Opinión

Construir puentes en vez de muros, Día Mundial de los Refugiados

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Un día despiertas y tienes que dejarlo todo…

No hay tiempo, solo puedes llevarte algunas pertenencias, de preferencia solo cosas que quepan en la mochila, lo que esté más a la mano o lo consideres en ese momento primordial, sabiendo que quizá no volverás; anda, ve rápido que no hay tiempo… No hay tiempo de despedidas o de pensarlo mucho, tienes que salir de casa, tu vida y la de los tuyos peligra.

¿A dónde iremos? Será la incontestable pregunta que te haces, mientras tomas aquello que consideras valioso y huyes dejando atrás tu casa, tus raíces, la tierra que te vio crecer, y ese patrimonio que con tanto esfuerzo lograste construir, pero que hoy, quedarse en él resulta peligroso y hasta mortal…

Este no es un cuento de terror o un relato de ficción, sino un resumen de la experiencia que tienen las personas refugiadas y desplazadas cuando tienen que huir de su hogar porque su vida peligra.

A finales de 2021, como resultado de persecución, conflicto, violencia, violaciones a los derechos humanos o acontecimientos que alteraron gravemente el orden público, más de 89.9 millones de personas se vieron obligadas a huir de sus lugares de origen, de esos casi 90 millones, 27.1 millones son menores de 18 años.

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Según información de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), esta ola de refugiados se explica por los nuevos y/o prolongados conflictos en países como Etiopía, Burkina Faso, Myanmar, Nigeria, Afganistán y la República Democrática del Congo. Además, la guerra en Ucrania que tiene más de 8 millones de desplazados internos y entre otros desplazamientos de los que se tiene registro, prácticamente hablamos de más de 100 millones de huidas en todo el mundo.

El 4 de diciembre de 2000, la Asamblea General de las Naciones Unidas, adoptó la resolución 55/76, que declaró el 20 de junio Día Mundial del Refugiado, haciéndolo coincidir con el 50 aniversario de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951.

Los refugiados son personas que se encuentran fuera de su país de origen por temor a la persecución, al conflicto, la violencia generalizada, u otras circunstancias que hayan perturbado gravemente el orden público y, en consecuencia, requieren protección internacional, las personas desplazadas por su parte, no han cruzado las fronteras de sus países buscando seguridad, su huida se da dentro de su propio país, debido a situaciones similares que viven los refugiados, como conflictos armados, desastres naturales, violencia, persecución, etc.

Históricamente, México ha sido una nación que siempre ha tenido los brazos abiertos para recibir a personas refugiadas, los ejemplos de refugiados españoles, argentinos y chilenos debido a los regímenes dictatoriales que vivieron esos países en el siglo pasado; la recepción de palestinos y otras nacionalidades provenientes de Medio Oriente durante los conflictos bélicos que azotaron esa región durante las primeras dos décadas de este nuevo siglo y más recientemente, los refugiados de Ucrania que este año, huyeron de su país debido a la guerra contra Rusia, son tan solo algunos de los casos, donde nuestro país ha fungido como nuevo hogar para aquellos que salen buscando salvaguardar su vida.

Según la página oficial del Gobierno de México, el objetivo de conmemorar el Día Mundial de los Refugiados es hacer un llamado a los gobiernos de todos los países, para que adopten un enfoque basado en la empatía y en el reconocimiento de los derechos fundamentales de los refugiados, sean estos acogidos, asilados, exiliados, perseguidos, expatriados o deportados, así como garantizar los principios de solidaridad y respeto de los Derechos Humanos; sin embargo, creo que más allá de un llamado a los gobiernos, es indispensable un llamado a la población, ya que muchas veces, la xenofobia, el racismo y la discriminación hacia quienes llegan de fuera, construye muros mucho más difíciles de derribar, que los que ponen en las fronteras…

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Les invito a poner de nuestra parte y acercarse a las organizaciones locales que atienden a personas migrantes y refugiadas, como FM4 Paso Libre o el Albergue El Refugio en el Cerro del 4, que la empatía pueda más allá de los prejuicios y que seamos capaces de ponernos en los zapatos del otro: ¿Cómo me gustaría que me trataran si llego a un nuevo lugar, después de haberlo dejado todo atrás?

Nos leemos la siguiente semana con mejores noticias y recuerda luchar, luchar siempre, pero siempre luchar, desde espacios más informados, que construyen realidades menos desiguales y pacíficas.

 

 

Sobre el autor
Luis Sánchez Pérez es doctorante y maestro en Políticas y Seguridad Públicas en IEXE Universidad, abogado por la Universidad de Guadalajara. Profesor de asignatura en la Universidad de Guadalajara y en la Universidad Enrique Díaz de León. Investigador de medios de comunicación y participación ciudadana en el Laboratorio de Innovación Democrática. Colaborador semanal en Milenio, El Occidental y El Semanario.

 

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