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Cultura

Uxue Alberdi: consejos para politizar las emociones

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Uxue Alberdi

Hay momentos vitales que construyen personajes de ficción y hay espacios habitados que vale la pena renombrar a través de un texto. Así funciona la literatura para Uxue Alberdi (Elgóibar, Guipúzcoa, 1984), escritora del País Vasco que visitó Guadalajara trayendo en la maleta su más reciente novela traducida al castellano, JenisJoplin, un relato que politiza las emociones desde el punto de vista de la feminidad en voz de un personaje contestatario y arrebatado, Nagore Vargas; en los albores del fin de un evento que marcó al Siglo XX, el conflicto separatista vasco.

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Alberdi, quien además es cantante de bertsolari –improvisaciones populares de versos en vasco–, solía escribir relatos un poco más distanciados de sus preocupaciones más inmediatas y contextos personales, pero ahora ha retornado a casa, un pueblo pequeño, para construir una historia salpicada de reflexiones de su generación. Nagore (la JenisJoplin del título) es una chica activista quien es diagnosticada con VIH. No es Uxue, pero sí que rescata muchas de sus inquietudes.

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¿Cómo construyes un personaje?

Normalmente parto de alguien más o de experiencias mías, y luego lo voy elaborando. Es un poco un misterio. Creo que era Fitzgerald quien decía que si partes de un arquetipo, no te sale nada creíble, y que si partes de lo humano, puedes llegar a crear un arquetipo.

Es notorio que para Alberdi, la literatura es implicación, justo en el momento en que explica como desarrolla sus personajes su memoria se descuelga hacia su padre, quien inspiró a uno de sus personajes en un relato reciente sobre una familia que busca mantener a su padre vivo cuando este se va haciendo mayor.  Su padre es un nadador de cepa, y cada año hacía una travesía de tres kilómetros a nado, la cual, por el peso de los años la ha cancelado ya. En este afán tan humano de aferrarse a la vitalidad y detener el tiempo, su hermano propuso hacer una carrera más corta entre los tres. La cual, finalmente, el padre ganó.

Yo me sentía súper contenta de estar nadando junto a mi padre, de repente él empezó a nadar más rápido y yo no le podía seguir, fue una alegría inmensa de decir: “aún me gana mi padre”.

Así es como la autora roba pedazos a la realidad para construir desde la ficción: buscando emociones universalmente reconocibles.

¿Cómo funciono esto para el caso de ‘JenisJoplin’?

En su caso yo me basaba sobre todo en dos amigas mías, tienen mucho su carácter, pero me doy cuenta también que siempre uso los personajes para volcar algo mío, es verdad que mi biografía no tiene mucho que ver con el personaje de Nagore Vargas, ella es más contestataria y radical, yo soy más moderada. Pero sí hay una pulsión de fondo hacia esa ambivalencia hacia lo masculino y el padre, hacia el patriarcado, y hay esa resistencia a la vulnerabilidad, a querer ser autosuficiente.

Aquí, la escritora revela que cuando rasca a sus personajes, encuentra sus propias venas. Por ejemplo, la forma en que Nagore vive su sexualidad de manera abierta y directa, y quien luego es castrada al contraer el SIDA, la hizo cuestionar su propia sexualidad, trastocada en el momento de ser madre.

La maternidad fue muchas cosas, pero fue un susto la castración erótica, nadie me había hablado de eso. Entonces también me he puesto a pensar, como me he relacionado con los hombres, cómo se ha definido mi sexualidad. (…) La madre como concepto no está en el mercado sexual, no puedes ligar conmigo. Ahí volqué ciertas emociones en el personaje, no lo construí para hablar de esto, pero sí que me ayudó. Yo no sé lo que es sentir la castración por una enfermedad, pero sí que sé lo que es tener que re-sexualizar mi propio cuerpo, pensar ‘qué pasa con lo erótico en una casa llena de juguetes y de pañales’.

¿Qué rol juega en tus relatos el contexto socio-político?

Para mí era importante contar un conflicto político desde un punto de vista emocional y politizar también las emociones y la vulnerabilidad, era importante construir bien la psicología de Nagore Vargas. El espacio tiempo es lo que más me atrapa en la literatura. Ursula K. Le Guin decía que si en una novela el espacio no es más que necesario, el escritor o escritora ha fracasado, el espacio tiene que hablar, cuando leemos ‘el mar’, eso nos está diciendo algo, las calles son más que un mero atravesar, tienen que estar vivas.

En JanisJoplin, Uxue regresa a su infancia y a lo que le inquietaba durante el conflicto de ETA, vuelve a aquellos días en los que el desayuno familiar tenía como banda sonora un atentado, una manifestación, una barricada o un incendio. Es un regresar a sus calles, pero también a los amigos perdidos por contagios de VIH, y contar, con una perspectiva de género, un relato político que siempre había sido visto desde la mirada masculina.

Sentía la necesidad de atreverme a renombrar nuestra vivencia. Es curioso porque cuando se publicó este libro, por primera vez sentí el reconocimiento de escritores hombres, era como ‘ah, ahora sí ya sabes escribir sobre cosas importantes’.

¿Viniendo del País Vasco, cómo es tu relación con ese monstruo de la literatura en castellano?

Es una relación ambivalente, es la primera vez que un libro mío se publica y distribuye en tantos sitios. Es una alegría cada traducción a cualquier idioma. Somos muy conscientes de la diferencia en la dimensión de los idiomas y los riesgos que esto acarrea. Las literaturas que escribimos en idiomas no hegemónicos tenemos también un complejo, un auto menosprecio, siempre hemos pensado que escribimos bien para nuestro pequeño lugar. Ser traducida es una manera también de tomarle temperatura no sólo a tu obra, sino a tu sistema político.

Uxue Alberdi

Sobre el autor 

Oliver Zazueta es Licenciado en Estudios Internacionales por la Universidad de Guadalajara y Licenciado en Periodismo por la Escuela de Periodismo Carlos Septien, actualmente cursa la maestría en Filosofía y Ciencias Sociales en el ITESO, en Guadalajara, Jalisco, México.
Trabajó como periodista por 13 años para Grupo Reforma en temas culturales – música, cine, literatura–, política, educación y deportes. Colaborador del sitio digital cuarta.mx, ahora siker.com, con la columna Altavox, y productos editoriales diversos, así como de la revista Magis del ITESO.

 

Fotos: Cortesía Instituto Vasco Etxepare / Maru Martí

 

 

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El arte tiene la capacidad de sanar: Ismael Vargas

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Ismael Vargas
La exposición La vida: Tiempo codificado, del artista Ismael Vargas, reúne 25 obras de distintas etapas del artista. Foto: Siker / Juan Carlos Sagredo.

Con 60 años de carrera sobre sus hombros, el maestro Ismael Vargas aún se emociona con la idea de inspirar a otras y otros —los más jóvenes, principalmente— a replantearse el mundo que los rodea a partir de la contemplación y el contacto con el arte.

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“Tengo la esperanza de que el arte sea capaz de distraerlos. O sea, tengo la ilusión de poder rescatar su atención”, dice en entrevista exclusiva para Siker.

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Con ese propósito, el destacado pintor tapatío se embarcó en la preparación de una exposición retrospectiva, titulada La vida: Tiempo codificado en la que reunirá 25 obras realizadas en distintos momentos de su trayectoria como artista, y que será exhibida en la Universidad Panamericana Campus Guadalajara a partir del próximo martes 4 de noviembre.

Nacido en 1947 —cineasta, escritor, pintor y escultor—, Ismael Vargas encontró su vocación a los 13 años de edad, enamorado de las pinturas que se imprimían en las cajetillas de los cerillos con que su madre encendía la estufa.

Con la certeza inequívoca de que la pintura era el camino natural que le trazaba la vida, plasmó desde sus primeros lienzos las acumulaciones de objetos que atiborraban los puestos del mercado San Juan de Dios que visitaba de niño.

Sus obras están llenas de pequeñas palomas de barro, muñecas de cartón, trompos, canicas, mariposas y carritos de madera; acumulados de forma obsesiva como se acumulan las plegarias en las capillas o los Om en los monasterios. Una especie de vibración pictórica.

“Es una especie de mantra (…) Es una vibración. Cada vez que yo hago un cuadro, trato de que vibre”, dice y luego sostiene: “Ahora te puedo decir, 60 años después, que he comprobado que el arte tiene la capacidad de sanar a través de la contemplación”. 


Iniciaste tu carrera a los 13 años, ¿cómo comenzó todo?

Por frustración. Yo quería ser torero. Y cuando me enfrenté a un becerro, salí corriendo, y supe que me gustaba ver los toros desde la barrera. Luego quise ser cantante de ópera y no canto ni las de Cri-Cri. Por entonces, tenía tiempo de coleccionar y recortar las portadas de los cerillos Clásicos de Lujo que traían reproducciones de pinturas. Y yo no tenía libros de arte, pero hice una especie de libro de arte al pegar todas estas cartitas en un cuaderno. Y entonces, le pregunté a mi papá que qué era eso, y me dijo: es un bastidor en donde se monta una tela y con pinceles y colores se pinta lo que tú quieras. Eso me pareció magnífico. Y le dije: ¿me ayuda a intentar hacer uno? Y me dijo: sí, hagámoslo. Entonces hicimos un bastidor, con un costal de azúcar, lo abrimos, y eso fue lo que montamos.

¿Y qué pintaste?

Bueno, la ignorancia es atrevida. Copié nada menos que Santa Ana, la Virgen y el Niño (de Leonardo da Vinci). Fue maravilloso; al estarlo haciendo, durante el tiempo que duré haciéndolo, me pareció mágico. Era indescriptible la sensación que estaba viviendo. No solo en el acto, sino después del acto de pintar, todo el tiempo que estuviese en contacto con la obra.

¿Qué te ocurría? ¿Una especie de abstracción del mundo?

No. Al contrario, al contrario. Era la sensación de sentirme integrado, yo que siempre me sentí desintegrado del mundo. Me sentía parte del universo cuando me ponía a pintar. Y entonces, simplemente dije: yo quiero hacer eso.

Claro, inmediatamente después, porque tengo ese carácter, pensé: ¿pero yo qué voy a hacer? Ya existe Leonardo da Vinci, Rembrandt, Van Gogh… Todos los artistas que admiro. ¿Y yo qué? Afortunadamente, una voz interior me dijo: No vas a competir, no son las olimpiadas. El arte no es saber quién llega primero o quién puede más, sino es hablar de las cosas que emocionan. Ninguno de ellos nació en una vecindad, cerca del mercado San Juan de Dios, como tú. Y entonces, eso me dio la base de mi trabajo.

¿Tu entorno? ¿Tu contexto específico?

Sí. Mi trabajo es la acumulación, tanto de la fruta, de las máscaras, de las muñecas de cartón, así, como en los mercados, que todo lo hacen en rumas. Yo no pinto una manzana ni un cántaro, sino miles. Y esa fue mi solución para trabajar.

Han pasado décadas y te ha tocado ver periodos muy interesantes de México y el mundo. ¿Hay algún periodo en el que estuvieras desarrollando tu obra y te sintieras especialmente interesado?

No, siempre he ido desfasado en el tiempo. Yo no voy con el tiempo en que vivo. Mi interés es hacer algo que te emocione y que te haga sentir bien cuando lo ves, nada más. Yo no tengo mensajes que mandar ni mucho menos mensajes políticos. Es simplemente hacer un jardín y mostrártelo para que lo contemples.

¿Se trata solo de la contemplación?

Sí. Ahora te puedo decir, 60 años después, que he comprobado que el arte tiene la capacidad de sanar a través de la contemplación.

¿Cómo exactamente?

Pues, contemplar una obra puede transformarte. Transformar tu estado de ánimo de manera que tus defensas te protejan de una enfermedad o te eliminen un malestar. No estoy hablando de medicina. Estoy hablando del alma y de las emociones, pero es físico también, es físico. Tu sistema inmunológico se fortalece al ver algo que te emociona. Por lo tanto, te alivia.

Tu obra es particularmente bella, colorida, alegre…


Obsesiva. Es una especie de mantra. Esa es la otra parte que cura. Es una vibración. Cada vez que yo hago un cuadro, trato de que vibre. Y nosotros somos vibración, nosotros somos polvo de estrellas. Las plantas son polvo de estrellas, las piedras son polvo de estrellas. Lo que nos diferencia es la vibración. Vibramos a diferentes velocidades y por eso las plantas son como son y nosotros como somos.


Cuando una obra es oscura o violenta, ¿actúa a la inversa?

No, no, no. También puede ser sanadora. La imagen no tiene que ver con lo que a ti te sucede. Es un espejo. Depende del espectador. No es importante lo que nos sucede, sino lo que hacemos con lo que nos sucede. Yo, por las características de mi educación y mi contexto, podría ser un asesino. Tengo el derecho de matar. Pero, preferí hacer un jardín.

Tienes una nueva exposición en puerta. ¿Cómo nació el proyecto?

Por una invitación de la Universidad Panamericana que está interesada en abrir un ala de la universidad para el arte. Me preguntaron que si me gustaría participar en una exposición y acepté.

¿Por qué te gustó la idea?

Por el contacto con la juventud, que no va a las galerías. Entonces, pues, si la montaña no viene a mí, yo voy a la montaña.

¿Cuál es el concepto de la exposición?

Es una especie de retrospectiva porque son piezas de distintas épocas: papeles, óleos, esculturas, todas las técnicas que he trabajado. Obras desde el (año) 72’ hasta obras contemporáneas, hechas el mes pasado. 


Vamos a ver una línea de tiempo de 60 años de carrera…

Sí. Sesenta y dos años de carrera. Van a hacer falta algunas obras, de una etapa en que trabajaba piezas gigantescas.

¿Qué pasó con esas obras? He visto algunas y son impresionantes.


Tengo algunas, pero no hay espacio para exponerlas. Son obras monumentales de 12 metros.

Hablemos de los tiempos que corren. Me decías que los chicos no van a las galerías. Fue justamente eso lo que te interesó de esta nueva exposición; poder acercarte a los jóvenes con tu obra.

Sí, porque tengo la esperanza de que el arte sea capaz de distraerlos. O sea, tengo la ilusión de poder rescatar su atención.
Claro que está terrible, porque hace muchos años que nos están destruyendo, nos han hecho indiferentes, nos han estupidizado. Y si algo es importante es la curiosidad. Para que tú inventes un avión, tienes que tener la curiosidad de saber hacerlo que vuele y que no se te caiga.
En este caso, no me interesa que sean pintores. Lo que me interesa es que vean otra opción del mundo. Si una obra mía despierta su creatividad en el terreno que sea… a lo mejor no van a pintar, si no, van a manejar un aparato digital maravilloso que va a hacer algo holístico, qué sé yo.

Ese tipo de cosas ocurren con el arte…

Así es, exacto. En eso creo.

¿Hay planes a futuro con la exposición?

Sí, parece que estará en la Universidad (Panamericana Campus Guadalajara) hasta diciembre, y después se la van a llevar a la Ciudad de México y a algunos otros lugares. 


¿Eso te emociona?

Sí. Por lo mismo. No me importa que no esté a la venta mi obra, que no me compren. Eso nunca me ha interesado. Me interesa la posibilidad de que a algún niño, a algún joven le cambie la vida.

Ismael Vargas
El artista Ismael Vargas inaugura su exposición este martes en la Universidad Panamericana. Foto: Siker / Juan Carlos Sagredo.
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Cultura

Tendrá reestreno mundial la zarzuela El Orgullo de Jalisco en el Teatro Degollado

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zarzuela El Orgullo de Jalisco

El próximo 14 de septiembre, el Teatro Degollado será escenario del reestreno mundial de la zarzuela El Orgullo de Jalisco, del compositor español Federico Moreno Torroba, con la presencia del tenor Plácido Domingo como invitado de honor. 

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La obra vuelve a los escenarios tras 78 años de su estreno en el Teatro Arbeu de la Ciudad de México.

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La puesta en escena contará con la mezzosoprano Nancy Fabiola Herrera en el rol de Cristina —papel que en 1947 interpretó Pepita Embil, madre de Plácido Domingo— y con el barítono mexicano Luis Ledesma como Paco Aldana. 

Ambos artistas han desarrollado una destacada trayectoria en escenarios internacionales como el Metropolitan Opera de Nueva York, la Royal Opera House de Londres, el Teatro alla Scala de Milán y el Teatro Colón de Buenos Aires.

Rescate patrimonial

Andrea Blanco Calderón, coordinadora General Estratégica de Desarrollo Social, explicó que el reestreno es un rescate patrimonial. 

La partitura, con libreto de Antonio Guzmán Aguilera, se localizó en 2020 por Rooney Josué Hernández Villanueva, quien realizó la edición crítica. El full score se encontraba en poder de la familia de Moreno Torroba y fue cedido a la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE).

El secretario de Cultura, Gerardo Ascencio Rubio, destacó que “montar esta obra para nosotros, exactamente, 78 años después de su estreno y reestrenarla aquí en Guadalajara, donde no se presentó, realmente es un gusto, un honor y un aliciente para presentar a un público que tiene mucho tiempo y una larga tradición de gusto por el género de la zarzuela y por el género de la ópera en general”.

Plácido Domingo asistirá a la función

La producción reunirá a más de 130 artistas en escena, entre ellos 70 músicos de la Orquesta Sinfónica para la Escena de Jalisco y de la Orquesta Típica del Estado, 50 integrantes del Estudio de Ópera de Jalisco, el Coro del Estado y el Coro del Tec de Monterrey, todos bajo la dirección musical de Allen Vladimir Gómez Ruiz.

La dirección escénica estará a cargo de Leopoldo Falcón, conocido como “El Hombre Zarzuela de México”. La obra se presentará en tres actos que combinan la tradición española con aires populares mexicanos, en particular el son jalisciense.

Función especial

Plácido Domingo confirmó su asistencia como invitado de honor, en un evento que también representa un homenaje a la trayectoria de su madre. “El Orgullo de Jalisco” no figuraba hasta ahora en los catálogos internacionales de zarzuela, por lo que su reaparición en Guadalajara adquiere un carácter de rescate histórico y artístico.

La función está programada para el 14 de septiembre a las 18:00 horas en el Teatro Degollado. Los boletos están disponibles en Boletomovil.com y en taquillas del recinto, con precios que van de 50 a mil pesos.

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