Opinión
La filosofía como ruta para una sociedad más justa
La sociedad actual es compleja. Atravesamos como individuos y en colectivo una serie de problemas y situaciones que nos afectan a todos en mayor o menor medida. Aunado a esto, gobernar tampoco se vuelve más sencillo, los recursos con los que cuentan nuestros tomadores de decisiones son limitados en varios sentidos: desde lo económico, hasta la capacidad para absorber información sobre la cuál actuarán en pro del bien común, esperamos.
El día mundial de la filosofía, el cuál se conmemora cada 16 de noviembre, nos permite volver a nuestros orígenes para intentar seguir el paso acelerado de los cambios a los que se enfrenta nuestra sociedad. Partir desde la reflexión y diálogo respecto a una gran variedad de temas que como individuos que se involucran en los asuntos públicos nos competen debería ser la ruta para identificar la posible solución del resquebrajamiento social percibido por muchos.
La justicia, la igualdad, la libertad, el poder, la democracia entendidos a través de la discusión, nos permiten comprender el mundo tal cuál lo conocemos, pero además, formar una opinión fundamentada sobre los mismos, manteniendo una apertura a las distintas perspectivas. Es ahí donde nosotros como ciudadanos podemos involucrar a nuestros representantes, para que a su vez, entiendan la relevancia de retroceder al origen de estos conceptos y retomar desde el punto donde nos desviamos.
Aunado a lo anterior, cuando en conjunto reflexionamos y nos cuestionamos nuestros principios y creencias, crecemos como individuos, pero también como sociedad al intentar definir y construir en conjunto un mejor mundo, encaminado hacia la paz. No dejemos de cuestionar aquello que nos parece incorrecto, aquello que debería cambiar, definir lo que éticamente debería guiarnos como colectivo e individuos.
Finalmente, y a manera de invitación, es importante que, desde una visión de la gobernanza, todos participemos en el diseño de alternativas para dar respuesta a los grandes desafíos contemporáneos a los que nos enfrentamos, incluyendo a nuestros gobernantes, por lo que ellos a su vez deben volver a los orígenes de la política: a cuestionar su actuar, a reflexionar y escuchar otras perspectivas, a utilizar la razón. Nos leemos la siguiente semana, y recuerda luchar, luchar siempre, pero siempre luchar desde espacios más informados que construyen realidades menos desiguales y pacíficas.
Sobre el autor
Luis Sánchez Pérez es doctorante y maestro en Políticas y Seguridad Pública en IEXE Universidad, abogado por la Universidad de Guadalajara. Profesor de asignatura en la Universidad de Guadalajara y en la Universidad Enrique Díaz de León. Investigador de medios de comunicación y participación ciudadana en el Laboratorio de Innovación Democrática. Colaborador semanal en Milenio, El Occidental y El Semanario.