Cultura
Ishiguro no sólo vale por el Nobel
El máximo galardón que se entrega en el mundo de la Literatura es el Premio Nobel. Un prestigioso reconocimiento para los mejores escritores del mundo y que al ganarlo, automáticamente elevan sus ventas y ganan mayor reconocimiento por parte de los lectores y los otros autores. Es como entrar en el Olimpo, en una selecta lista, aunque como todo siempre ha tenido sus injusticias.
Borges nunca lo ganó, Carlos Fuentes fue el eterno ignorado. Aunque otros latinos más como Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez y el mexicano Octavio Paz, sí se hicieron del Nobel literario. Otros ignorados y que se fueron con las manos vacías en este sentido son nombres de la talla de James Joyce, Marcel Proust, Vladimir Nabokov, Franz Kafka e incluso Tolstoi. A pesar de ello nunca ha perdido valor y se le sigue dando un lugar importante a los galardonados.
Después de la polémica que se levantó el año pasado, al dárselo a Bob Dylan, quien desairó a la Academia Sueca y ni siquiera se dignó a recibirlo, optaron por dejarse de experimentos y este año se lo dieron a un escritor en toda regla. El Nobel 2017 ha sido para Kazuo Ishiguro, de origen japonés, pero que ha vivido toda su vida en la Gran Bretaña. El nombre ha tomado por sorpresa, incluso al propio autor, dejando en claro que siempre el Nobel es impredecible.
Previo a que se dé el anuncio oficial, es cuando comienzan las predicciones, se habla de los candidatos. Se apuesta en Las Vegas e incluso las librerías ponen al frente los libros de ese escritor que piensan puede ser el nuevo ganador. La realidad es que la Academia encargada de tomar la decisión final, recibe cerca de 200 propuestas, esa lista la depuran y quedan al final cinco escritores nominados. Durante cincuenta años se guardan los nombres de los cuatro perdedores, pero después de este tiempo se relevan los nombres.
Con la victoria de Ishiguro, nuevamente se han quedado en el camino algunos de los nombres que llevan sonando muchos años, pero que no han logrado llevarse el máximo logro. El nipón Haruki Murakami, el que lleva al menos unos seis años siendo llamado el segundón, el perdedor eterno, el Cruz Azul del Nobel; otro eterno candidateado, peor que no se ha llevado la gloria, es el keniano Ngugi wa Thiongo´o, mismo caso del israelí Amos Oz, el poeta Adonis, la canadiense Margaret Atwood, la estadounidense Joyce Carol Oates, el español Javier Marías, el británico Salman Rushdie, los estadounidenses Phillip Roth y Paul Auster, son algunos de los que se lo merecen y se han quedado nuevamente en la baraja.
En los últimos años, el Nobel había apostado a la igualdad de género y eran las damas las que venían dominando. Nombres como el de Doriss Lessing, Herta Müller, Alice Munro y Svetlana Alexiévich fueron ganadoras en los últimos años. Ahora con el triunfo de Kazuo Ishiguro, también hay frescura, pues sus libros van más apegados al género de la literatura fantástica. Quien a la par, en su primer discurso tras la noticia, habló de paz e igualdad en los tiempos que corren, en donde la violencia y la discriminación son el pan de cada día.
Ishiguro ha sido toda una sorpresa, incluso dicen que no estaba considerada como alguien por quien apostar en Las Vegas. Gracias al Nobel de Literatura, será reconocido y a la par, como siempre pasa, sus libros elevarán las ventas. En México es posible conseguir algunos títulos como Los inconsolables, Pálida luz en las colinas, Nunca me abandones (que tiene una adaptación al cine protagonizada por Keira Knightley y que la puedes ver en Netflix), Nocturnos, Los restos del día y su más reciente obra: El gigante enterrado, el cual retoma vestigios de una Edad Media que vio vivir al Rey Arturo y a Merlín.
La Academia definió la obra de Ishiguro así: “sus novelas de gran fuerza emocional que han descubierto el abismo bajo nuestro ilusorio sentido de conexión con el mundo”. Por su parte, el flamante galardonado, incrédulo sobre el triunfo, dijo que “en mi carrera he mirado a individuos que sufren enfrentándose a los recuerdos de su pasado, algo que aplicaba también a las comunidades y a las naciones. Como autor, una de las cosas que me fascinan es determinar cuándo es mejor recordar y cuándo es mejor olvidar.
De igual forma se comparó su prosa como una combinación entre Jane Austen, Franz Kafka y Proust, aunque él admitió que su máxima influencia ha sido siempre Charlotte Brontë.
Ya me daré la oportunidad de conocer la literatura del nuevo Nobel. Queramos o no, el que sea el ganador es también un impulso a leerlo y acercarse a un nombre que anteriormente a mí, al menos, no me decía absolutamente nada. Sus novelas son de la editorial Anagrama, sinónimo de calidad, pero también de que son libros caros. Así que en la quincena será cuando nos conozcamos señor Ishiguro. Ya les daré mi opinión.