Las grandes mujeres de la literatura

Esta semana, el mes y algunos pensamos que el año, es dedicado a la mujer. Se celebra su día internacional y todos parecen querer decir algo a su favor, se habla de romper barreras de género, de vivir una época de equidad e igualdad, de tener las mismas oportunidades y ser cada día más una sociedad ejemplar en la que no se hace menos al que por muchos años se conoció como el “sexo débil”.
En este espacio me toca hablar de libros y literatura. Muchas veces ya les he hablado que me ha tocado enfrentar a corrientes misóginas literarias, que siguen existiendo, hay muchos que asocian el hecho de que un libro está escrito por una mujer con algo rosa y cursi que es solamente para ellas o adolescentes. Es una forma de pensar que prevalece, a pesar de que ya estamos en el Siglo XXI, en el año 2018.
Me queda claro que cada quién es libre de pensar lo que quiera, pues de lo contrario, intentaríamos influir en los demás para que piensen como nosotros. Eso no está bien, pero sí creo que es momento de que la industria literaria le haga un espacio aún mayor a las mujeres escritoras y no nada más por ser su día o su mes, sino porque se lo deben.
Las mujeres en el Nobel
Comencemos este Laberinto por recordar las escasas damas que ganaron un Premio Nobel de Literatura, en más de 100 años de que se entrega el reconocimiento más importante para un escritor y al que los lectores siempre estamos al pendiente. La primera en ganarlo fue la sueca Selma Lagerlöf, en el año de 1909, hoy poco o nada se recuerda de ella. Fue en 1926 cuando llegó el reconocimiento a la italiana Grazia Deledda, quien se abrió las puertas con su idealismo sobre las relaciones humanas. Dos años más tarde lo recibiría la noruega Sigrid Undset, quien se dedicó a retratar la vida de los nórdicos durante la Edad Media. Fue hasta 1938, cuando nuevamente se reconoció a una voz femenina, la estadounidense Pearl S. Buck, quien relató la vida campesina en China en sus libros.
En 1945 llegó la primera mujer latina en ser galardonada con el Nobel, siendo la elegida la chilena Gabriela Mistral, un ejemplo de perseverancia, de lucha contra sistemas instaurados y que le dio voz a toda una generación con su poesía. Tras esto, tuvieron que pasar 21 años para que ganara otra mujer. En 1966 la ganadora fue Nelly Sachs quien tuvo que compartirlo con Samuel Agnon. El tiempo siguió su curso, pero la literatura no le hacía espacio a ellas, tan es así que fue hasta 1991 cuando se volvió a dar el triunfo de una dama, siendo la sudafricana Nadine Gordimer la reconocida.

La primera mujer afroamericana en ser galardonada con el Nobel
Los años noventa
Es entonces, entrando la década de los noventa que se le abrió una puerta a la literatura femenina, pues se estaba intentando cambiar las prácticas del pasado. En 1993 ganó la estadounidense Toni Morrison y en 1996 la polaca Wislawa Szymborska. Ya en el 2004 fue ganadora la austriaca Elfriede Jelinek.
Una de las más queridas y que por fin se le dio su lugar fue la británica Doris Lessing que en el 2007 ganó el Nobel literario, dejando un legado de novelas que van de la ficción al realismo mágico, duras historias como ningunas otras. La equidad se siguió haciendo presente, entregándolo en 2009 a la alemana Herta Müller, en 2013 a la canadiense Alice Munro y en 2015 a la bielosrrusa Svetlana Aleksiévich. Pero a pesar de todo, considerando un premio tan longevo, la cifra de 14 reconocimientos a las mujeres luce pobre, poco, por no decir que es nada. Pero eso no ha detenido que sigan naciendo escritoras relevantes, que buscan ser leídas y que su voz sea escuchada, a pesar de que pareciera el mundo literario sigue cerrando puertas y haciendo menos.
Las escritoras que marcaron la historia
Vamos al plano internacional. Las escritoras que han marcado historia y que no siempre recibieron el reconocimiento que quisieran. Aún hoy se siguen leyendo los clásicos de Jane Austen, quien le dio un nuevo color al drama y a la lucha de la mujer en contra de prejuicios sociales. Virginia Woolf influyó como ninguna, y lo sigue haciendo, en la forma de valorarse por parte de las mujeres por todo el mundo; ella tuvo un desenlace trágico, pero sus letras y creaciones han quedado para la posteridad.
Vamos más atrás en el tiempo, hoy en día es uno de los géneros favoritos, la literatura de misterios, pistas, detectives, que se van al cine a granel, pero es una mujer una de las más famosas, célebres y grandes del género es Agatha Christie quien marco un antes y después para la novela negra. No podemos dejar de reconocer a las hermanas Brontë. Mary Shelley es la figura detrás del famoso monstruo que aún hoy aterroriza y es mundialmente reconocido: Frankenstein.

Joyce Carol Oates. Foto: Christopher Felver/CORBIS
Joyce Carol
Otra que siempre está en boca de todos cuando se acerca el Nobel, es la subcampeonísima a la par de Murakami, es la norteamericana Joyce Carol Oates, que cuenta con un amplio acervo de emocionantes novelas, que navegan siempre entre misterios e intensos dramas. La española Ana María Matut es reconocida hoy en día como la más leída en su país y que ha logrado ir más allá de las fronteras de su país ibérico. Y siguiendo con España hay dos grandes figuras que hay que reconocer como lo es Almudena Grandes, que como nos lleva a una novela erótica, nos habla de la guerra civil de su país. Les recomiendo ampliamente los libros de Marta Sanz, tiene una joya por ahí que lleva por título: Farándula.
Seguimos el camino. Ahora hay que detenernos en las poderosas. Las que son creadoras de grandes best sellers internacionales Esas mujeres que han cosechado una fortuna gracias a su imaginación, a sus letras, que tal vez no sean del gusto de todos, pero es un hecho que tienen una legión de fieles lectores. Margaret Atwood, es la de moda, con libros como El cuento de la criada, ha cautivado a miles y miles de lectores. La chilena Isabel Allende es la gran imagen de la literatura latinoamericana best seller, con historias que han atrapado a generación tras generación. Danielle Steel tiene récord de ventas y también de novelas creadas, dicen que algún día llegará al centenar. Un caso similar es el de Corín Tellado, la reina de la literatura rosa.
Creadoras de grandes historias
Las creadoras de grandes historias, que después se convirtieron en importantes sagas cinematográficas son, Suzanne Collins, que creó la reconocida serie de Los juegos del hambre, unos libros que resultan adictivos. Stephanie Meyer fue la encargada de la saga de vampiros enamorados de Crepúsculo y E.L. James, escribió las aventuras del Señor Grey en la cama, con sus Cincuenta Sombras, que es reconocida como una serie de libros de superación femenina, así como lo lee usted. Finalmente, la que tal vez sea el pilar de muchas cosas, JK Rowling que imaginó un universo de magos único e inolvidable en el que habita quien tú sabes y un tal Harry Potter.

La mexicana Elena Garro.
Las autoras de casa
Para cerrar me gustaría hablar de lo hecho en casa. Tenemos a una de las poetas más influyentes a nivel mundial como Sor Juana Inés de la Cruz. Elena Garro que influyó en corrientes artísticas completas, a la eterna Elena Poniatowska. Mi favorita, la cuentista de situaciones sobrenaturales Amparo Dávila. Margo Glantz, una de las ensayistas más respetadas y laureadas en el plano internacional. Están Ana Clavel, Guadalupe Loaeza y Ángeles Mastretta, cada una con su estilo, pero hablando siempre de profundos sentimientos de amor. Imposible no nombrarla, Laura Esquivel y su clásico de Como agua para chocolate. Más contemporáneas nos encontramos a la genial Guadalupe Nettel y a Cristina Rivera Garza.
Sin afán de dejar nadie afuera, nombro algunas de las escritoras, a sabiendas que hay muchas más intentando hacerse escuchar y llevarnos de la mano al imaginario del mundo de la literatura.
Así es existen muchas opciones para honrarlas en este su mes, es cuestión de leerlas y darnos cuenta que no hay razón de ser de esta segmentación existente en la literatura. En los tiempos que corren, creo que la igualdad es algo clave y que mejor que también aplicarlo en nuestras lecturas.
Óscar Beltrán ha trabajado en medios impresos y radiofónicos como reportero en las fuentes de cultura, policíaca y deportiva. Ahora se desempeña como editor en jefe de la aplicación para smartphone «Plans».
El arte tiene la capacidad de sanar: Ismael Vargas

Con 60 años de carrera sobre sus hombros, el maestro Ismael Vargas aún se emociona con la idea de inspirar a otras y otros —los más jóvenes, principalmente— a replantearse el mundo que los rodea a partir de la contemplación y el contacto con el arte.
“Tengo la esperanza de que el arte sea capaz de distraerlos. O sea, tengo la ilusión de poder rescatar su atención”, dice en entrevista exclusiva para Siker.
Con ese propósito, el destacado pintor tapatío se embarcó en la preparación de una exposición retrospectiva, titulada La vida: Tiempo codificado en la que reunirá 25 obras realizadas en distintos momentos de su trayectoria como artista, y que será exhibida en la Universidad Panamericana Campus Guadalajara a partir del próximo martes 4 de noviembre.
Nacido en 1947 —cineasta, escritor, pintor y escultor—, Ismael Vargas encontró su vocación a los 13 años de edad, enamorado de las pinturas que se imprimían en las cajetillas de los cerillos con que su madre encendía la estufa.
Con la certeza inequívoca de que la pintura era el camino natural que le trazaba la vida, plasmó desde sus primeros lienzos las acumulaciones de objetos que atiborraban los puestos del mercado San Juan de Dios que visitaba de niño.
Sus obras están llenas de pequeñas palomas de barro, muñecas de cartón, trompos, canicas, mariposas y carritos de madera; acumulados de forma obsesiva como se acumulan las plegarias en las capillas o los Om en los monasterios. Una especie de vibración pictórica.
“Es una especie de mantra (…) Es una vibración. Cada vez que yo hago un cuadro, trato de que vibre”, dice y luego sostiene: “Ahora te puedo decir, 60 años después, que he comprobado que el arte tiene la capacidad de sanar a través de la contemplación”.
Iniciaste tu carrera a los 13 años, ¿cómo comenzó todo?
Por frustración. Yo quería ser torero. Y cuando me enfrenté a un becerro, salí corriendo, y supe que me gustaba ver los toros desde la barrera. Luego quise ser cantante de ópera y no canto ni las de Cri-Cri. Por entonces, tenía tiempo de coleccionar y recortar las portadas de los cerillos Clásicos de Lujo que traían reproducciones de pinturas. Y yo no tenía libros de arte, pero hice una especie de libro de arte al pegar todas estas cartitas en un cuaderno. Y entonces, le pregunté a mi papá que qué era eso, y me dijo: es un bastidor en donde se monta una tela y con pinceles y colores se pinta lo que tú quieras. Eso me pareció magnífico. Y le dije: ¿me ayuda a intentar hacer uno? Y me dijo: sí, hagámoslo. Entonces hicimos un bastidor, con un costal de azúcar, lo abrimos, y eso fue lo que montamos.
¿Y qué pintaste?
Bueno, la ignorancia es atrevida. Copié nada menos que Santa Ana, la Virgen y el Niño (de Leonardo da Vinci). Fue maravilloso; al estarlo haciendo, durante el tiempo que duré haciéndolo, me pareció mágico. Era indescriptible la sensación que estaba viviendo. No solo en el acto, sino después del acto de pintar, todo el tiempo que estuviese en contacto con la obra.
¿Qué te ocurría? ¿Una especie de abstracción del mundo?
No. Al contrario, al contrario. Era la sensación de sentirme integrado, yo que siempre me sentí desintegrado del mundo. Me sentía parte del universo cuando me ponía a pintar. Y entonces, simplemente dije: yo quiero hacer eso.
Claro, inmediatamente después, porque tengo ese carácter, pensé: ¿pero yo qué voy a hacer? Ya existe Leonardo da Vinci, Rembrandt, Van Gogh… Todos los artistas que admiro. ¿Y yo qué? Afortunadamente, una voz interior me dijo: No vas a competir, no son las olimpiadas. El arte no es saber quién llega primero o quién puede más, sino es hablar de las cosas que emocionan. Ninguno de ellos nació en una vecindad, cerca del mercado San Juan de Dios, como tú. Y entonces, eso me dio la base de mi trabajo.
¿Tu entorno? ¿Tu contexto específico?
Sí. Mi trabajo es la acumulación, tanto de la fruta, de las máscaras, de las muñecas de cartón, así, como en los mercados, que todo lo hacen en rumas. Yo no pinto una manzana ni un cántaro, sino miles. Y esa fue mi solución para trabajar.
Han pasado décadas y te ha tocado ver periodos muy interesantes de México y el mundo. ¿Hay algún periodo en el que estuvieras desarrollando tu obra y te sintieras especialmente interesado?
No, siempre he ido desfasado en el tiempo. Yo no voy con el tiempo en que vivo. Mi interés es hacer algo que te emocione y que te haga sentir bien cuando lo ves, nada más. Yo no tengo mensajes que mandar ni mucho menos mensajes políticos. Es simplemente hacer un jardín y mostrártelo para que lo contemples.
¿Se trata solo de la contemplación?
Sí. Ahora te puedo decir, 60 años después, que he comprobado que el arte tiene la capacidad de sanar a través de la contemplación.
¿Cómo exactamente?
Pues, contemplar una obra puede transformarte. Transformar tu estado de ánimo de manera que tus defensas te protejan de una enfermedad o te eliminen un malestar. No estoy hablando de medicina. Estoy hablando del alma y de las emociones, pero es físico también, es físico. Tu sistema inmunológico se fortalece al ver algo que te emociona. Por lo tanto, te alivia.
Tu obra es particularmente bella, colorida, alegre…
Obsesiva. Es una especie de mantra. Esa es la otra parte que cura. Es una vibración. Cada vez que yo hago un cuadro, trato de que vibre. Y nosotros somos vibración, nosotros somos polvo de estrellas. Las plantas son polvo de estrellas, las piedras son polvo de estrellas. Lo que nos diferencia es la vibración. Vibramos a diferentes velocidades y por eso las plantas son como son y nosotros como somos.
Cuando una obra es oscura o violenta, ¿actúa a la inversa?
No, no, no. También puede ser sanadora. La imagen no tiene que ver con lo que a ti te sucede. Es un espejo. Depende del espectador. No es importante lo que nos sucede, sino lo que hacemos con lo que nos sucede. Yo, por las características de mi educación y mi contexto, podría ser un asesino. Tengo el derecho de matar. Pero, preferí hacer un jardín.
Tienes una nueva exposición en puerta. ¿Cómo nació el proyecto?
Por una invitación de la Universidad Panamericana que está interesada en abrir un ala de la universidad para el arte. Me preguntaron que si me gustaría participar en una exposición y acepté.
¿Por qué te gustó la idea?
Por el contacto con la juventud, que no va a las galerías. Entonces, pues, si la montaña no viene a mí, yo voy a la montaña.
¿Cuál es el concepto de la exposición?
Es una especie de retrospectiva porque son piezas de distintas épocas: papeles, óleos, esculturas, todas las técnicas que he trabajado. Obras desde el (año) 72’ hasta obras contemporáneas, hechas el mes pasado.
Vamos a ver una línea de tiempo de 60 años de carrera…
Sí. Sesenta y dos años de carrera. Van a hacer falta algunas obras, de una etapa en que trabajaba piezas gigantescas.
¿Qué pasó con esas obras? He visto algunas y son impresionantes.
Tengo algunas, pero no hay espacio para exponerlas. Son obras monumentales de 12 metros.
Hablemos de los tiempos que corren. Me decías que los chicos no van a las galerías. Fue justamente eso lo que te interesó de esta nueva exposición; poder acercarte a los jóvenes con tu obra.
Sí, porque tengo la esperanza de que el arte sea capaz de distraerlos. O sea, tengo la ilusión de poder rescatar su atención.
Claro que está terrible, porque hace muchos años que nos están destruyendo, nos han hecho indiferentes, nos han estupidizado. Y si algo es importante es la curiosidad. Para que tú inventes un avión, tienes que tener la curiosidad de saber hacerlo que vuele y que no se te caiga.
En este caso, no me interesa que sean pintores. Lo que me interesa es que vean otra opción del mundo. Si una obra mía despierta su creatividad en el terreno que sea… a lo mejor no van a pintar, si no, van a manejar un aparato digital maravilloso que va a hacer algo holístico, qué sé yo.
Ese tipo de cosas ocurren con el arte…
Así es, exacto. En eso creo.
¿Hay planes a futuro con la exposición?
Sí, parece que estará en la Universidad (Panamericana Campus Guadalajara) hasta diciembre, y después se la van a llevar a la Ciudad de México y a algunos otros lugares.
¿Eso te emociona?
Sí. Por lo mismo. No me importa que no esté a la venta mi obra, que no me compren. Eso nunca me ha interesado. Me interesa la posibilidad de que a algún niño, a algún joven le cambie la vida.

Tendrá reestreno mundial la zarzuela El Orgullo de Jalisco en el Teatro Degollado

El próximo 14 de septiembre, el Teatro Degollado será escenario del reestreno mundial de la zarzuela El Orgullo de Jalisco, del compositor español Federico Moreno Torroba, con la presencia del tenor Plácido Domingo como invitado de honor.
La obra vuelve a los escenarios tras 78 años de su estreno en el Teatro Arbeu de la Ciudad de México.
La puesta en escena contará con la mezzosoprano Nancy Fabiola Herrera en el rol de Cristina —papel que en 1947 interpretó Pepita Embil, madre de Plácido Domingo— y con el barítono mexicano Luis Ledesma como Paco Aldana.
Ambos artistas han desarrollado una destacada trayectoria en escenarios internacionales como el Metropolitan Opera de Nueva York, la Royal Opera House de Londres, el Teatro alla Scala de Milán y el Teatro Colón de Buenos Aires.
Rescate patrimonial
Andrea Blanco Calderón, coordinadora General Estratégica de Desarrollo Social, explicó que el reestreno es un rescate patrimonial.
La partitura, con libreto de Antonio Guzmán Aguilera, se localizó en 2020 por Rooney Josué Hernández Villanueva, quien realizó la edición crítica. El full score se encontraba en poder de la familia de Moreno Torroba y fue cedido a la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE).
El secretario de Cultura, Gerardo Ascencio Rubio, destacó que “montar esta obra para nosotros, exactamente, 78 años después de su estreno y reestrenarla aquí en Guadalajara, donde no se presentó, realmente es un gusto, un honor y un aliciente para presentar a un público que tiene mucho tiempo y una larga tradición de gusto por el género de la zarzuela y por el género de la ópera en general”.
Plácido Domingo asistirá a la función
La producción reunirá a más de 130 artistas en escena, entre ellos 70 músicos de la Orquesta Sinfónica para la Escena de Jalisco y de la Orquesta Típica del Estado, 50 integrantes del Estudio de Ópera de Jalisco, el Coro del Estado y el Coro del Tec de Monterrey, todos bajo la dirección musical de Allen Vladimir Gómez Ruiz.
La dirección escénica estará a cargo de Leopoldo Falcón, conocido como “El Hombre Zarzuela de México”. La obra se presentará en tres actos que combinan la tradición española con aires populares mexicanos, en particular el son jalisciense.
Función especial
Plácido Domingo confirmó su asistencia como invitado de honor, en un evento que también representa un homenaje a la trayectoria de su madre. “El Orgullo de Jalisco” no figuraba hasta ahora en los catálogos internacionales de zarzuela, por lo que su reaparición en Guadalajara adquiere un carácter de rescate histórico y artístico.
La función está programada para el 14 de septiembre a las 18:00 horas en el Teatro Degollado. Los boletos están disponibles en Boletomovil.com y en taquillas del recinto, con precios que van de 50 a mil pesos.
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