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Por qué Jalisco tiene que saber quién es Carlos Daniel Barba Rodríguez
Carlos Daniel Barba Rodríguez se sacó la rifa del tigre.
El nuevo titular del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses llega luego del escándalo que sacudió a la dependencia cuando se dio a conocer que la morgue no contaba con el espacio para albergar los cuerpos de las víctimas de la violencia, por lo que se tomó la decisión de guardar los cuerpos en dos contenedores de dos tráilers.
Barba Rodríguez viene de la misma estructura cuestionada, el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses; pero de un escalafón inferior: era director de Dictaminación Pericial.
Ingresó a esta institución en 2007. Es abogado; y ahora es el cuarto titular del Instituto en lo que va de la administración del priista Aristóteles Sandoval Díaz.
En 2014, durante unos meses, Barba Rodríguez fungió como director General Suplente del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses. Y fue remplazado por Luis Octavio Cotero Bernal, quien acaba de ser destituido esta semana por el escándalo de los contenedores de cuerpos de víctimas.
El defenestrado Cotero Bernal no dudó en acusar una venganza por parte del Gobierno de Jalisco, en especial del actual secretario general de gobierno, Roberto López Lara, por contradecir la versión oficial sobre la muerte de los tres estudiantes de cine.
Qué sigue
Carlos Daniel Barba Rodríguez tendrá que dar seguimiento a la identificación de los cuerpos en los contenedores, al menos es lo que exigen colectivos ciudadanos como «Por amor a ellxs».
Este colectivo hace responsable al Gobernador Aristóteles Sandoval, Raúl Sánchez Jiménez y Dante Haro, de la Fiscalía General de Jalisco, por el abandono de cuerpos en las cajas de los dos tráilers.
“Les exigimos un trato digno para los cuerpos resguardados por las autoridades, y el cumplimiento de la Ley General de Víctimas, la Ley General en Materia de Desaparición Forzada de Personas, Desaparición cometida por particulares y del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas”.
Barba Rodríguez enfrenta a su llegada la peor crisis del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses y el cuestionamiento al Gobierno de Jalisco por el mal manejo de los cuerpos, así como ignorar los protocolos que permitan la identificación de las víctimas.