La musa de la isla

Negra Wendy Guerra…
De un tiempo acá me he decidido voltear a ver (y leer) a las escritoras, principalmente latinoamericanas, conocer su voz, su forma de crear personajes y su maestría con la pluma. Antes de ser tachado como un machista de literatura, déjenme aclarar mi punto. Y es que a pesar de que este término existe en el mundo de los libros, por alguna razón en el que predominan grandes escritores masculinos y pareciera que la historia ha dirigido su mirada hacia ellos.
Latinoamérica
Sin embargo, con el paso del tiempo la balanza se ha equilibrado y hemos llegado a un punto de igualdad en muchas partes de la sociedad; igual pasa en la literatura. Aclarando, nunca tuve prejuicios, pero era complicado encontrar diversidad en escritoras. Fue hasta que di con el clavo, más allá de las grandes que ya se han llevado el Nobel, es en Latinoamérica en donde ha emergido una corriente literaria, que alza la voz femenina como en ninguna otra parte del mundo.
Y en la cubana Wendy Guerra he encontrado libros, así en plural, que me han regalado gratos momentos. Me han puesto a pensar y reflexionar, principalmente por las temáticas tan actuales que toca. Que a pesar de que hablo de ellas como actuales, es una pena que vengamos arrastrando los mismos conflictos de décadas pasadas.

Negra
El último libro que terminé de Wendy, es Negra, una novela que habla sobre los conflictos raciales enfrentados por las mujeres latinoamericanas. Incluso en un país como Cuba, en donde ser blanco o güero era sinónimo de status social; a pesar de ser una minoría.
Y la historia va más allá, pues habla de conflictos religiosos, la obsesión con la santería afrocubana; la violencia de género, falta de representatividad en los medios de comunicación, entiéndase el cine y la televisión, imposición de cánones de belleza blancos, la bisexualidad y homosexualidad y los prejuicios sociales sobre ello, hasta llegar a los conflictos de no encontrar nadie que esté para apoyar a las mujeres negras. Todo esto desarrollado entre la isla y una parte en Francia.
Los temas políticos aparecen a través de una metáfora estructurada a través de un romance, el cual protagoniza la heroína de la historia: Nirvana del Risco, quien se enamora de Tom, un amante dominicano que se encuentra en Cuba trabajando para el gobierno de Estados Unidos. Su relación representa lo que tienen estos dos países históricamente, hasta llegar a la conclusión de que ella no debería haberlo aceptado nunca, porque simplemente no es algo que le convenía.
Un punto que resalto de esta novela es la construcción de personajes, unos vivos, muy vivos, y otros muertos que sólo son fantasmas deambulantes. Cada uno habla abiertamente de su identidad, hay amoríos, locura, violencia, todo parece ir mal y acaba mal, cuando sale la luz, sabes que es difícil revertir lo que ya iba mal, lo tratan de hacer mediante rituales que se aproximan a la brujería, los cuales tienen como objetivo equilibrar la raza, sexo política y religión.
El socialismo
Antes de pasar a compartirles frases sumamente interesantes del libro, quiero hablar de esa perspectiva que tenemos todos sobre el socialismo, y que aquí retratan de forma clave. Cuando Nirvana viaja a Francia se convierte en toda una curiosidad, pues en París admiran lo que pasa en la isla políticamente, ella, en cambio habla abiertamente de la desigualdad económica y presiones que ejerce sobre el pueblo el ejército, es por ello que puedes escuchar las dos voces, ver las dos perspectivas, y entender el amor que los cubanos le profesan a su tierra a pesar de todo.
Ahora sí, es importante en esta vez compartirles frases exactas que hay en Negra, primeramente hablando de religión.
“¿Qué es la fe? La fe es la confianza espiritual encarnada con libertad e independencia. La fe es el albedrío del alma bajo la protección de tus misterios. La fe es discreta. Calla. Acompaña. Salva sin afectaciones. Lo demás es obligación y adoctrinamiento”.
La sexualidad
Parte importante son los temas sexuales y bisexuales que plasma, el erotismo y la libertad de cada uno de los protagonistas.
“-Hueles a…este país, pero en mujer.
-Cuba es mujer.
-¿Tú crees?
Uno desnudó al otro, y, enfebrecidos, corrimos al baño para vaciarnos un cubo de agua encima. Juntos soportamos el frío chaparrón, que nos sirvió apenas para enjuagarnos el sudor y escurrirnos aliviados sobre el mármol manchado –mármol del desequilibrio, mármol de lo que pronto caerá y encarna sólo en el pasado de las cosas…-. Yo patiné y, por suerte, caí bajo sus piernas, entonces lo tuve ante mí, limpio, vigoroso, al descubierto.
Es un mulato alto, muy alto y delgado, con pelo rubio ensortijado y ojos de tigre. Su pecho resalta abultado, tal vez padece algún problema respiratorio. Jadea asmático, ríe y tose nervioso. Tiembla al contacto con mi piel, se ruboriza y ríe de goce mientras me incorporo frotando mis nalgas en sus muslos hasta que se deslizan sobre su fabuloso sexo dorado. Tan grande es que cierro los ojos para vencer el temor. Un cañón que mide con su bala redonda y reluciente, en su punta lúbrica la fiera amenaza destilando la primera gota de lujuria que cae como un milagro entre mis muslos.
Primero de espaldas, duro y ardiente, preciso, pero atrabancado en el arco de mi delta, me preguntaba: ¿Más? ¿Más? ¿Quieres más? Consciente de que sus dimensiones podían ser punzantes, o peligrosas de recibir para cualquier hembra, iba tanteando, penetrando, buscando en mí las respuestas de su propio cuerpo: ¡Más, mucho más!, dije una y otra vez, orgullosa de poder recibir lo que él me concedía. Luego me lanzó sobre el suelo y sobre el piso rosa salmón, convertido ahora en lecho improvisado, me estremeció de asfixia y estrujo mi sexo, besándome para aminorar el bendito daño, porque él sabe muy bien que duele, duele mucho este placer que adoro.
Como en trance, lo derribé de golpe, y me le encajé moviendo mi cintura en aquella espiral desenfrenada. No pude escuchar lo que le dije, mi lado tribal gritaba, una negra conga se apoderó de mí y, entumecida con el deseo, vencí reventándonos al mismo tiempo, llenando de leche sus delicados muslos y mis fuertes piernas temblorosas de placer”.
La política
Y por último las cuestiones políticas revolucionarias plasmadas con realidad, en la voz de una escritora cubana que vive una relación amor/odio única, con la isla de sus amores.
“En Cuba se rompió la barrera entre lo social y lo sentimental. Todo se traga a cucharadas, obligado en la misma sopa; eso también es parte del ajiaco cubano del que todo el mundo habla. O te acuestas con el Enemigo o te acuestas con la Revolución. ¿Alguna vez en esta tierra dejaremos de citar a los americanos? ¿No podemos vivir con ellos pero sin ellos tampoco? Toda nuestra vida ha sido la larga espera de una guerra que no llegó. La guerra ha sido esta espera”.
Es una historia trágica, violenta, sangrienta, sexual, que llega a una conclusión de que a pesar de que sigan pasando los años, los problemas siguen ahí, en el día con día. El racismo no ha terminado y la igualdad de género pareciera ser una simple utopía.
Óscar Beltrán ha trabajado en medios impresos y radiofónicos como reportero en las fuentes de cultura, policíaca y deportiva. Ahora se desempeña como editor en jefe de la aplicación para smartphone «Plans».
El arte tiene la capacidad de sanar: Ismael Vargas

Con 60 años de carrera sobre sus hombros, el maestro Ismael Vargas aún se emociona con la idea de inspirar a otras y otros —los más jóvenes, principalmente— a replantearse el mundo que los rodea a partir de la contemplación y el contacto con el arte.
“Tengo la esperanza de que el arte sea capaz de distraerlos. O sea, tengo la ilusión de poder rescatar su atención”, dice en entrevista exclusiva para Siker.
Con ese propósito, el destacado pintor tapatío se embarcó en la preparación de una exposición retrospectiva, titulada La vida: Tiempo codificado en la que reunirá 25 obras realizadas en distintos momentos de su trayectoria como artista, y que será exhibida en la Universidad Panamericana Campus Guadalajara a partir del próximo martes 4 de noviembre.
Nacido en 1947 —cineasta, escritor, pintor y escultor—, Ismael Vargas encontró su vocación a los 13 años de edad, enamorado de las pinturas que se imprimían en las cajetillas de los cerillos con que su madre encendía la estufa.
Con la certeza inequívoca de que la pintura era el camino natural que le trazaba la vida, plasmó desde sus primeros lienzos las acumulaciones de objetos que atiborraban los puestos del mercado San Juan de Dios que visitaba de niño.
Sus obras están llenas de pequeñas palomas de barro, muñecas de cartón, trompos, canicas, mariposas y carritos de madera; acumulados de forma obsesiva como se acumulan las plegarias en las capillas o los Om en los monasterios. Una especie de vibración pictórica.
“Es una especie de mantra (…) Es una vibración. Cada vez que yo hago un cuadro, trato de que vibre”, dice y luego sostiene: “Ahora te puedo decir, 60 años después, que he comprobado que el arte tiene la capacidad de sanar a través de la contemplación”.
Iniciaste tu carrera a los 13 años, ¿cómo comenzó todo?
Por frustración. Yo quería ser torero. Y cuando me enfrenté a un becerro, salí corriendo, y supe que me gustaba ver los toros desde la barrera. Luego quise ser cantante de ópera y no canto ni las de Cri-Cri. Por entonces, tenía tiempo de coleccionar y recortar las portadas de los cerillos Clásicos de Lujo que traían reproducciones de pinturas. Y yo no tenía libros de arte, pero hice una especie de libro de arte al pegar todas estas cartitas en un cuaderno. Y entonces, le pregunté a mi papá que qué era eso, y me dijo: es un bastidor en donde se monta una tela y con pinceles y colores se pinta lo que tú quieras. Eso me pareció magnífico. Y le dije: ¿me ayuda a intentar hacer uno? Y me dijo: sí, hagámoslo. Entonces hicimos un bastidor, con un costal de azúcar, lo abrimos, y eso fue lo que montamos.
¿Y qué pintaste?
Bueno, la ignorancia es atrevida. Copié nada menos que Santa Ana, la Virgen y el Niño (de Leonardo da Vinci). Fue maravilloso; al estarlo haciendo, durante el tiempo que duré haciéndolo, me pareció mágico. Era indescriptible la sensación que estaba viviendo. No solo en el acto, sino después del acto de pintar, todo el tiempo que estuviese en contacto con la obra.
¿Qué te ocurría? ¿Una especie de abstracción del mundo?
No. Al contrario, al contrario. Era la sensación de sentirme integrado, yo que siempre me sentí desintegrado del mundo. Me sentía parte del universo cuando me ponía a pintar. Y entonces, simplemente dije: yo quiero hacer eso.
Claro, inmediatamente después, porque tengo ese carácter, pensé: ¿pero yo qué voy a hacer? Ya existe Leonardo da Vinci, Rembrandt, Van Gogh… Todos los artistas que admiro. ¿Y yo qué? Afortunadamente, una voz interior me dijo: No vas a competir, no son las olimpiadas. El arte no es saber quién llega primero o quién puede más, sino es hablar de las cosas que emocionan. Ninguno de ellos nació en una vecindad, cerca del mercado San Juan de Dios, como tú. Y entonces, eso me dio la base de mi trabajo.
¿Tu entorno? ¿Tu contexto específico?
Sí. Mi trabajo es la acumulación, tanto de la fruta, de las máscaras, de las muñecas de cartón, así, como en los mercados, que todo lo hacen en rumas. Yo no pinto una manzana ni un cántaro, sino miles. Y esa fue mi solución para trabajar.
Han pasado décadas y te ha tocado ver periodos muy interesantes de México y el mundo. ¿Hay algún periodo en el que estuvieras desarrollando tu obra y te sintieras especialmente interesado?
No, siempre he ido desfasado en el tiempo. Yo no voy con el tiempo en que vivo. Mi interés es hacer algo que te emocione y que te haga sentir bien cuando lo ves, nada más. Yo no tengo mensajes que mandar ni mucho menos mensajes políticos. Es simplemente hacer un jardín y mostrártelo para que lo contemples.
¿Se trata solo de la contemplación?
Sí. Ahora te puedo decir, 60 años después, que he comprobado que el arte tiene la capacidad de sanar a través de la contemplación.
¿Cómo exactamente?
Pues, contemplar una obra puede transformarte. Transformar tu estado de ánimo de manera que tus defensas te protejan de una enfermedad o te eliminen un malestar. No estoy hablando de medicina. Estoy hablando del alma y de las emociones, pero es físico también, es físico. Tu sistema inmunológico se fortalece al ver algo que te emociona. Por lo tanto, te alivia.
Tu obra es particularmente bella, colorida, alegre…
Obsesiva. Es una especie de mantra. Esa es la otra parte que cura. Es una vibración. Cada vez que yo hago un cuadro, trato de que vibre. Y nosotros somos vibración, nosotros somos polvo de estrellas. Las plantas son polvo de estrellas, las piedras son polvo de estrellas. Lo que nos diferencia es la vibración. Vibramos a diferentes velocidades y por eso las plantas son como son y nosotros como somos.
Cuando una obra es oscura o violenta, ¿actúa a la inversa?
No, no, no. También puede ser sanadora. La imagen no tiene que ver con lo que a ti te sucede. Es un espejo. Depende del espectador. No es importante lo que nos sucede, sino lo que hacemos con lo que nos sucede. Yo, por las características de mi educación y mi contexto, podría ser un asesino. Tengo el derecho de matar. Pero, preferí hacer un jardín.
Tienes una nueva exposición en puerta. ¿Cómo nació el proyecto?
Por una invitación de la Universidad Panamericana que está interesada en abrir un ala de la universidad para el arte. Me preguntaron que si me gustaría participar en una exposición y acepté.
¿Por qué te gustó la idea?
Por el contacto con la juventud, que no va a las galerías. Entonces, pues, si la montaña no viene a mí, yo voy a la montaña.
¿Cuál es el concepto de la exposición?
Es una especie de retrospectiva porque son piezas de distintas épocas: papeles, óleos, esculturas, todas las técnicas que he trabajado. Obras desde el (año) 72’ hasta obras contemporáneas, hechas el mes pasado.
Vamos a ver una línea de tiempo de 60 años de carrera…
Sí. Sesenta y dos años de carrera. Van a hacer falta algunas obras, de una etapa en que trabajaba piezas gigantescas.
¿Qué pasó con esas obras? He visto algunas y son impresionantes.
Tengo algunas, pero no hay espacio para exponerlas. Son obras monumentales de 12 metros.
Hablemos de los tiempos que corren. Me decías que los chicos no van a las galerías. Fue justamente eso lo que te interesó de esta nueva exposición; poder acercarte a los jóvenes con tu obra.
Sí, porque tengo la esperanza de que el arte sea capaz de distraerlos. O sea, tengo la ilusión de poder rescatar su atención.
Claro que está terrible, porque hace muchos años que nos están destruyendo, nos han hecho indiferentes, nos han estupidizado. Y si algo es importante es la curiosidad. Para que tú inventes un avión, tienes que tener la curiosidad de saber hacerlo que vuele y que no se te caiga.
En este caso, no me interesa que sean pintores. Lo que me interesa es que vean otra opción del mundo. Si una obra mía despierta su creatividad en el terreno que sea… a lo mejor no van a pintar, si no, van a manejar un aparato digital maravilloso que va a hacer algo holístico, qué sé yo.
Ese tipo de cosas ocurren con el arte…
Así es, exacto. En eso creo.
¿Hay planes a futuro con la exposición?
Sí, parece que estará en la Universidad (Panamericana Campus Guadalajara) hasta diciembre, y después se la van a llevar a la Ciudad de México y a algunos otros lugares.
¿Eso te emociona?
Sí. Por lo mismo. No me importa que no esté a la venta mi obra, que no me compren. Eso nunca me ha interesado. Me interesa la posibilidad de que a algún niño, a algún joven le cambie la vida.

Tendrá reestreno mundial la zarzuela El Orgullo de Jalisco en el Teatro Degollado

El próximo 14 de septiembre, el Teatro Degollado será escenario del reestreno mundial de la zarzuela El Orgullo de Jalisco, del compositor español Federico Moreno Torroba, con la presencia del tenor Plácido Domingo como invitado de honor.
La obra vuelve a los escenarios tras 78 años de su estreno en el Teatro Arbeu de la Ciudad de México.
La puesta en escena contará con la mezzosoprano Nancy Fabiola Herrera en el rol de Cristina —papel que en 1947 interpretó Pepita Embil, madre de Plácido Domingo— y con el barítono mexicano Luis Ledesma como Paco Aldana.
Ambos artistas han desarrollado una destacada trayectoria en escenarios internacionales como el Metropolitan Opera de Nueva York, la Royal Opera House de Londres, el Teatro alla Scala de Milán y el Teatro Colón de Buenos Aires.
Rescate patrimonial
Andrea Blanco Calderón, coordinadora General Estratégica de Desarrollo Social, explicó que el reestreno es un rescate patrimonial.
La partitura, con libreto de Antonio Guzmán Aguilera, se localizó en 2020 por Rooney Josué Hernández Villanueva, quien realizó la edición crítica. El full score se encontraba en poder de la familia de Moreno Torroba y fue cedido a la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE).
El secretario de Cultura, Gerardo Ascencio Rubio, destacó que “montar esta obra para nosotros, exactamente, 78 años después de su estreno y reestrenarla aquí en Guadalajara, donde no se presentó, realmente es un gusto, un honor y un aliciente para presentar a un público que tiene mucho tiempo y una larga tradición de gusto por el género de la zarzuela y por el género de la ópera en general”.
Plácido Domingo asistirá a la función
La producción reunirá a más de 130 artistas en escena, entre ellos 70 músicos de la Orquesta Sinfónica para la Escena de Jalisco y de la Orquesta Típica del Estado, 50 integrantes del Estudio de Ópera de Jalisco, el Coro del Estado y el Coro del Tec de Monterrey, todos bajo la dirección musical de Allen Vladimir Gómez Ruiz.
La dirección escénica estará a cargo de Leopoldo Falcón, conocido como “El Hombre Zarzuela de México”. La obra se presentará en tres actos que combinan la tradición española con aires populares mexicanos, en particular el son jalisciense.
Función especial
Plácido Domingo confirmó su asistencia como invitado de honor, en un evento que también representa un homenaje a la trayectoria de su madre. “El Orgullo de Jalisco” no figuraba hasta ahora en los catálogos internacionales de zarzuela, por lo que su reaparición en Guadalajara adquiere un carácter de rescate histórico y artístico.
La función está programada para el 14 de septiembre a las 18:00 horas en el Teatro Degollado. Los boletos están disponibles en Boletomovil.com y en taquillas del recinto, con precios que van de 50 a mil pesos.
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