Opinión
Arte Drag en Guadalajara

La escena drag queen en Guadalajara experimenta un crecimiento significativo y ha ganado visibilidad en la cultura local y nacional. Consideré pertinente tomar este espacio para visibilizar también mis aficiones personales como fan del drag que en los últimos años y en escucha de muchas otras personas, refieren que este tipo de expresión artística está viviendo una época de oro.
Es importante destacar que el arte drag es un medio artístico diverso y multifacético que ha tenido un impacto significativo en la cultura pop y en la conversación en torno a la identidad de género y la aceptación de la diversidad. No hace falta recordar que en los últimos días Wendy Guevara ganadora de la casa de los famosos se convirtió en la preferida de un reality mexicano obteniendo más de 18 millones de votos para ser la ganadora de la casa de los famosos, en lo personal no vi el contenido de este programa, pero creo que marca un hito puntual y significativo en los paradigmas y tabúes que esta comunidad representa.
En Guadalajara, al igual que en muchas otras ciudades, las presentaciones de drag queen suelen tener lugar en bares, clubes nocturnos y eventos especiales. Estos espectáculos combinan actuaciones en vivo, música, baile, vestuario extravagante y un fuerte sentido de la autoexpresión. Los artistas drag suelen interpretar personajes y creaciones únicas, y utilizan la plataforma para abordar temas de identidad de género, diversidad y desafiar las normas sociales.
El término «drag» proviene de la frase en inglés «dressed as a girl» (vestido como una chica) y ha evolucionado para abarcar una amplia gama de representaciones artísticas y culturales. Los artistas drag, conocidos como drag queens y drag kings, emplean trajes elaborados, maquillaje dramático y performances teatrales para llevar a cabo actuaciones en vivo.
La principal referencia de este mundo en el país es Francis, nacida en Campeche, a quien se le reconoce como la precursora del travestismo y el movimiento drag en México.
A principios de los 80, Alejandra Bogue también icono como vedette y drag comienza a participar en espectáculos de transformismo, primero en fiestas privadas y posteriormente en el centro nocturno Flamingos, al norte de la capital mexicana. Allí realizaba imitaciones de figuras como Annie Lennox, Nina Hagen, Cindy Lauper y Madonna.
El drag en la televisión mexicana también se consolidó a partir del canal Telehit ya que la Bogue se convirtió en la primera mujer trans en presentarse abiertamente como tal. Otra referencia posterior son las Hermanas Vampiro, compuestas por La Supermana (Daniel Vives), La Superperra (Oswaldo Calderón) y Sergio Alazcuaga que decidieron empezar su propio show a mediados de los 90, inspirado en el cabaret mexicano.
En 2002 Horacio Villalobos, actor y presentador, creó el programa “Desde Gayola” presentado en Telehit, allí se les dio espacio en la pantalla a personas como Francis, la Supermana, La Roña, La Maniguis y demás.
En Guadalajara de los 80’s nació el bar Monica’s que fue hogar de muchas grandes personalidades actuales como Ricky Lips o legendarias como la Monna Lisa, pionera en Guadalajara que comenzó a llegar con sus vestuarios y a dar shows que le abrieron las puertas al travestismo en el centro nocturno de aquella época.
De forma respetuosa me salto varias etapas y personalidades importantes del drag que me darían para hablar otras 3 columnas más, ya que a donde quiero llegar son las plataformas actuales donde se exhibe y crea contenido de este rubro.
Regresando a la escena internacional Ru Paul reconocido icono de moda y drag, desde 2009 estrena su programa de televisión Drag Race por medio de Logo TV, Vh1 y posteriormente por MTV, donde se reúne lo mejor del talento internacional teniendo ediciones en diversos países como franquicia.
México para entonces no tenía un programa de competencias de drag si no hasta 2017 nace el programa mexicano La Más Draga en youtube, producido por Bruno Olvez y Carlo Villarreal y que cuenta con 5 temporadas, este programa ha sido un éxito y es que Guadalajara aporta con talentosas concursantes y ganadoras de la emisión como Aviesc Who quien ganó la tercera temporada y actualmente es uno de los mejores diseñadores de vestuario con su propia firma de indumentaria y es reconocido a nivel internacional.
Otro programa mexicano que también figuró fue Toma Mi Dinerita de Pepe y Teo en 2020 con tres temporadas transmitido en youtube.
Para 2023 regresando al programa de RuPaul, nace la primera edición de Drag Race México transmitido por Paramount y MTV, donde están seleccionadas ya las cuatro finalistas: Regina Voce de CDMX, Matraka de Guanajuato, Gala Varo originaria de Morelia que radica actualmente en Guadalajara y Cristian Peralta de Tlaquepaque, Jalisco que se figura como uno de los favoritos para ganar esta competencia ya que su talento para el transformismo lo ha llevado a ser reconocido como el mejor en 5 episodios de la transmisión ¡Un orgullo tapatío!.
Sin duda se espera una final memorable para esta primera edición de Drag Race México, el próximo estreno de la sexta temporada de La Más Draga y mayor público y apreciación de la sociedad ante la escena drag que es una parte integral de la comunidad LGBTQ+ en Guadalajara y ha sido una forma poderosa de celebrar la diversidad y promover la aceptación.
Sobre la autora
Cristina Martínez Avendaño es licenciada en Diseño para la Comunicación Gráfica por la Universidad Enrique Díaz de León y maestra Gestión y Desarrollo Cultural por la Universidad de Guadalajara.
Opinión
Ojo, así se roban tus datos personales

Estimado lector, para mí es un privilegio volver a escribir estas líneas luego de una muy larga ausencia. Sin embargo volveremos a encontrarnos en esta columna cada quincena, analizando los temas de actualidad relacionados con la protección de nuestros datos personales y la privacidad que acontecen tanto en nuestro País como en el mundo.
Evidentemente no podemos dejar de comentar lo sucedido en días pasados en Guadalajara, donde existía -y seguramente siguen existiendo- un call center debidamente instalado para llevar a cabo extorsiones que se extendían no solo al resto de Jalisco, sino hasta a otros veinte estados más de nuestra República, afectando a más de 26 mil personas con llamadas fraudulentas y extorsiones.
Afortunadamente se desmanteló y según declaraciones oficiales se están realizando colaboraciones con instituciones de las demás entidades afectadas, para descubrir a todas las víctimas y por supuesto, invitarlas a denunciar, lo que resulta en una tarea titánica para las autoridades; pero al parecer no lo fue para aquellos cuyo modus vivendi consistía en realizar este tipo de nada honrosas actividades.
Datos personales de los afectados
En ese sentido caben muchas reflexiones, pero la primera es preguntarnos de dónde obtenían la materia prima, es decir, los datos personales de aquellos afectados. Aunque las respuestas pueden variar, quiero que centremos nuestra atención en dos fuentes principales.
La primera y la originaria por excelencia siempre seremos, desafortunadamente, Usted y yo, querido lector. Es decir, nosotros como titulares, dueños de esos datos personales que elegimos, muchas veces sin pararnos a reflexionar en ello, a quién, cómo y para qué le compartimos esta importantísima información.
Y digo que muchas veces sin reflexionarlo lo suficiente, porque participamos a otras personas de manera voluntaria, para poder obtener un bien o servicio; para pedir nuestros alimentos cuando no tenemos tiempo de prepararlos en casa; al inscribirnos a un curso o a nuestros hijos a la escuela, por citar ejemplos cotidianos. Pero también lo hacemos de manera involuntaria, por ejemplo cuando descargamos aplicaciones en nuestro teléfono inteligente o tableta y compartimos datos que no son necesarios; cuando somos poco discretos en una conversación o bien, ¿cuántas veces no hemos tirado a la basura documentación que contiene nuestro nombre u otros datos más sensibles, como nuestra CLABE interbancaria? Seguramente, muchas veces.
Ignoramos el valor de nuestros datos
La segunda causa de obtención de esta información es por medio de aquellos que manejan datos personales, es decir, los responsables si son particulares, o bien los sujetos obligados de orden público. Según me ha tocado atestiguar, parece que cuando la información no nos pertenece, dejamos de tener cuidado en su manejo. Se despersonaliza y solo vemos números, estadísticas, pero olvidamos que detrás de esas cifras, direcciones o palabras, se encuentra una persona que puede verse perjudicada por nuestro descuido de custodia de la información durante el ciclo de vida de los datos personales.
En fin, aunque difícilmente sabremos cómo se obtuvo esa información, es una realidad que decenas de miles de personas se vieron seriamente perjudicadas no solo en su patrimonio, sino muy seguramente hasta en su tranquilidad diaria, por este tipo de acciones ilegales. La invitación es a que le demos la importancia debida a esta información que es tan importante. La que nada más y nada menos, nos hace únicos y nos permite interactuar con el resto de quienes nos rodean. Si tenemos conciencia de la importancia de nuestros datos personales, seguramente nos daremos cuenta de la relevancia que también tiene la información relativa a otras personas.
La tarea primordial
En un entorno tan cambiante como el que vive nuestro mundo y especialmente, nuestro Estado de Derecho, la tarea primordial con la que contamos es velar porque nuestros derechos a la protección de datos personales y la privacidad no sean violentados y es más, que puedan ser garantizados, sobre todo ante la inminente desaparición de los Órganos Garantes en la materia, de lo que hablaremos en nuestra próxima entrega.
Sobre la autora
Ana Olvera es profesora investigadora de tiempo completo en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, con intereses en privacidad, bioética y neuroderechos.
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Opinión
La extinción de los institutos de transparencia: ¿falta de empatía o indiferencia?

A veces, hablar de datos personales, de su protección y nuestra privacidad, resulta sumamente abstracto. Aunque incluso trabajemos con ellos, pensemos en la recepcionista de un consultorio médico o el propio profesional de la salud. O en la persona a la que le pedimos la pizza o la comida que consumiremos en ese momento.
Ahora pensemos en las veces que entramos a ciertas redes sociales, como X, Facebook o LinkedIn y encontramos explicaciones acerca de lo importante que es proteger nuestros datos personales, o bien, explicaciones de las resoluciones (que a veces se adjuntan completas) y que más bien, parecen para un público un poco más especializado, que tal vez no seremos nosotros -que solo buscamos un momento de distracción-. En no pocas ocasiones, este tipo de situaciones pasan desapercibidas hasta que somos víctimas de robo de identidad, alguna extorsión o una estafa.
En este sentido cabe preguntarnos al menos dos cosas. La primera, la razón por la que optamos por la indiferencia ante la violación de la privacidad, que se arraiga en una compleja red de factores. La omnipresencia de la tecnología ha normalizado la vigilancia, desensibilizando a muchos ante la vulneración de sus datos personales. La complejidad de las políticas de privacidad y los algoritmos opacos genera una sensación de impotencia, alimentando la resignación. Además, la gratificación inmediata de los servicios digitales y la falta de consecuencias tangibles de la pérdida de privacidad fomentan una actitud apática e incluso, indolente. A esto se suma la polarización social, que fragmenta la empatía y dificulta la acción colectiva en defensa de un derecho fundamental.
La falta de involucramiento nos aísla de nuestra comunidad. Nos desconectamos de los problemas que nos afectan a todos, como la pobreza, la desigualdad, la violencia, la inseguridad y el cambio climático. Nos volvemos indiferentes al sufrimiento de los demás, perdiendo nuestra capacidad de empatía y solidaridad.
Pero la segunda es igualmente preocupante. ¿Qué pasó con el trabajo de los organismos garantes? ¿Fue acaso incapacidad de transmitir e incluso educar al pueblo mexicano? ¿De “conectar”, empatizar? Por que los festivales, las fotos, los congresos o simposios, salvo muy honrosas excepciones, siempre iban dirigidos a cualquier público distinto a lo que han dado por llamar “el ciudadano de a pie”. O como dirían los políticos en este momento histórico, “el pueblo bueno”, ese que difícilmente, con la pobre comunicación de los “expertos” y además con pocos recursos a la mano, comprendió la importancia de un andamiaje institucional como el que logró crearse en materia de transparencia y protección de datos personales. Tal vez eso explique la indiferencia en su defensa.
No cabe duda que asistimos y en gran mayoría, las y los mexicanos solo estamos meramente atestiguando los cambios estructurales que nuestro país esta viviendo. En ese sentido, claro que vivimos una transformación. No sé cuál. Pero bien haríamos en hacer a un lado esa indiferencia, para al menos intentar entender cómo afectarán al ejercicio y garantía de nuestros derechos fundamentales.
No involucrarse en la vida del país también tiene un costo personal. Cuando nos alejamos de los asuntos públicos, renunciamos a nuestro derecho a ser escuchados y a contribuir al bienestar de nuestra sociedad. Nos convertimos en meros espectadores de nuestro propio destino, sin voz ni voto. En un mundo cada vez más interconectado, los problemas que enfrentamos son complejos y requieren soluciones colectivas. La participación ciudadana es esencial para construir un futuro más justo, próspero y sostenible para todos. No podemos permitirnos el lujo de la indiferencia.
Es hora de despertar de la apatía y asumir nuestra responsabilidad como mexicanos. Involucrémonos en los asuntos públicos, hagamos oír nuestra voz, exijamos transparencia y rendición de cuentas. Solo así podremos construir el país que queremos y merecemos.
Sobre la autora
Ana Olvera es profesora investigadora de tiempo completo en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, con intereses en privacidad, bioética y neuroderechos.
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rafael castro rivera
26/09/2023 at 18:26
Hola Cristina, se me hizo interesante tu opinión a cerca del tema, esperaba encontrar algún comentario sobre el evento «La + Catrina» que realizamos en el mes de noviembre de 2022 en la Secretaría de Cultura a través de la Dirección de Culturas Populares y Urbanas, en el Centro Cultural Patio de los Angeles ubicado en Analco, precisamente con el objetivo de hacer ver al Drag como un arte en todas sus dimensiones, maquillaje, actuación, canto, dominio escenico, canto, etc., Me dió mucho gusto ser pionero en ese sentido de abrir las puertas de un espacio cultural al arte drag. Durante este año 2023 vamos por la segunda emisión, aunque será sin duda en otro recinto cultural para dignificar y socializar el tan desvalorizado drag y sacarlo de los antros. Saludos cordiales.
Cristina Martínez Avendaño
28/11/2023 at 12:45
Agradezco mucho tu comentario, la verdad que me sorprendió el impacto que tuvo la columna sobre el tema y la comunidad, ya que a partir de esto me enteré de más lugares como mencionas fuera de los centros nocturnos que también difunden y dignifican el arte drag. Celebro tu aportación ya que desconocía del evento de la «La + Catrina» y a partir de esto me doy cuenta que es muy importante seguir difundiendo e investigando esta forma de expresión, arte y espectáculo que requiere mucha producción y está formando públicos de todas las edades en las diversas plataformas donde se difunde.