Opinión

¿Quién vigila al vigilante? La Paradoja del Congreso de Jalisco

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El Congreso, pilar esencial en las democracias, tiene la responsabilidad de equilibrar el poder y atender las demandas de la ciudadanía. No obstante, el Congreso de Jalisco se encuentra ante serios desafíos que obstaculizan su capacidad de actuar como un verdadero contrapeso.

Mauricio Merino acuñó el término “sistema de captura”, aludiendo a la corrupción institucional que beneficia a minorías sobre el bienestar general. En el Congreso de Jalisco, esta captura se manifiesta en dos formas: 1) decisiones de políticas públicas sesgadas por agendas personales y 2) la designación de cargos públicos basada en influencias políticas, no en méritos. 

La ironía es que quienes aprovechan este sistema, los grupos dominantes del congreso, que también controlan el poder ejecutivo, son quienes deberían ser fiscalizados. Esto crea un ciclo donde agendas particulares se aplican sin revisión, afectando áreas críticas como seguridad, derechos humanos, educación, salud, entre otras. 

Existe una dicotomía en la percepción del Congreso: mientras algunos diputados ven la necesidad de reforma, otros, beneficiados por el actual sistema, ven un Congreso fuerte y autónomo. Esta tensión representa el dilema político central del Congreso de Jalisco.

El informe Congreso ¿Cómo vamos?’ de 2023, desarrollado por ‘Jalisco cómo vamos’, revela preocupantes tendencias en el Congreso de Jalisco. A lo largo de la legislatura actual, solo se realizaron nueve solicitudes de comparecencias de funcionarios, una cifra baja considerando la relevancia de este proceso en democracias fuertes. Aunque el 88% de estas comparecencias se concretó, es alarmante que una, referente al caso de feminicidio de Luz Raquel, fuera privada, privando a la sociedad de claridad sobre el caso.

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La evidencia del sistema de captura, también se manifiesta claramente en las designaciones para puestos de alta relevancia. Instituciones autónomas vitales para la democracia en Jalisco, como la Comisión Estatal de Derechos Humanos y el Instituto Estatal de Transparencia, están siendo coptadas por agendas políticas. Según ‘Jalisco Cómo Vamos’, de las convocatorias realizadas para liderar éstas y otras entidades, solo el 25% se basó en criterios técnicos, mientras que el preocupante 75% respondió a intereses y alianzas políticas. Esta dinámica erosiona la objetividad y refuerza el dominio de facciones parlamentarias predominantes.

La estructura de la nómina del Congreso también es cuestionable. Un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) destacó que, de 1,069 empleados, 649 carecen de propósito claro, insinuando la posibilidad de ‘aviadores’ o empleados fantasmas. Además, se sugiere en evidencia anecdótica y periodística que algunos diputados podrían beneficiarse económicamente de sus empleados al quitarles parte de su salario, una práctica que refleja corrupción y erosiona la integridad del Congreso.

El Congreso del Estado de Jalisco, afectado por distintas formas de “captura”, necesita medidas robustas y transparentes para restaurar su integridad y autonomía. Entre las soluciones que considero urgentes están:

Reforma para realizar Comparecencias: Es necesario modificar la actual dinámica de solicitudes de comparecencia para que no esté monopolizada por las mayorías parlamentarias. Permitir a grupos minoritarios solicitar comparecencias potencia la representatividad y equilibrio.

Implementación del Servicio Civil de Carrera: A pesar de los avances iniciales, es crucial que el Congreso de Jalisco adopte plenamente el servicio civil de carrera aplicándolo al 100% de su nómina. A través de convocatorias y exámenes, se promovería una nómina basada en méritos y no en lealtades políticas.

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Participación Ciudadana en Designaciones Públicas: Es necesaria una mayor intervención ciudadana en las designaciones de entidades autónomas, promoviendo la transparencia y previniendo influencias políticas.

Estas medidas, tanto necesarias como urgentes, representarían un paso significativo hacia la restauración del Congreso de Jalisco, reafirmándolo como una entidad genuinamente comprometida con la ciudadanía. Sin embargo, es crucial reconocer que, si bien son esenciales, no constituyen la solución total. El problema de la ‘captura’ es multifacético y complejo, y requerirá de un esfuerzo sostenido y multidimensional para erradicarlo por completo. Solo con un compromiso continuo y una visión holística podremos restaurar plenamente la integridad y el propósito del Congreso.

 

 

Sobre el autor
Humberto Mendoza es un profesional comprometido en el campo del diseño y evaluación de políticas públicas en Jalisco. Es licenciado en Administración Gubernamental y Políticas Públicas Locales por la Universidad de Guadalajara con un Máster en Antropología en la Universitat Autònoma de Barcelona.
Actualmente, lidera el Órgano Técnico de Administración y Planeación Legislativa en el Congreso de Jalisco.

 

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