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El barro y la cerámica como lienzo para Víctor Hugo Pérez
El trabajo plástico del jalisciense Víctor Hugo Pérez es reconocido y apreciado. Ahora, sus perros salvajes, sus gatos cazadores, sus moscas inoportunas, sus ratas avispadas, sus gallos al acecho, todos personajes de la fauna urbana, forman parte de las más de cien piezas que se exhiben en la planta alta del Museo de Arte Raúl Anguiano.
La exposición titulada El otro lado del fuego reúne el trabajo de Víctor Hugo dentro del arte cerámico, una exploración que comenzó hace años y que le llevó a aprender las técnicas de los grandes maestros artesanos de Tonalá.
“Mi primer contacto con la cerámica se inició con el barro, alrededor de 2008 o algo así, e inmediatamente como todas mis formas en mi pintura existen en una tridimensionalidad mental, o no sé, pero están en mis manos”, explica Víctor Hugo en entrevista.
Como material de trabajo, el barro es muy noble, detalla el artista, para construir sus esculturas con el tema que ha marcado su obra: los animales.
Pero la utilización de las piezas de arte popular como lienzo vino en otro momento, cuando estas obras se hicieron presentes a su alrededor, por recomendaciones de amigos o por verlas expuestas en la casa de conocidos; así esos jarrones, platos, ánforas y vasijas fueron cobrando importancia como una opción de hábitat para sus personajes.
Con el tiempo, el arte popular y sus obras se convirtieron para Víctor Hugo en un vehículo factible para su trabajo, enriqueciéndolo de técnicas ancestrales que han sobrevivido a través de la herencia del oficio a las generaciones.
Del trabajo con estas técnicas, Víctor Hugo detalla que “el color terroso, los terminados, muy orgánicos, todo era como orgánico, la hechura es con los elementos naturales: el agua, la tierra, el fuego y el viento, siempre he vivido como sorprendido, por eso es el título de mi exposición, porque el fuego que todo lo destruye en este caso construye”.
Al centro de la sala expositiva se encuentra una isla, que contiene esculturas de perros, algunos tímidos, otros feroces, otros en celo, otros sometidos, otros indolentes.
Este espacio muestra a esculturas de las técnicas como barro bruñido, barro canelo, barro betus, barro greta, alta cerámica, aprendidas por Víctor Hugo en estos años de exploración artística.
“De ahí tomé todo tipo de diseños, entonces pueden encontrar desde los diseños que se estilan en Tonalá; hasta como la Bauhaus o diseños egipcios, sirios, griegos, en lo que se refiere a las formas de las ánforas, jarrones, ahí era la superficie en la cual yo iba a desarrollar mis motivos narrativos”, detalla el artista.
La curaduría de la exposición estuvo a cargo de Gutierre Aceves Piña, quien asegura que las obras están organizadas por grupos de las cinco técnicas.
“Víctor fue a los talleres y pudo asimilar los recursos técnicos-expresivos de esas técnicas y sumarlos a su obra (…) Son los recursos de esas técnicas”, señala Aceves Piña.
El curador considera que el artista realizó un estudio profundo de la cerámica global como se puede ver en la exposición, donde una serie de piezas demuestran la evolución de Víctor Hugo dentro de las técnicas tradicionales.
Las piezas presentadas son una extensión de su obra tanto de la pintura como del dibujo y de la escultura, señala Aceves Piña.
“Él conserva este mundo que ha ido creando en su obra y que se hace extensivo a la cerámica”, comenta el curador.
La exposición inauguró ayer y permanecerá durante este mes y diciembre abierta al público de martes a domingo, 10:00 a 17:00 horas.