Opinión

Paridad para la foto

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Históricamente las mujeres han sido desplazadas de los espacios de toma de decisión, sobre todo si se trata de aquellos que tienen una relación directa con el poder, esto no es nada nuevo, los hombres son los dueños del espacio público y lo han demostrado desde hace siglos, simplemente con revisar que fue hasta el 3 de julio de 1955, cuando las mujeres en México sufragaron por primera vez en una elección Federal, es decir sólo hace 65 años.

Tenemos evidencia suficiente para demostrar, que mientras los hombres elaboraron la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicano hace más de un siglo, desde su gestación ignoraron la trascendencia de la representación de las mujeres, como ven sobran ejemplos para dar cuenta de esta realidad, la cual no ha hecho más que institucionalizar y hacer cada vez más presente aquello que conocemos como patriarcado.

Ante el proceso más grande del País, hay una novedad que más bien es una posibilidad de cara al 6 de junio de 2021, cuando se renovarán diputaciones federales y dependiendo de la Entidad de que se trate también veremos nuevas caras en gubernaturas, congresos locales, ayuntamientos, juntas municipales y alcaldías.

Es decir, será una enorme cantidad de espacios que estarán por tener una nueva integración, lo cual habla de que hay una considerable posibilidad de permitir a un buen número de personas pertenecientes a grupos vulnerables su representación en estos y sobre todo una grandiosa oportunidad de que puedan llegar más mujeres como gobernadoras.

Sin embargo, de tener la suficiente consciencia y compromiso bastaría con considerar esta gran posibilidad de cambio para colocar en la contienda electoral a candidatas para los puestos en los que menos se ha tenido representación femenina. Si esto no fuera poco, entonces bastaría con recurrir al Artículo 35 en su fracción segunda y 41 constitucionales para comprender que la integración paritaria en puestos de representación popular es un mandato derivado directamente de la Constitución, lamentablemente ninguna de las dos opciones sucede y en general la lucha feminista de nuevo se enfrenta a los techos de cristal que en este caso perpetúan los partidos políticos.

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Jalisco no escapa de este supuesto, por el contrario lo hace evidente y pone de manifiesto elementos que tendrían que ser una alerta a considerar para la decisión que se tome el próximo 6 de junio. En la Entidad suceden distintos hechos que hacen este proceso electoral particularmente interesante, por un lado se tiene a partidos políticos que han sido la constante en las instituciones, pero también existen opciones nuevas que prometen ser completamente independientes de las actuales formas de hacer política; tanto en nuevos como viejos partidos hay algo, un elemento común tan triste como cierto: su compromiso con el feminismo y la representación política de las mujeres es solo para la foto.

La última afirmación deriva de la simplicidad de vigilar y revisar su comportamiento cuando se trata de permitir que las mujeres lleguen al poder. Sucede que los partidos políticos comienzan a apropiarse del activismo de sus integrantes, aquellas mujeres que genuinamente pueden tener la aspiración de representar al resto y dar avances en la garantía de derechos.

Hay feministas y también hay quién utiliza el discurso del feminismo, y se enarbolan con el compromiso de abrir los espacios a la paridad, pero cuando la oportunidad se da ya sea de manera discreta o directa regresan a las formulas patriarcales de dominación que se ejercen mediante la perpetuación del poder por medio de representantes de género masculino, o se disfrazan de las figuras que más beneficien al patriarcado.

Mary Beard en el manifiesto Mujeres y Poder señala, que hay un tipo de autoridad femenina, utilizada comúnmente por las candidatas y precandidatas, que parecen presentarse con una cara más amable, como la figura de la diosa Atenea que tiene características sumamente machistas, al ser una guerrera, y para colmo, ni siquiera ella había nacido de una madre, sino directamente de la cabeza de su padre, Zeus. Es como si Atenea, mujer o no, ofreciera un atisbo de un mundo masculino ideal en el que las mujeres no solo pudieran quedar arrinconadas en su sitio, sino que se pudiera prescindir de ellas por completo.

Y desde este lugar siguen ejerciendo el machismo para poder ser bien recibidas al interior del o los partidos, y sobre todo buscando la aprobación del sistema y, por ende evitando que otras mujeres lleguen.

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Tal y como lo resalta también Simone de Beauvoir que llamaba mujeres pelota a aquellas que, tras triunfar con grandes dificultades en la sociedad machista, se prestaban a ser utilizadas por esa misma sociedad para reforzar la discriminación; y así, su imagen era rebotada contra las demás mujeres.

Al día de hoy, Jalisco sigue sin permitir que las mujeres estén en los Municipios de mayor relevancia o en los Distritos que podrían tener un mayor impacto en el Congreso, pero esta vez mediante sutiles y moderados destellos de machismo que parecieran ser una buena vía para evitar cuestionamientos públicos. Pareciera que se ha gestado una nueva forma de violencia política por razón de género en la que se utilizan los esfuerzos de las mujeres para encubrir el patriarcado existente en todos los partidos políticos.

¿Cómo se puede decir garante de la perspectiva de género aquel partido político que necesita que por medio de Acuerdos o Resoluciones de autoridades electorales se logre la paridad en sus representantes, antes que generarla por su voluntad y bajo la reflexión de que corresponde la alternancia en los espacios?

La lógica machista no cambia de un momento a otro, mucho menos en cuestión de meses, aquellas practicas que los partidos políticos muestren tanto en sus precampañas como campañas serán las que mantengan durante sus gestiones en los cargos que resulten electos, lo que significa que su interés, o falta de este, por la agenda feminista muy posiblemente sea constante entre lo que ya han demostrado y lo que puedan posicionar una vez que tengan poder.

El panorama no es nada grato, pero de nuevo da cuenta de la importancia  que tiene el que las mujeres lleguen a espacios de poder, no solo para completar estadísticas y representaciones paritarias, sino para verdaderamente impulsar aquellas luchas que tendrán por resultado la reivindicación y garantía de nuestros derechos. La paridad no solo debe ser para la foto, sino para la sociedad y en aras de terminar con aquellas brechas de género que tanto afectan.

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Sobre las autoras

Daniela Bonilla es alumna del ITESO, Presidenta de la Sociedad de Estudiantes de la Licenciatura en Derecho, actualmente es la coordinadora de Magistrada Ya y es activista feminista.

Ana Fátima López es abogada feminista, y Maestra en Derechos Humanos y Paz, fundadora de Magistrada Ya y de la red de Abogadas Violeta, actualmente es la coordinadora Nacional de la red. Activista de la paridad y defensora de la violencia política contra las mujeres.

 

 

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