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Opinión

Un reino en forma de balón o cómo el fútbol es a veces un tabú

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Futbol. Literatura de Sacheri

El fútbol es a veces un tabú...

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Actualmente vivimos en una sociedad que le gusta la confrontación. Estamos en la era de las redes sociales, las cuales nacieron para acercar personas, facilitar la comunicación, pero también se han convertido en un panfleto de egos, en donde todos quieren opinar de todo, a veces sin causal de conocimiento y demostrando cierta ignorancia, es que es muy fácil hacerlo desde la comodidad del asiento, tras la pantalla y sin interacción alguna, al menos en el plano físico.

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Uno de los temas que siempre me ha llamado la atención dentro de estos debates que nacen en cualquier red social, es como algunos piden y gritan que debe existir igualdad, pero denigran todo aquello que no es como se piensa.

Pongo un ejemplo muy común, bueno, el más común y tradicional es culpar al gobierno de todos los males del mundo; pero más allá se encuentran los pseudointelectuales que buscan un mundo mejor, pero pretenden escalar a costa de hacer menos a lo que no es como ellos piensan, o que simplemente no están a su “altura”.

Otras linduras

Es el ese caso de la música, sólo los inteligentes, los que aspiran a ser alguien en la vida, los estudiados y letrados escuchan música alternativa y rock, ondas underground, y todo aquel que escucha banda, reggaeton o algo que parezca demasiado popular o de “pueblo”, esos son los que se joden al país, son los ignorantes, los que no trabajan, los que denigran al prójimo y así una lista que los convierte en lo peor en la escala social.

Y entonces dónde está el respeto por el que comenzaron. En este 2018 México se enfrenta a una decisión clave, serán las elecciones para tener un nuevo Presidente, hoy más que nunca el boom de las redes sociales terminará por ser un grandísimo protagonista. Ya están los grupos que defiendan a unos como si fueran de su familia y los que atacan solamente porque se alejan a lo que ellos piensan o quieren. Pero el mayor culpable no es “quien tú sabes”, no.

El mayor culpable de la distracción de los mexicanos, de las conspiraciones para mantener al PRI en Los Pinos, de que aflore la ignorancia no es otro más que el fútbol. Sí, usted lo leyó bien, la causa de todos los males y distracciones es el deporte más practicado en este país. ¿Por qué? Porque pues el día de las elecciones juega la Selección en el Mundial de Rusia, entonces nos vamos a embrutecer y a gritar en la calle y festejar, olvidando nuestros deberes como ciudadanos y sólo por eso va a ganar el (inserte aquí al que usted no quiere que gane).

Escritor Eduardo Sacheri.

Eduardo Sacheri.

Ajá, ¿y?

¿Y qué tiene que ver esto con la literatura? Excelente pregunta amigo lector. El fútbol es a veces un tabú en el propio mundo de las letras, el deporte en general es hecho menos, pues no es lo suficientemente “intelectual” para que se hable de él en las páginas, no están al nivel de un Nobel, por lo tanto es literatura “equis” o “basura” según aquellos defensores y amantes de las novelas de los escritores de renombre, o de aquellos que se sienten poetas del barrio.

Tengo, entonces, una confesión que hacer. Soy alguien que le encanta leer, que tiene en los libros su pasatiempo favorito, que me deleita como nada aventarme una tarde de lectura e imaginar cada escenario, pero también soy un ferviente aficionado al fútbol. Y no, no soy de los que creen que sea el distractor o que no se merezca ser parte de la literatura, como ya lo he defendido en anteriores ocasiones este punto, no abundaré más. Pero sí hablaré del santo patrono, actual, que hay de hablar de fútbol en los libros: el argentino Eduardo Sacheri.

El grande

Si bien en México tenemos a Juan Villoro y en América Latina a Eduardo Galeano, quien nos heredó la biblia del fútbol en la literatura (Fútbol a sol y sombra), es Sacheri quien le ha dado en sus meros moles a los chavos de hoy.

Sacheri ya nos regaló esa sublime novela de fut y pasión, Papeles en el viento, pero es también capaz de trasladar las enseñanzas para la vida diaria que nos puede dar el mundo de la pelota, todo eso lo plasma en el libro Las llaves del reino, que es uno de los mejores que he leído en mi vida, no es novela, es un compilado de las columnas del argentino en un diario de su país, pero la forma en la que combina la pasión por el deporte más hermoso del mundo, con la vida cotidiana y las enseñanzas que da, me ha hecho disfrutar a lo grande.

Un reino en forma de balón

Aquí queda demostrado que ser inteligente, capaz y estudiado nada tiene que ver con que te guste el fútbol. Para muestra, Sacheri es la mente detrás de la exitosa película El secreto de sus ojos, un clásico contemporáneo, que es alabada en debates intelectuales por Internet, que ganó un Oscar a mejor película extranjera, todo eso es gracias a Sacheri, que guarda y desborda una pasión inmensa por el fútbol.

Las llaves del reino llama a los que gustamos del fútbol desde la portada. Te atrapa historia a historia, pues más allá del deporte, habla de la pasión que provoca, como afecta vidas, da ilusiones, sueños y también los desmorona en 90 minutos. Historias que pasan en un estadio, en un barrio, en una ciudad, a un personaje inspirado, otros en busca del sentido de su vida, todo gira alrededor de la pelota de una forma magistral. Mejor aún, es que todo es real, todo le pasó a Sacheri, todo lo plasma en micro relatos que te hacen siempre terminar con una gran sonrisa. La relación que mantiene con su hijo es conmovedora, y sé que más de uno le verá el lado más humano que han sentido, y sí todo es fútbol, es soccer.

Con emoción, con humor, con lucidez y con empatía, Sacheri se acerca al lector y entrega las llaves de un reino donde el fútbol es pasión, aprendizaje, escudo y excusa. Para vivir en el juego y jugar en la vida.

Libro Las llaves del reino, de Eduardo Sacheri. Literatura de Futbol.

Portada del libro Las llaves del reino.

Todo menos ignorancia

Voy a las frases que me quedaron grabadas. Que me hicieron sonreír, reflexionar, este libro da todo, y reitero, es una bofetada para quienes piensan que el apasionarse por un equipo, es sinónimo de ignorancia, de retroceso o de que se te seca el cerebro, lo que pase primero.

En el primer relato te atrapa. Nos introduce a su relación con su hijo, su amor por el Independiente, un equipo que les ha dado muchas angustias, les ha hecho llorar, decepcionarse, pero que de repente cambia todo, les devuelve ilusiones, y hasta afecta su vida para bien.

“Suerte, casualidad, inteligencia, buenas decisiones. O todo lo contrario. Y el resto de nuestra vida de un lado o del otro. A veces el fútbol se parece tanto a la vida que da miedo”.

Así resume Eduardo Sacheri la vida de un futbolista, pero resulta que no es nada ajeno a la vida de nosotros los simples mortales, los que no nacimos con el don de derrochar talento, los que no ganaremos millones divirtiéndonos en una cancha, al contrario tendremos que pagar para jugar en las Ligas locales de fut 7 con los amigos, pero ahí está como las buenas o malas decisiones marcarán el rumbo de lo que decidas o puedas ser.

Los relatos que van pasando página a página sobresalen por tener una personalidad propia, por contar mucho, y a la vez dejarte con esa sensación de que o fuiste parte, o puedes imaginar más hasta dar el final. De las barras, del fútbol como deporte de ricos, del fútbol como deporte para el populacho, la humanidad de un árbitro, todo se desentraña poco a poco.

Frases que marcan

Finalizó dejando dos frases que me marcaron del libro. Reiterando que es muy fácil juzgar y hacer menos, más vale respetar, más vale ser conscientes de que somos una sociedad dispersa y variada en mentalidad, que la tolerancia y comprensión nos hará ser mejores. No señalar y pensar que el fútbol es para ignorantes como leo tantas veces por ahí.

“A veces pasa. Que uno. De tanto contar una historia embellecida con mentiras, termina por convencerse de que esas mentiras son verdades. O más aún: cuando uno está convencido de que la vida fue injusta con uno, de que la vida lo castigo con una existencia menos deslumbrante, menos exitosa, menos brillante de lo que uno imaginó, las mentiras son casi un acto de justicia, un parche para enderezar un destino que no merecimos”.

“Lo peor es que uno, además, tiene que hacer poco menos que un curso de heráldica para entender lo que significan las dichosas estrellitas. ¿Son títulos internacionales o nacionales? ¿Son títulos en Primera o el Ascenso? Y en ese camino: ¿Son títulos o son ascensos? ¿Son clásicos ganados? ¿Partidos televisados?»

Más, aún hay más

«Basta, loco. Me parece que ya está bien de tanto lustre, que suena a caballeros medievales. Porque en el fondo, las estrellitas hacen mirar las cosas de manera demasiado sesgada.

Nuestra historia futbolera no está hecha de estrellitas. Está hecha de otro montón de cosas. Partidos memorables en campeonatos anodinos. Clásicos imposibles, jugadas de nuestros héroes que no quedaron archivados en ningún otro lado que en nuestra fanática memoria de devotos perpetuos.

Espero que sepan disculpar esta filípica contra las estrellitas. Sucede que las dichosas estrellitas me recuerdan a una de las cosas que más me molesta del fútbol actual. Esto de que ganar es todo. O ese slogan de no sé que marca de no sé que producto, que dice: Ganar no es lo más importante: es lo único. ¡Minga es lo único! ¿Quién les dijo semejante estupidez? Supongo que para el marketing el mensaje funciona. Pero me parece que esa filosofía nos empobrece. Ignora, oculta, desprecia, el laborioso entretejido de los días y los actos de los hombres. Los accidentes, los azares, las decepciones, los intentos. La verdad simple y profunda de que no sólo importan los qué sino que importan los cómos. Ese lugar esencial que tienen las formas”.

Larga y eterna vida a Sacheri.

Óscar Beltrán ha trabajado en medios impresos y radiofónicos como reportero en las fuentes de cultura, policíaca y deportiva. Ahora se desempeña como editor en jefe de la aplicación para smartphone «Plans».

 

Bolígrafo

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Por la justicia y la libertad de México

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Marcha Generación Z

¡Ciudadanos de México! ¡Colegas profesionistas!

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Hoy, en este momento crucial para nuestra nación, ya no basta con la indignación pasiva. Es imperativo que el pueblo de México salga a las calles. Nuestros profesionistas están abandonando el País, nuestros empresarios viven en la zozobra, y el pueblo vive con miedo.

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Estamos envueltos en una espiral de narco-gobierno. Nos deslizamos por un tobogán sin salida, atrapados en un túnel sin fondo donde no se ve la luz.

Y en esa oscuridad, al que alza la voz, al que resulta incómodo, le quitan la vida.

Hablamos de ‘gobernabilidad’ como si fuera un concepto abstracto, ¡pero tiene un rostro! Tiene el rostro de las madres buscadoras, el rostro del empresario extorsionado, el rostro del joven reclutado a la fuerza. ¡El régimen le ha fallado a las víctimas! Ha reemplazado la balanza de la justicia por el silencio de la complicidad.

¡Por eso hoy nos tenemos que levantar en honor a Carlos Manzo! Él fue aquel David que perdió la vida enfrentando a Goliat, por la falta de apoyo que imploró a gritos a una presidencia que lo ignoró.

¡Esta Presidencia es una analogía de Díaz Ordaz en pleno siglo XXI! ¡Qué terrible ironía! Cuando eran oposición, marchaban cada 2 de octubre recordando la masacre. Sin embargo, ahora que están en el poder, han salido peores que Díaz Ordaz y que todos los gobiernos priistas juntos. 

Este movimiento trasciende partidos y colores. Es imperativo llamar a todos los miembros de la oposición, a todos los partidos sin distinción, a los ex integrantes del Poder Judicial, a los ex ministros de la Corte, a los médicos, a los agricultores, a los emprendedores, y a todos los disidentes del actual régimen que no están de acuerdo con la forma de gobierno. Hacemos un llamado a los militares que, en silencio, tampoco están de acuerdo con este régimen.

Esta lucha afecta a todos, desde el señor que vende fruta en la esquina hasta el dueño de las grandes empresas. Las compañías mexicanas, y las transnacionales con presencia en nuestro País, también se ven afectadas. La falta de certeza jurídica pone en riesgo las inversiones, los empleos y la estabilidad económica. La unión de todas estas voces y la fuerza de la sociedad civil es la única vía para enfrentar el totalitarismo y defender los pilares de la República.

Hago un llamado urgente a los colegios de abogados, de contadores, de ingenieros, de arquitectos y de médicos.

¡Deben despertar! Deben dejar atrás sus cómodos estatutos de «no intervención en cuestiones políticas». Les pregunto: ¿De qué sirve todo su conocimiento? ¿De qué sirven sus investigaciones, sus congresos y sus ponencias académicas, si la Nación se desmorona ante sus ojos?

Todo ese conocimiento se vuelve en vano si no lo comparten, si no lo usan para defender a la sociedad. Ese velo de supuesta neutralidad que cubre a las barras y colegios es, a todas luces, un acto de cobardía. Se vuelven profesionales que venden humo.

Son muy cómodos al estar «investigando» o «dando asesorías», pero no asesoran al pueblo. Y lo más grave: le fallan a la Generación Z, que tanto necesita de nosotros. Esos jóvenes, olvidados por el gobierno, son el futuro de México y necesitan nuestra guía, no nuestra omisión.

¿Y dónde están los intelectuales? ¿Dónde están los académicos que escriben sobre la democracia desde la comodidad de sus cubículos? ¿Dónde están las voces que antes eran críticas y hoy callan por privilegio o por miedo?

¡Su silencio es una traición! El conocimiento que no se usa para defender al pueblo es un lujo inútil. ¡La pluma que no se atreve a señalar al tirano es una pluma muerta!

El régimen actual presume eventos internacionales mientras el País se desangra. Por ello, ante la flagrante falta de gobernabilidad en México, hacemos un llamado a la comunidad internacional y a la FIFA.

Es imperativo exigir la cancelación del Mundial de Fútbol.

La lógica es simple y brutal: si el gobierno de México no puede proteger a sus propios habitantes, ¡mucho menos podrá proteger a sus visitantes!

El cambio de rumbo en México es una responsabilidad de todos. La marcha de este 15 de noviembre tiene que ser el parteaguas que nos permita, por fin, ver la luz al final del túnel.

No podemos permitir que, de cara al 2030, nuestro país siga secuestrado por los pensamientos comunistas fallidos del siglo XX. Eso ya debe quedar atrás.

Hablamos de la Generación Z como nuestra esperanza. ¡Y lo son! Pero seamos claros: no podemos pedirles a ellos que arreglen el desastre que nuestra generación está permitiendo. Antes de pedirles que tomen la estafeta, debemos preguntarles: ¿Qué país les estamos heredando? ¿Un país de fosas o un país de oportunidades?

¡La lucha de hoy no es solo por nosotros, es para poder mirarlos a los ojos mañana y decirles que no fuimos cobardes!

Es el momento de que, de la mano de esta nueva generación, tomemos con rumbo y con responsabilidad el cambio que México necesita. 

¡Pero que la marcha no sea el fin, que sea el principio! Que sea el nacimiento de un nuevo pacto social, donde los profesionistas, los jóvenes y los ciudadanos de bien nos unamos para proponer el México que sí queremos. ¡Basta de resistir, es hora de construir!

¡Por la justicia, por la libertad y por el futuro de México!

Sobre el autor

Fernando Arango Ávila es jurista y académico. Doctor en Ciencias de lo Fiscal, y actualmente cursa un posdoctorado en Derecho. Actualmente, combina su experiencia práctica con su labor investigativa. Escribe: drarango83@gmail.com.

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Opinión

Gavin Newsom y la ‘nación’ de los 60 millones de mexicanos

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Gavin Newsom y la 'nación' de los 60 millones de mexicanos

El anuncio de las intenciones del gobernador de California, Gavin Newsom, de contender en las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos, marca un punto de inflexión con profundas implicaciones para el electorado de origen mexicano y la redefinición del poder en el país. 

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Este movimiento no sólo abre un camino de esperanza para millones de personas y New Mexicans, sino que consolida el liderazgo de un frente político que busca darle voz a la “nación” demográfica y cultural que emerge en el suroeste del país.

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Este movimiento se respalda en la masa demográfica de 60 millones de mexicanos en Estados Unidos, una fuerza que, sumada al apoyo de una gran cantidad de mexicanos en México, podría representar una base electoral sin precedentes para Newsom.

El concepto de “The New Mexicans States of America” no es una propuesta secesionista, sino una etiqueta conceptual para describir una realidad demográfica y cultural irreversible. 

En los estados de Nuevo México, Arizona y California, el poder del soft power mexicano ha gestado una diáspora (comunidad) con millones de personas que, juntas, suman una fuerza monumental entre esos 60 millones de mexicanos en Estados Unidos. 

Esta “nación” latente ha conquistado silenciosamente el tejido social, económico y cultural del país a través de su influencia en la música, la gastronomía, el deporte y el comercio. A pesar de las persecuciones y el trauma generado por el uso del ICE como herramienta de presión demográfica, la cultura se ha convertido en la armadura y el motor de resistencia de esta población.

La conexión geográfica y la herencia común han permitido que California, Nuevo México y Arizona funcionen como un corredor cultural y económico. Esta alianza natural de estados del suroeste se convierte en el epicentro de esta nueva fuerza política. 

Es aquí, en la cuna histórica del territorio mexicano en Estados Unidos, donde la diáspora ha mantenido viva su identidad, demostrando que las fronteras políticas no han logrado contener la unificación cultural. La cristalización de este poder es la respuesta pacífica a cualquier intento de alienación.

El ascenso de líderes como Gavin Newsom y la potencial vicepresidencia de Alex Padilla, es la constatación de que la revolución demográfica ha reescrito el mapa político desde dentro. La “Nación de los New Mexicans” está pasando de ser un poder cultural latente a una fuerza política activa. Al convocar a gobernadores clave y utilizar el soft power mexicano como estrategia, este movimiento busca construir una “barrera azul” de resistencia, transformando la resiliencia cultural en una palanca de poder electoral decisiva para las próximas elecciones presidenciales.

Newsom, al frente de California la cuarta economía mundial, se posiciona como un líder con la experiencia y la frescura necesarias para dirigir a los Estados Unidos. Su gestión como gobernador de California no solo se define por su capacidad para manejar una economía masiva, sino por una serie de logros progresistas que lo proyectan como el principal líder de la oposición a las políticas de la administración Trump.

Logros Clave de Gavin Newsom en California:

Protección de derechos reproductivos y sociales: Newsom ha consagrado protecciones en la Constitución de California para el aborto y las libertades reproductivas. Ha utilizado la autoridad de California para adquirir medicamentos clave y responder a interrupciones del suministro por motivos políticos.

Impulso a la clase trabajadora: Su administración ha impulsado legislaciones históricas para fortalecer a los trabajadores independientes, buscando mejorar las condiciones de vida de los californianos. Su oposición a la abolición de los acuerdos de contratación colectiva lo ha posicionado como un firme defensor de los derechos laborales.

Inversiones sociales masivas: Ha liderado la implementación de programas ambiciosos como el Pre-kínder universal y el financiamiento completo de comidas escolares gratuitas para todos los niños en California. También ha impulsado la expansión de programas de alfabetización y cursos de verano.

Abordando la crisis humanitaria y económica: Pese a las críticas por el alto costo de vida, la administraciónNewsom ha impulsado un enfoque progresista en la lucha contra la falta de vivienda. Más allá de la inversión récord en vivienda, el gobernador ha defendido la implementación de programas sociales innovadores, como el Care Court (Tribunal de Atención), diseñado para brindar tratamiento de salud mental y adicciones a personas sin hogar. Este tipo de políticas sociales complejas y audaces demuestran su disposición a enfrentar los problemas más difíciles del país, lo cual contrasta con las soluciones simplistas y punitivas que a menudo ofrece la oposición.

Resistencia y defensa migratoria: Newsom se ha convertido en una voz influyente a favor de los derechos de los inmigrantes, desafiando públicamente al gobierno federal. Ha movilizado a la Guardia Nacional para asistir en bancos de comida en respuesta a recortes federales y ha criticado duramente el despliegue de militares para tareas migratorias, advirtiendo que los regímenes autoritarios “empiezan por atacar a las personas con menos capacidad de defensa”.

Defensa del comercio transfronterizo y advertencia anti-Aranceles: Ha alertado consistentemente que las promesas de Trump de imponer un arancel del 25% a las importaciones mexicanas infligirían un daño económico devastador a California y a los consumidores. Al defender el libre comercio con México, Newsom protege el sustento de millones de New Mexicans que trabajan en sectores dependientes de este comercio transfronterizo.

El histórico gesto de Newsom al declarar el Día de Fernando Valenzuela el 1 de noviembre, cobra un significado póstumo aún más profundo. Fue una jugada maestra, ya que el 2 de noviembre es el tradicional Día de Muertos, enlazando dos celebraciones con un profundo toque mexicano. 

Este acto de poder político y celebración cultural contrasta directamente con la retórica anti-inmigrante. Al honrar a un ícono que unió a mexicanos a ambos lados de la frontera, Newsom solidifica su apoyo en un electorado mexicano crucial, utilizando este reconocimiento como un acto de diplomacia interna que fortalece los lazos con la comunidad.

La posible postulación de Newsom también catapulta al senador Alex Padilla hijo de padres, uno de Chihuahua y otro de Jalisco, a la posición de potencial vicepresidente de los Estados Unidos. Padilla, quien representa la herencia y la base demográfica de los New Mexicans, podría convertirse en el primer mexicano-estadounidense en ocupar dicho cargo. 

Hipotéticamente, esto lo colocaría como el candidato natural para ser el primer presidente de los Estados Unidos de ascendencia mexicana, un símbolo de la cristalización del poder político de esta población, muy a pesar del trauma que genera la alienación demográfica del presidente Donald Trump.

La juventud y el voto del mañana: El senador Padilla no solo representa la herencia; también encarna la voz de una nueva generación de New Mexicans. Su perfil conecta directamente con el voto joven y la alta tasa de natalidad de la diáspora (comunidad), que garantiza que su influencia política seguirá creciendo. Su posible ascenso a la vicepresidencia enviaría el mensaje de que el futuro de la democracia estadounidense no se definirá en Washington, sino en la energía, la juventud y la demografía del Suroeste.

Para enfrentar la presión del gobierno federal y el uso de ICE como brazo de presión contra las comunidades mexicano-americanas, es indispensable un frente de resistencia o «barrera azul» con el apoyo de gobernadores demócratas clave: Gobernadora Katie Hobbs (Arizona), gobernadora Michelle Lujan Grisham (Nuevo México), gobernadora Tina Kotek (Oregón), gobernador J. B. Pritzker (Illinois), gobernadora Kathy Hochul (Nueva York) y gobernador Bob Ferguson (Washington).

El Pacífico Noroeste (PNW), que incluye a Washington y Oregón, es una región fundamental para el concepto de los New Mexicans, extendiendo su alcance más allá del suroeste tradicional. Contrario a la percepción popular, estados como Washington han experimentado un crecimiento exponencial de la población de origen mexicano, la cual se ha convertido en una fuerza laboral crítica en la agricultura, la tecnología y el comercio. 

El gobernador de Washington, Bob Ferguson, ha demostrado su reconocimiento a esta diáspora (comunidad) al declarar la semana de la herencia mexicana, un gesto que resuena profundamente con el soft power de la comunidad.

Este frente en el PNW es estratégico, pues no solo suma votos, sino que le da a Newsom una base de apoyo que abarca toda la Costa Oeste, desde la frontera con México hasta Canadá. La diáspora (comunidad) mexicana en esta región es un testimonio de la expansión y la diversidad económica de los New Mexicans, que apoyarán a Newsom por sus políticas a favor de los derechos laborales, la protección de los inmigrantes y la defensa de la diversidad cultural. 

El PNW solidifica la narrativa de que el apoyo a Newsom no es un fenómeno local de California, sino un movimiento de alcance nacional.

El Poder de la cultura como arma política: La fuerza de este frente radica en el uso estratégico del soft power mexicano. La resistencia no se limita a decretos. Se ejerce en cada plato de comida, en la música regional y en la popularidad de íconos deportivos. 

El Mundial de 2026 y los juegos olímpicos de Los Ángeles 2028 no serán solo eventos deportivos, sino escaparates globales donde la cultura de los New Mexicans dictará la tendencia, demostrando que aquello que Trump intentó marginar es, de hecho, el capital cultural y económico más vibrante de la nación. Este soft power es la prueba de que, mientras ICE siembra miedo, la cultura siembra influencia y poder. 

El ascenso de Gavin Newsom a la palestra presidencial no es simplemente la historia de un político ambicioso; es la manifestación política de una profunda revolución demográfica y cultural liderada por los New Mexicans.

Sobre el autor

Fernando Arango Ávila es jurista y académico. Doctor en Ciencias de lo Fiscal, y actualmente cursa un posdoctorado en Derecho. Actualmente, combina su experiencia práctica con su labor investigativa. Escribe: drarango83@gmail.com.

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