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Cabezas de Barbie sobre Berlín
Para J.A. Menéndez-Conde (Tlaquepaque, 1984) escribir es irremediablemente enfrentarse a las propias imposibilidades, saber que aunque uno tenga altos vuelo y quiera imitar a sus ídolos literarios, acabará siendo siempre uno mismo, pero eso es lo que hace la voz propia, aunque esta asemeje más a una cabeza de Barbie degollada, no podemos salirnos del contexto.
Y el contexto multicultural forma parte sustancial de la primera novela –el autor proviene del cuento– de este escritor que vive en Berlín desde hace tres años y ha pasado además por Madrid, pero nació en Tlaquepaque, por lo que ha vuelto a su tierra natal con Huesos de Bolsillo (weRstories, 2022), el retrato de tres décadas de una relación envuelto en una amalgama de influencias de la jerga mexicana, modismos alemanes, cultura pop, música, cine y literatura.
“Escribir es como si estuviéramos en un campo y fuéramos a cazar, yo llevo mi escopeta y mi perro, hay unos faisanes bonitos que son Hemingway y Juan Rulfo, cuando les disparo ese es mi cuento, y yo le digo a mi perro, que es mi talento, que vaya a buscar el faisán, pero cada vez que vuelve, viene con la cabeza de una Barbie, entonces aceptar esto, que yo escribo cabezas de Barbie es difícil, pero a la vez te das cuenta que es natural”, dijo el autor.
La novela Huesos de Bolsillo se divide en 5 partes y un epílogo, que a su vez se subdividen en numerosos capítulos o epígrafes que se van imbricando y relacionando entre sí como piezas de rompecabezas, hay además un juego en el que se divide el uso de la primera persona y se cambia el punto de vista entre los dos protagonistas, Álvaro y Luisa, quienes se conocen en un barrio de inmigrantes de Neukölln, Berlín, el día del cumpleaños número 9 de Luisa, quien se decide a tocar el timbre de su vecino porque ha escuchado que es un vampiro, aunque Álvaro en realidad es un personaje complejo, con una pasado oscuro pero con aficiones muy interesantes.
El germen de la novela es un cuento que se llama Una Visita Inesperada que fue publicado en la revista Punto en Línea de la UNAM, y esta forma parte del lanzamiento de la editorial weRstories, la cual busca dar voz a comunidades no autóctonas que se han instalado en Alemania, y que han tomado una importante presencia en dicho país, lo mismo publicando literatura infantil, novela o ensayo. Su editora, Anna Garbur, también visitó la feria este año.
“Trabajando en comunicación con muchos artistas y autores, me di cuenta que había calidad y pocas salida, sobre todo en cuanto a literatura, y estaba harta de esperar, es muy difícil si no conoces a nadie que una editorial grande confíe en ti, estaba haciendo ya el trabajo de editora sin darme cuenta, trabajando con los textos, y tomando confianza, y me di cuenta que se podía representar de una forma oficial, como editorial, a esos talentos. Los expatriados a veces tenemos el síndrome del impostor, que nunca representamos una cultura o una nación, pero en Berlín hay una comunidad vibrante, no sólo de hispanohablantes, sino también de otras culturas no autóctonas pero muy creativas”, explicó esta editora de origen italiano que además ha vivido en España.
Menéndez-Conde se formó en abogacía, pero siempre gustó de la literatura, incluso tuvo una mención honorífica en un concurso de una institución colombiana, cuando viajo a estudiar un máster en España se dio cuenta que lo suyo era el arte y trabajó como asistente de un artista contemporáneo (Tomás saraceno). Posteriormente se mudó a Berlín donde entró a un taller con la escritora argentina Samanta Schweblin, donde se dio cuenta de sus carencias y comenzó a pulirlas, para encontrar su identidad como autor.
“Saber escuchar tu voz y tu talento es eso, darme cuenta de quién era yo, una persona que creció en ese entorno en Tlaquepaque, en mi casa de siempre, donde salía y me encontraba a los perros de la calle, jugaba con mis amigos futbol, con nuestras porterías soldadas, y después me fui a vivir a Europa a otra vida”, aseguró.
Foto: Siker / Maru Martí.
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