Y Alfaro, ¿duerme tranquilo?

Por David González Jáuregui

Qué pensará Enrique Alfaro Ramírez, actual alcalde de Guadalajara y aspirante a gobernador de Jalisco, cuando llega a su casa y se dedica a descansar. Qué sentirá cuando le avisan que la violencia se apodera de la Zona Metropolitana.

¿Dicho personaje dormirá tranquilo? ¿Escuchará, verá o leerá noticias o sólo se dedica a escuchar el canto de las hadas que le dicen que Guadalajara es una maravilla de paz y tranquilidad?

Enrique Alfaro, quien ya se ve durmiendo en Casa Jalisco, ¿comerá a gusto, de verdad, se relajará y podrá dormir en paz cuando llega a su casa y es enterado de las ejecuciones en las calles de la Perla Tapatía, de los asaltos a jóvenes, estudiantes y amas de casa?

De verdad Enrique Alfaro se creerá ese discurso de que transformó Guadalajara. Que le dio el toque de seguridad que desde hace 30 años no se le daba.

¿El alcalde que ya se siente gobernador estará satisfecho con el trabajo que realiza su comisario y compadre al frente de la Policía Municipal de Guadalajara? ¿La inseguridad en Guadalajara será el reflejo de lo que se vivirá cuando él sea el gobernador de Jalisco?

¿Ya tendrá preparada la varita mágica para detener a la delincuencia que azota la ciudad, la zona metropolitana o el estado, y la utilizará en cuanto tome posesión como gobernador?

Fotos: Gobierno de Guadalajara

Recordemos que prometió durante su gobierno mejorar y resolver la inseguridad que ya se sentía desbordada en la administración del priista Ramiro Hernández y que en ésta, su administración del cambio, definitivamente se desbordó y se ha dedicado a culpar a todos de lo que ocurre, menos a él y su compadre.

Alarma la manera tan fácil y sencilla con que se ejecuta a una persona en Guadalajara, se le da el levantón, o se le despoja de sus pertenencias.

Ejecuciones en Chapalita, Providencia, asaltos en Mexicaltzingo, en restaurantes ubicados en fraccionamientos de alto nivel, y el desmedido robo con violencia de autos, son sólo algunos de los casos que atemorizan a los tapatíos, pero que el alcalde del cambio y su comisario de seguridad, no ven ni escuchan.

Lo que ocurre en Guadalajara es su responsabilidad y lo que se deja de hacer, que es mucho, también. Esperemos que antes de que ambos abandonen sus puestos para buscar su nuevo cargo público se den cuenta y hagan algo para mejorarlo. ¿Lo harán?