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Crazy Rich Asians: un chick flick dominguero
Crazy Rich Asians…
¿Un chick flick? Vamos por partes.
Un chick flick es una película hecha para el público femenino; es una historia con una serie de clichés rosas que repiten una y otra vez para venderle fácilmente a las chicas.
Son cintas predecibles, emocionalmente perturbadoras, huecas, llenas de gritos, lágrimas, montajes de probadores de ropa y exageraciones visuales coloridas que hacen a más de uno menear la cabeza.
Por desgracia, Crazy Rich Asians (2018) no es la excepción; dirigida por Jon M. Chu, encontramos una comedia romántica estadounidense y china que fue calificada con los más altos honores y rankings; y la verdad no merece tanto bombo y platillo.
¿Dominguera?
La trama. Rachel Chu descubre que su novio —el famosísimo riquimultimillonario heredero de la realeza de Singapur—“Nick Sin Personalidad” es asquerosamente rico.
En un viaje a la boda de su mejor amigo, la chica deberá conocer a la horrorosa, pretenciosa y ridícula familia de su galán, lo que causará una serie de conflictos que se resolverán mágicamente gracias al poder del amor y el dinero, donde los personajes y la audiencia no aprenderán nada.
¡Ah! Tan dominguera.
Siendo justo con la entrega, un elemento agradable es que no es aburrida; como comedia entretiene un rato y cumple con crear, en parte, una sátira social; eso funciona—hasta cierto punto—y la hace una comedia… hasta cierto punto.
La cinta provoca que pensemos y recordemos lo repugnante que es la alta sociedad en general y su comportamiento egoísta, despilfarrador, superficial, extravagante, vergonzoso y vacuo.
Lástima que su intención se perdió y crearon una comedia más o menos divertida, con personajes medio interesantes y dominguerísima.
Hueca y obvia
Al mencionar los personajes debo reconocer que tiene de todo menos (o casi): locos ricos asiáticos; sólo unos personajes secundarios eran locos ricos asiáticos, el resto eran unos simplones y aburridos monos que no recordarás después de terminar de ver la película.
Como siempre en esta clase de chick flicks, o películas lady, encontramos una carencia de actuación y comprensión de los sentimientos de las mujeres; los personajes no responden como deberían o haría un ser humano normal ante situaciones complejas como interactuar con gente repugnante, descubrir que tu pareja te engaña, entre otras.
Los personajes principales son huecos, obvios y nada complejos, eso le resta fuerza como drama, mientras que los secundarios son interesantes, divertidos y desaprovechados; qué desperdicio.
Deliciosa cinematografía
Por otro lado, la cinematografía, fotografía, edición y colores son una cosa bien hecha, que entretiene el ojo de principio a fin. Es un anuncio para irse a turistear a Singapur. Los colores, efectos visuales, vestuario y maquillaje, dan el gatazo, comparte un toque de riqueza visual inusual en estas producciones.
Es una película que da gusto ver.
¿Hay que verla?
Crazy Rich Asians no vale el boleto completo; es dominguera de principio a fin y hay mejores comedias en cartelera; si eres alguien que le gustan los chick flicks por sus clichés, definitivamente es tu mejor opción; si eres una persona que busca una comedia retadora, estará en chino que estos locos ricos asiáticos te den algo qué apreciar, busca otras alternativas.
Hasta entonces, saludos y recuerden, así como en la vida, todo pasa en el cine.