Opinión
Cultura viva comunitaria
Después de que los líderes mundiales en torno a temas culturales se reunieran en el MONDIACULT para retomar la agenda y dialogar sobre las políticas públicas para las nuevas problemáticas que aquejan a la sociedad desde la contingencia ambiental, el pasado 8 de octubre se reunieron en esta ocasión líderes y organizaciones comunitarias para el 5º Congreso Latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria (en adelante CVC) que tuvo lugar en Lima, Perú organizado por parte del programa de Ibercultura.
Para introducir al tema y poder comprender de que trata este encuentro es necesario recurrir a la voz de Jorge Melguizo quien lo define como “Un movimiento Latinoamericano de arraigo comunitario, local, creciente y convergente, que asume a las culturas y sus manifestaciones como un bien universal y como un pilar efectivo del desarrollo humano y social.”
El objetivo principal de esta reunión fue potenciar el vínculo entre agentes culturales, políticos, y sociales a través de metas concertadas que permitan profundizar las apuestas por la Cultura Viva Comunitaria y buen vivir a nivel continental, nacional y local (incidencia y articulación).
Más de 500 personas de diferentes nacionalidades se inscribieron para participar en el encuentro, entre ellas Ro Orozco, quien pertenece a CulturAula, una organización transdisciplinar que opera desde el año 2013 conformado por cuatro personas de base y dependiendo el proyecto se suman diferentes colaboradores de diversas disciplinas.
CulturAula está dedicada a la investigación, formación e incidencia para la gestión y desarrollo sociocultural desde diversos enfoques, por mencionar un ejemplo de su labor, son creadores de proyectos para las infancias a partir de diversas disciplinas artísticas.
Su trabajo es dirigido a agentes culturales y organizaciones de base comunitaria, artistas, educadores, instituciones y empresas. Esta agrupación acciona en busca de visibilizar la desigualdad y generar mecanismos para la desarticulación de la violencia, promover la descentralización de la educación, la cultura y el fortalecimiento de la incidencia política y pública.
Su trabajo se ha visto reflejado en específico desde 2017 en el barrio de Mexicaltzingo donde en conjunto con los vecinos y comerciantes forman parte del proceso, no como apoyo, sino en la defensa del Jardín Mexicaltzingo, para la apropiación del espacio público y el ejercicio de los derechos culturales de los habitantes a partir de una agenda socio-cultural. Para dar un poco de contexto en marzo de 2017 el Ayuntamiento de Guadalajara aprobó la donación de la superficie subterránea del Jardín Mexicaltzingo a la Universidad de Guadalajara (UdeG), con el fin de construir un estacionamiento para el beneficio de una de sus empresas parauniversitarias: el Teatro Diana.
Ro comparte que después de años de lucha y protección del jardín, gracias al trabajo de vecinos y las organizaciones que se aliaron esta iniciativa, se anunció hace unos días que se conserva el jardín y la construcción del estacionamiento no se llevará a cabo, sin embargo, esperan el documento formal por parte del ayuntamiento para protección del mismo.
Para finalizar Orozco comparte que como asistente al 5º encuentro de CVC, que pudo conocer más aliados que hacen trabajo de base como el de ellos, donde rescató sobre todo intercambio de experiencias con colectivos como “El Cántaro BioEscuela Popular, Areguá, Paraguay” con quienes tiene contacto virtual desde 2020 y conocerse en un evento presencial después de pandemia fue muy gratificante.
En el encuentro se logró coincidir con compañeros de México para articular alianzas y dialogar sobre las mismas problemáticas, como la falta de presupuesto por parte del estado, problemas de procesos formativos, procuración de fondos y a su vez no sentirse solos en el andar de la gestión de procesos y acciones.
La ideología de la Cultura Viva Comunitaria está por cumplir 10 años y seguir en pie de lucha contra la colonialidad, el sistema patriarcal, destacando el entendimiento de la cultura desde la diversidad para evitar la mercantilización de la misma, con lo anterior la agenda que se promueve y los retos a seguir, son comenzar a incidir en política pública para que las iniciativas y el trabajo valioso de este tipo de organizaciones tome fuerza y pueda ser reconocido y sobre todo fortalecido por las autoridades.
Sobre la autora
Cristina Martínez Avendaño es licenciada en Diseño para la Comunicación Gráfica por la Universidad Enrique Díaz de León y maestra Gestión y Desarrollo Cultural por la Universidad de Guadalajara.