para smartphone “Plans”.