Cultura
Cazadores de libros
¿Cuánto pagarías por la más extraña impresión de la primera edición de tu libro favorito? ¿Y si dicha edición estuviera autografiada por el autor? ¿Y si tuviera más de 200 años de antigüedad y estuviera en perfecto estado?
Un volumen de tales características puede resultar un verdadero fetiche en las manos de investigadores, académicos, escritores y coleccionistas. Bibliófilos que están dispuestos a pagar entre mil y 20 mil pesos por una peculiar pieza de su autor favorito, asegura Antonio Mendoza Tabares, Coordinador de la Asociación de Libreros de Guadalajara.
Bibliófilos
«Por supuesto que los hay: notarios, médicos, editores, investigadores, sobre todo, que constantemente nos buscan y están a la espera de que aparezca un título descontinuado desde hace décadas o una edición específica de algún reconocido escritor», comenta Mendoza.
El especialista comparte, además, que el valor de un volumen varía según el estado de conservación en el que se encuentre la pieza, el tiraje del que forma parte, la trascendencia del texto, el renombre del escritor, el tipo de empastado, la edición de que se trate y si el ejemplar cuenta o no con la firma del autor.
Con 40 años de experiencia en la compraventa de libros de ocasión, el sacerdote Tomás de Híjar, ha tenido la oportunidad de manejar importantes fondos bibliográficos, entre ellos el de la Biblioteca del Seminario Mayor de Guadalajara de la que actualmente es bibliotecario.
«En dos ocasiones he pagado precios que son prohibitivos para un bolsillo raquítico como el mío. Uno de esos es el libro más querido por mí, la primera edición de La Conquista del Gran Nayar, de 1887, escrito por José de Acosta’», narra el clérigo.
Razones
De Híjar, pagó dos mil pesos por ese volumen, movido principalmente por razones familiares, pues asegura, uno de los capítulos dedicados a la conquista del Nayar versa sobre uno de sus antepasados.
En la opinión de Gamaliel Pacheco, librero desde hace 15 años, el gusto que los libros despiertan en algunas personas, puede llegar a convertirse en una obsesión que raya en la extravagancia.
«En este oficio llegas a conocer gente que colecciona un mismo título en todas sus ediciones existentes: pasta dura, forrado en piel, en papel cebolla, ilustrado por Dalí, por Doré, publicado en inglés o en alemán, hay de todo», comenta.
Entre los títulos más solicitados por los bibliófilos tapatíos se encuentran El Laberinto de la Soledad, de Octavio Paz; Cien Años de Soledad, de Gabriel García Márquez; El Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes, y La Biblia, señalan los entrevistados.
»A uno como librero le queda sobre todo la satisfacción de compartir con los clientes la alegría que les produce tener en sus manos el libro de sus sueños, es parte de la aventura de nuestro trabajo», concluye Pacheco.
Amor por todos
Otra manera de amar los libros queda ejemplificada con el estilo de vida que desde hace más de medio siglo lleva el abogado tapatío Claudio Jiménez Vizcarra, quien cuenta con una colección de libros compuesta por más de 22 mil volúmenes.
«Una vez que uno cae en el vicio de la lectura termina hasta leyendo los boletos del camión. Cuando yo tenía 7 años compré mi primer libro, por gusto y cuenta propia, de eso hace ya 55 años y de entonces a la fecha no he podido pasar por una librería sin entrar a ver qué encuentro», comparte el abogado y bibliófilo.
Literatura, ciencia ficción, historia universal, filosofía, derecho, historia de México, historia del Occidente de Jalisco, genealogía, heráldica, arte y muchas otras disciplinas y materias conforman su repertorio.
«A mí me mueve el gusto por saber, si son primera, segunda o décimo novena edición me da lo mismo, un libro es conocimiento y por lo tanto igual se le quiere», remata Jiménez Vizcarra.
Publicado en Mural