Opinión

¿La diplomacia mexicana en juego?

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El viernes, un grupo de policías ecuatorianos irrumpió en la sede de la Embajada Mexicana en Ecuador, capturando al ex-vicepresidente Jorge Glass, quien se encontraba refugiado desde diciembre, lo que derivó en la orden del presidente Lopez Obrador de suspender toda relación con Ecuador, justificando con total razón, la violación de la soberanía mexicana ante las acciones.

La más reciente serie de acontecimientos entre México y Ecuador ha despertado en ciertos sectores la reflexión sobre la necesidad de reconsiderar hasta qué punto un país, en este caso México, debe mantener siempre relaciones diplomáticas, entendidas como la cordialidad y la búsqueda de cooperación para el crecimiento, cuidado y desarrollo entre países, sobre todo cuando estos no comparten una misma visión sobre el bienestar general, la dignidad humana y la justicia social.

Lo anterior es el contexto del actual conflicto que tiene envueltos a algunos países que desde hace varios años habían demostrado una búsqueda hacia la cooperación internacional, aunque no debería de sorprendernos al entender más a fondo el contexto en el que se da, por ejemplo, el intento de golpe de estado hacia el gobierno de Pedro Castillo, con quien el gobierno de Andrés Manuel Lopez Obrador simpatizaba ante la representación de una nueva cara para un país que había transcurrido desde hace años por gobiernos con tendencia derechista, y que cabe destacar, habían sido poco exitosos.

La relación entre Lopez Obrador y Dina Boluarte, de Perú, ha sido cuando menos tensa. De hecho, la misma había ido incrementando con el paso de los meses, pero tras los últimos acontecimientos acaecidos en días recientes se suma ahora la solicitud del gobierno peruano, así como del mexicano, de establecer el visado para los ciudadanos de estos países, demostrando asimismo una ruptura en las relaciones diplomáticas.

La geopolítica consiste en analizar los motivos, causas y fines del por qué se toman determinadas decisiones entre países, y sin duda resulta interesante entender el peso que cada país tiene en la actualidad, el cual se legitima detrás de la congruencia y leyes. El respaldo de diversos países a México tras lo acontecido con las autoridades ecuatorianas y peruanas nos permite entender que, en estos casos, el gobierno ha mantenido su firmeza y congruencia ante lo que se debe hacer, y ante lo que debe cambiar. Sin embargo, no hay que olvidar bajo ningún motivo la doctrina que ha dictado el actuar mexicano y que respalda su posición como país conciliador a nivel internacional, siempre enfocado en la justicia y bienestar de la comunidad internacional.

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Nos leemos la siguiente semana y recuerda luchar, luchar siempre, pero siempre luchar desde espacios más informados que construyen realidades menos desiguales.

Sobre el autor

Luis Sánchez Pérez es doctorante y maestro en Políticas y Seguridad Públicas en IEXE Universidad, abogado por la Universidad de Guadalajara. Profesor de asignatura en la Universidad de Guadalajara y en la Universidad Enrique Díaz de León. Investigador de medios de comunicación y participación ciudadana en el Laboratorio de Innovación Democrática. Colaborador semanal en Milenio, El Occidental y El Semanario.

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