Cultura
La dama oscura, de estilos y sorpresas
La dama oscura…
Encuentro fructuoso
Estaba husmeando entre los pasillos de una FIL, cuando me encontré con un tipo que sobresalía de entre el resto por su rubia cabellera y por ser de piel prácticamente entre roja y anaranjada.
Nuestro encuentro se dio en el stand de la editorial mexicana Nitro, la cual me llamó la atención por las extravagantes, coloridas y llamativas portadas de sus libros, principalmente escritos por mexicanos y del género de la nóvela policíaca.
Volviendo al encuentro, este señor me comentó que estaba bueno el de Dispárenme como a Blancornelas, un buen libro de cuentos, que le diera una oportunidad y me lanzará a ver la presentación del libro, que era en menos de media hora, me aseguró que no me iba a arrepentir.
La recomendación
La contraportada me prometía una serie de intensas aventuras vividas por un periodista de nota roja, sonaba bien, le hice caso al individuo que me abordó. Pensé que era un vendedor, pero no. Se trataba de Daniel Salinas Basave, justamente quien había escrito aquella serie de cuentos, debo admitir que disfruté su presentación, al final echamos una platicada y ahí me dedicó aquellos relatos, “para el improbable lector”, justo como le gustaba definir a quienes sin saber nada de él, compramos su libro.
Ese mismo día me puse a leerlo. Debo admitir que me sorprendió por lo entretenido y disparatado de su estilo, las risas a la orden del día.
Belleza y sensibilidad
Pero hay uno que me hizo pensar más que el resto, lo tituló La reina de los hielos en Maclovio Herrera, aquí aborda la visita de una escritora sueca (cuyo nombre jamás será revelado por seguridad), perteneciente a la ola negra escandinava, ese fenómeno literario que le ha dado la vuelta al mundo gracias a la obra de Stieg Larson, Jo Nesbo, Henning Mankell, Erik Axl Sund y Camilla Läckberg, justo esta última era obvio que era la protagonista de aquel curioso encuentro.
La describe como una mujer muy bella, que sobresalía del resto de los mortales, les cuento, Camilla vino a la FIL hace algunos años, tuve la oportunidad de conocerla, y es un hecho, su belleza resalta, muchos pensaban que era actriz, pero estaba allí para firmar libros y hablar de asesinatos en su pueblo natal, Fjälbacka.
En este cuento de Salinas Basave, Camilla alias “La reina”, llega a Chihuahua (y es recibida por el gobernador con todo y ramo de flores, el alcalde también se dio su vuelta), a una feria del libro muy pequeñita, para hablar con locales y dar a conocerse como alguien interesada en los asesinatos y la violencia en México; que le interesan las mujeres que sufren la desigualdad, que quiere ayudar, aunque no deja de parecer que todo es pura pose. Hasta que un día, sin cámaras encima, decidió ir a Ciudad Juárez y vivir un día como reportera de la nota roja; viviendo en carne propia los asesinatos perpetrados por el narco y también por el simple placer de matar (al menos eso parece, de los feminicidios).
¿Fresa?
Basave no se cansa de definir el estilo de Läckberg como “fresa”, ya que la ola de la novela negra escandinava aborda el mundo de asesinos seriales retorcidos, pero que normalmente no matan a más de dos víctimas. En el caso de la saga escrita por Camilla, todo pasa en un pequeño pueblo que es muy tranquilo, y en el que en la vida real no pasa nada realmente grave. Todo es ficción en su prosa, no hay sangre en las paredes, ni cadáveres enterrados, no hay injusticias, no hay crímenes sin resolver. En el cuento, “La reina” ve con sus propios ojos todo lo que escribe en tono de ficción, siente, respira todo eso que quiere transmitir, es ahí en donde entiende que sí hay diferencias en un mismo mundo, que cada país sufre a su manera, algunos en el diario, otros solamente en la imaginación.
Läckberg es una gran escritora. De las más entretenidas al momento de tomar sus libros, como La princesa de hielo, Las hijas del frío, Los gritos del pasado; tiene un estilo marcado, en el que el asesino siempre aparece en las primeras páginas. El real problema será que el héroe logre encontrarlo. Los temas que aborda han ido encrudeciéndose, pues al principio eran locos asesinos, ahora entra a los conflictos sociales, religiosos, y en La mirada de los ángeles, toca el racismo, los asesinatos de niños por el mero hecho de ser pobres. Parece que se le ha quitado lo “fresa” y se va metiendo en temáticas que afectan a todo el mundo.
La realidad mexicana
¿Será acaso que Chihuahua le hizo cambiar su visión literaria? Tal vez se hizo más sanguinaria, al haber estado al lado de Basave, aunque sea un tema no confirmado no esclarecido, como pudo pasar, pudo que no, pero realmente me han puesto a dudar, y de ser así, bienvenida sea la denuncia a través de las letras.
Hasta aquí llega este anecdótico Laberinto. Prometo que pronto abundaré más en el movimiento de la novela negra escandinava, vale mucho la pena; aunque en comparación de la conocida como Ola del norte en México, pueda parecer que lo que llega de Europa es medio “Fresa”, cuando aquí se escribe de balazos y una triste realidad.
Óscar Beltrán ha trabajado en medios impresos y radiofónicos como reportero en las fuentes de cultura, policíaca y deportiva. Ahora se desempeña como editor en jefe de la aplicación para smartphone «Plans».