Cultura
La dictadura del balón a través de Santiago Roncagliolo

Dictadura del balón…
¿Distractor social?
Vuelvo al tema. Es recurrente en el mundo intelectual (o pseudo intelectual, según el cristal con que se mire) el que se hable del futbol como un distractor social. Como causa de la ignorancia. Como bacteria que seca el cerebro, y demás. Así se refieren al deporte, al juego que es ejercido por prácticamente todo el mundo y que mueve pasiones en cada rincón.
Y en ese rubro, el segundo es Latinoamérica donde el futbol es casi, casi una religión. Hablando de los intelectuales del continente, nos encontramos con grandes amantes del deporte de la pelota, defensores de su arte e importancia para la sociedad. Entre ellos podemos contar al mexicano Juan Villoro, el uruguayo Eduardo Galeano y el peruano Mario Vargas Llosa; justo sobre este último es de quien quiero hacer referencia. Voy por partes.
Obras de envidia
Cada cierto tiempo, como todo lector que soy, me entra ese gusanito que vive (supongo) en cada uno de los que nos gusta leer en los ratos libres, esas ganas de escribir y admito que lo he intentado, pero simplemente no ha sido del todo lo mío. Lo que sí me pasa es que he tenido obras en mis manos que me dan envidia, sí envidia, quisiera ser yo el nombre que está en esa portada. Quisiera que fuera mi obra, pero no. Aclaro, no me pasa seguido, pero pasa. Y tenía un tiempo que no me llegaba ese sentimiento, hasta que me deleité con la novela La pena máxima, del escritor peruano Santiago Roncagliolo.
Ahora les cuento de lo buena que es y de qué va. Antes vuelvo con la literatura latinoamericana en general. Sudamérica se ha caracterizado por vivir épocas oscuras en las décadas de los setenta y ochenta, esto debido a las dictaduras militares que se instalaron a la fuerza en países como Paraguay, Argentina y Perú. Mario Vargas Llosa es de esas voces que hablan apasionadamente de este tema político, de los pésimos tiempos que le dieron a la gente. Es una voz que denuncia y que ha creado obras claves para entender este tema, como La fiesta del chivo y más recientemente Cinco esquinas (otra de esas obras que me despertó la envidia). Incluso el propio Vargas Llosa intentó ser presidente de su país, sin embargo, se quedó lejos de conseguirlo. Desde entonces se volvió más radical en sus incesantes críticas a las dictaduras del mundo. A la del PRI en México le llamó “La dictadura perfecta”.
Santiago Roncagliolo

Foto: Mònica Tudela
Y justo de ese tema va la novela de Roncagliolo. Este escritor peruano es versátil, y se hizo acreedor a un Premio Alfaguara, gracias a su novela detectivesca Abril Rojo. Ahora con La Pena Máxima, regresa a la novela negra, y lo hace de una forma creativa y única. La trama se ubica en 1978, justo durante la realización de la Copa del Mundo Argentina 1978. Cada capítulo del libro se desarrolla durante cada partido que disputa Perú en este Mundial de futbol. Cuando tenían a su generación de oro con Cubillas y Quiroga. Encabezando el talento de los incas.
Aquí el futbol no queda tan bien parado. La realización del Mundial tiene tanto alcance en el continente que paralizan ciudades enteras; es aquí donde se aprovecha para que los militares cometieran las atrocidades que los caracterizó. Pues bajo el mando del dictador argentino Jorge Rafael Videla, se desaparecían estudiantes, se reprimían grupos políticamente subversivos, se torturaba a la izquierda y se asesinaba a todo aquel que no estaba de acuerdo con la forma de gobierno. Esto cruzó fronteras y llegó hasta Perú. Un país que estaba a las puertas de unas elecciones democráticas, pero que su amor por el futbol le hacía debatirse entre votar o quedarse en casa para ver en blanco y negro el avance de la selección.
Por lo tanto en la cancha
Hay que decir, Perú llegó a cuartos de final de aquel Mundial, pero terminaron haciendo un ridículo; en la segunda fase los goleó Brasil, les ganó Polonia y protagonizaron el encuentro de la polémica. Argentina necesitaba vencerlos por 4 goles, parecía difícil, pero al final el marcador fue 6-0 en favor de los albicelestes, que a la postre, de la mano de figuras como el “Matador” Kempes, se coronarían campeones en su propia casa.

Dictador argentino Rafael Jorge Videla
Perú y Argentina hermanados
En este ambiente se desarrolla esta trama de espías, traiciones, infidelidades, locura, muerte; en la que incluso Roncagliolo, traslada el horror de los tiempos de Franco al frente del poder en España, a su propia Perú. Denuncia sin tapujos los hechos. Previo a las elecciones todo aquello que les olía a comunismo, a radicalismo o bien que no apoyaba la dictadura militar peruana, era levantada y extraditada a suelo argentino. En donde las torturas eran sus especialidades.
Como curiosidad, el estadio Monumental de River Plate, que es donde Argentina se coronó campeona del mundo, se encontraba a un par de cuadras de un centro militar que tenía la fama más negra. Ahí es donde dicen el que entraba ya no salía; y es el lugar en el que nació un mito, que es una realidad, y que justo toca el libro de Roncagliolo: a las mujeres embarazadas que estaban detenidas las aislaban, les daban cierto trato especial. Cuando tenían el bebé se los robaban para entregárselos en adopción a personajes de altos rangos militares y políticos incapaces de concebir; mientras que las madres, pues de ellas no se volvía a saber.
Protagonista y héroe
Todo esto lo toca Roncagliolo de frente. Teniendo como el héroe y protagonista a un personaje de nombre Félix Chacaltana, que pasa de ser un amante fiel de la justicia; un hombre temeroso de su madre, incluso convertirse en un soplón militar; para después abrir los ojos y entender que lo justo no era una dictadura. Lo justo era darle nombre y respeto a cada una de esas personas encerradas en cárceles; quienes lo único que querían era un mundo nuevo, uno en el que imperara la igualdad.
Santiago Roncagliolo ha entregado una gran novela de suspenso. Una novela que reta a la historia de frente, bajo un contexto futbolero muy interesante. Y es que es curioso un par de verdades que pasan; los asesinos disparaban cuando jugaba el Perú, esperaban el gol y detonaban, la algarabía hacía que no se escuchara el delito. Incluso los policías no querían tomar el caso, pues no se querían perder el partido que venía en puerta.
Una novela negra que se merece mucho más valor del que se le ha dado. Del que el propio Vargas Llosa, de tomarla entre sus manos, se vería contrariado, pero le daría una palmada en la espalda a su compatriota por hablar de esos temas escabrosos, que pareciera nadie quiere recordar y muchos olvidar o hacer suponer que por aquí nada pasó.

Portada del libro La pena máxima
La perpetua realidad alterna de la pantalla
“Este es un triunfo de América Latina y una lección para toda la gente que habla mal de la Argentina; sin conocer a sus gentes, su hospitalidad y su vocación de paz”, decían las transmisiones televisivas y radiofónicas sobre el triunfo en el Mundial de los argentinos. Sí y es que para ellos nada pasaba. Cuando todo pasaba por abajo del balón, donde mientras se cantaba gol, en otros lugares cercanos se exhalaba el último aliento. En donde mientras unos vibraban de nervios cuando se venía el ataque de los rivales a la portería de los suyos, otros expiraban nervios por no saber si iban a amanecer al día siguiente.
Sea por historia o por encontrar una buena novela policíaca, esta obra de Roncagliolo se convierte en uno de los indispensables de la nueva novela latinoamericana. Y ojo, sigue siendo una cachetada con guante blanco a los intelectuales que odian el futbol. Pues el contexto social y las implicaciones del deporte, son fundamentales para escribir la historia; por algo los mejores son los que lo defienden.
Cultura
Ismael Vargas será galardonado en el Festival Cultural de Mayo

Ismael Vargas tiene un lugar privilegiado dentro de la plástica nacional. Con 65 años de trayectoria, este pintor nacido en Guadalajara invita en cada una de sus obras a redescubrir los elementos de la cultura mexicana.
Con sus pinceladas transforma el lienzo blanco en paraísos de mariposas monarcas, de rosas, de telas, de rebozos, de frutas, de artesanías, de aves.
Vargas considera que cada hombre debe crear su paraíso, ese que él encontró entre los colores y las texturas.
El artista será reconocido con el Galardón Don Jorge Garciarce Ramírez en la categoría de Creación Artística, en el marco de la edición 28 del Festival Cultural de Mayo.
En la ceremonia, que se celebrará el próximo viernes 23 de mayo en el Teatro Degollado, a las 20:30 horas, también se reconocerá a Lorenza Dipp, en la categoría de Promoción Cultural; y a Enrique Ibarra, por su trayectoria en el servicio público y la docencia.
Ismael Vargas es un creador a la vieja usanza, no espera la inspiración, él es un hombre de rutinas que incluyen pintar por la mañana y leer por las noches.
Vargas comenzó su carrera en 1963, cuando presentó su primera exposición en el Patio de Los Ángeles, en el Barrio de Analco.
Entonces tenía 16 años, pero ya llevaba años dedicando su trazo a las pinturas clásicas que se mostraban en las cajas de cerillos Clásicos de Lujo de empresa La Central.
En esas cajitas, La Gioconda, de Leonardo da Vinci, lo conquistó como a muchos hombres y mujeres en la historia.
A partir del asombro de un niño espectador es que comenzó a pintar de manera autodidacta.
Su obra se ha expuesto en infinidad de museos del país y del extranjero y autores como Elena Poniatowska, Carlos Fuentes, Abigael Bohórquez, entre otros, dedicaron algunas de sus letras a elogiar el trabajo plástico de Ismael Vargas.
Espacios públicos en Guadalajara y en Monterrey tienen su obra. En la Perla Tapatía se encuentra su trabajo más polémico: Sincretismo, escultura ubicada en el camellón de avenida Federalismo, entre las calles de Juan Álvarez y Hospital.
Esta pieza, que muestra a la diosa náhuatl Coatlicue y a la Virgen de Guadalupe, dividió a los creyentes católicos. Unos ven en la pieza un homenaje a la fusión de dos culturas y otros, la blasfemia.
A lo que Ismael Vargas responde que el diablo está en los ojos de quien lo mira.
Para saber:
El Galardón Don Jorge Garciarce Ramírez, que celebra su segunda edición, reconoce a quienes han destacado en el ámbito cultural y lleva el nombre del ex presidente del Consejo de Administración de Consorcio Aga.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: ISMAEL VARGAS: EL LARGO Y DURO CAMINO DEL ARTE
Cultura
Globo, Museo de la Niñez celebra 25 años con cartas a la futura Guadalajara

Del 24 al 27 de abril, Globo, Museo de la Niñez de Guadalajara se transforma en un laboratorio de imaginación, memoria y deseos a futuro, en el marco de su 25 aniversario.
El Globo, Museo de la Niñez cumple 25 años y lo celebra como mejor sabe hacerlo: escuchando a las y los niños.
Durante cuatro días consecutivos —del jueves 24 al domingo 27 de abril—, el espacio ofrecerá un maratón de actividades culturales y artísticas, de 10:00 a 18:00 horas, pensadas para que niñas y niños se expresen, imaginen y se proyecten hacia el futuro.
Uno de los actos centrales del festejo será la activación del Dispositivo I de la serie “Ejercicios para futurizar”, del artista contemporáneo Michele Lorusso.
La pieza, gemela de una actualmente exhibida en el Museo LACMA de Los Ángeles, invita a la niñez a escribir o dibujar un mensaje para su yo del futuro y para la Guadalajara que sueñan.
Los mensajes serán resguardados en una cápsula del tiempo que se abrirá dentro de algunos años.
La instalación permanecerá activa hasta el 31 de mayo, permitiendo que más visitantes se sumen a este ejercicio epistolar.
Entre las actividades destacadas del aniversario están:
“El Museo de mis Sueños”, un taller de participación ciudadana donde niñas y niños de 10 a 12 años, junto con el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana, construirán un manifiesto con sus deseos para el museo del futuro.
“Jalisco en cortito”, proyecciones de cortos documentales realizados por niñas y niños del taller audiovisual Un, docs, tres por mí.
“Suspiros Migrantes”, taller sensorial para la primera infancia con escenofonía basada en voces de madres e infancias migrantes.
“Breaking con calma”, taller de danza urbana con enfoque lúdico y autocuidado.
Concierto didáctico a cargo de la Banda Municipal de Guadalajara, especialmente preparado para las infancias.
“Manchas de la Luna”, una obra de títeres de mesa que aborda el abuso sexual infantil en contextos familiares, tratándolo con la sensibilidad que el tema exige.
El concierto de clausura estará a cargo de Hermanax, agrupación de rock indie-alternativo que conecta con la niñez de todas las edades, incluidas aquellas que viven en cuerpos adultos.
Este museo se ubica en la Unidad Reforma en el barrio de Analco.
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