Opinión

La conservación y los recursos naturales en la 4T

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La democracia que promueve el gobierno de AMLO en México parece, en el discurso, transformativa. El punto de partida se evidenció, de forma categórica, con la postura de su mensaje en la toma de protesta: el régimen económico neoliberal debe dar un paso al costado para el beneficio de los más necesitados. Es decir, sólo unos cuántos se han visto favorecidos por las políticas del gobierno en el pasado y eso requiere un cambio.

Su discurso plantea retos importantes en la articulación de acciones y resultados que indiquen la forma en que visiones alternativas beneficiarán, efectivamente, a los más necesitados de este país.

 

¿Qué tipo de desarrollo promueve?

En este tránsito, entre el discurso y las acciones, se encuentran concepciones sumamente relevantes sobre lo que significa el desarrollo para el proyecto de AMLO. Los términos de este acercamiento, por ejemplo, invitan a preguntarnos: ¿qué tipo de desarrollo promueve la 4T más allá del crecimiento económico? ¿para quién está dirigido dicho desarrollo? ¿cuáles son las implicaciones de promover ese desarrollo?

Elaborando sobre el primer interrogante, se entiende parcialmente que el modelo de la 4T tiene nociones desde la economía del desarrollo. De acuerdo con Todaro & Smith (2003), en esta visión de la economía se generan los mecanismos económicos, sociales e institucionales necesarios para lograr mejoras rápidas y de larga escala en los estándares de vida de la gente en estado de pobreza en los países del desarrollo.

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Si concedemos que ésta es la perspectiva de desarrollo aplicada por el gobierno de la 4T, no obstante, queda la discusión adicional sobre sus límites en términos de sostenibilidad. Al respecto, la perspectiva de desarrollo sostenible también ha sido promovida en el mundo a partir de los años 80´s con el Informe Brundtland. Actualmente, este modelo se ve reflejado en las acciones que realiza cada país bajo la mirada de la Agenda 2030 y los Objetivos del Desarrollo Sostenible de la ONU. En esta visión se considera un “desarrollo que satisfaga las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades” (Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, ONU, 1987).

 

Cómo están alineadas las políticas de conservación de los recursos naturales

Así, queda planteada una de las incógnitas sobre el papel de los recursos naturales desde la 4T. Dado que las políticas buscan beneficiar a los más necesitados y también se considera una visión intergeneracional de desarrollo, ¿cuáles son los planteamientos para la conservación de los recursos naturales? ¿cómo están alineadas las políticas de conservación de los recursos naturales con las políticas de desarrollo enfocadas a los más pobres y necesitados?

Además en el discurso, de nuevo, se encuentra una disonancia importante. El proyecto del Tren Maya, por ejemplo, apunta a una visión de detonar el desarrollo en el sur del país como parte de una deuda histórica; sin embargo, no se acompaña con elementos suficientes, tanto en el discurso como en las acciones recientes, que aseguren visiones congruentes de sostenibilidad y conservación a largo plazo. Además, en este caso, desde la conservación de los recursos naturales existen preocupaciones evidentes sobre la modificación de los ecosistemas dentro de las Áreas Naturales Protegidas donde pasará el tren. Más allá de esta idea, incluso, existen preocupaciones profundas y serias sobre el cuidado de la biodiversidad, el patrimonio biocultural y los modos de vida de los pueblos originarios en esos territorios.

¿La modernidad?

El camino apenas comienza. Finalmente, la invitación es que desde una ciudadanía responsable para la transformación que queremos todos -independientemente si viene de la 4T o de otros modelos de desarrollo- las ideas y las acciones que discutamos puedan dialogar entre mejorar las condiciones de los más necesitados y conservar los recursos naturales.

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La modernidad es una idea que está inmersa en el desarrollo, nos reta a identificar los valores que promovemos a distintas escalas. No perdamos de vista este parámetro.

*Todaro, M. P., & Smith, S. C. (2003). Economic Development, eight edition. UK: Pearson Addison Wesley.

*PNUD, ODS


*Mauricio Hernández. Estudió políticas públicas y actualmente un doctorado en ciencias sociales, ha trabajado temas de rendición de cuentas, transparencia, participación y democracia. Integrante del LID.

 

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Etiquetas: LID      Laboratorio de Innovación Democrática

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