Cultura
¿Y el libro tiene dibujitos?
¿Tiene dibujitos?
Antes que nada, quiero desear que venga un gran año 2018, de muchos libros, nuevas aventuras literarias, de encontrar un nuevo autor favorito, de descubrir una novela única que te marque, que los libros no falten, tampoco la salud y la plenitud. Que este año cumplas el reto de vaciar esa esquina repleta de libros nuevos, sin abrir, y que quieren ser leídos; aunque entiendo perfectamente que es muy fácil sucumbir a la tentación de comprar más. Mi máximo deseo es que todo marche bien, y que el aroma a libro recién abierto no falte en tu hogar.
Y bueno, comenzando con lo que me atañe, es momento de hablar de un cliché muy viejo, quisiera suponer que tan viejo como la creación de la propia literatura. Lamentablemente esta frase cobró relevancia en los últimos tiempos, inspirada en la flojera de adentrarse en la lectura, me refiero al clásico: “¿y el libro tiene dibujitos? ¿es de puras letras? Que flojera leer eso que no tiene imágenes”. Seguramente la has escuchado más de una vez, incluso no descartemos que lo dijeras en alguna ocasión.
Se entiende cuando un niño pequeño va adentrándose en el mundo literario, que se viene enseñando a leer, pues el apoyo visual siempre es fundamental. Lo que ya no es pasable, es cuando esta clase de queja viene con jóvenes, adultos y millennials. Aunque en esta ocasión, para aquellos que no les gusta tanto clavarse con muchas letras y pasar páginas, me gustaría compartir algunas maravillosas novelas gráficas que me encontré, fáciles de leer, digeribles, pero que no les resta la creatividad, el valor y el peso de ser obras sumamente interesantes y divertidas.
Uncle Bill del mexicano Bernardo Fernández
Comenzaré, otra vez, por echarle flores al mexicano Bernardo Fernández BEF. Nunca está de más hablar de su trabajo y aplaudir su gran creatividad. Este mexicano no le pide nada a los trabajos de nombres destacados a nivel mundial. Ha venido labrando su camino gracias a su buen humor, creatividad y sus dibujos de cómics coloridos y alucinantes. Su obra cumbre, es sin duda, Uncle Bill.
Un libro en el que él mismo tiene un rol protagónico, pues sigue los pasos de ese escritor que le voló la cabeza y le puso a girar la creatividad: William Burroughs. Es curiosa la forma en la que BEF se vislumbra, pues entabla un diálogo con el autor de Naked lunch, en un espacio en el que sólo lo puede cuestionar, a pesar de que nunca le va a contestar.
La vida de Burroughs termina por convertirse en toda una adicción, tanto en la trama e historia, como los espectaculares dibujos que son alucinantes y sumamente atractivos. El estilo de BEF destaca por sobre muchos más que he visto. Y es que a pesar de tener sus dotes cómicos, no abusa de ellos, no fuerza los diálogos, presenta viñetas sin texto que son simplemente perfectas, todo para seguir el camino de un Burroughs sumamente complejo que dio muchos pasos por México.
Entre su homosexualidad de clóset, aunque no tanto, la madre de sus hijos y más, encontré a uno de los personajes más profundos y completos, BEF lo consiguió con “dibujitos”, un cómic que se convirtió en una novela gráfica muy destacable. Lo más trascendental es que va más allá de lo que fue Burroughs a nivel social, pues fue conocido por un escándalo en la ciudad de México, al asesinar a su esposa por accidente…o no.
Uncle Bill es una obra muy completa y compleja, llena de referencias históricas y que presenta como ninguno, la época de oro que vivió México. Indispensable.
El instante amarillo
Sí, seguiré en el camino de lo que ha entregado BEF. Su más reciente novela gráfica va dirigida a un público más adolescente e incluso infantil. Sin caer en exageraciones y dramas incómodos, se adentra al mundo del bullying, esto en El instante amarillo. Una novela gráfica llena de bellos colores, es una pieza que le da realce al libro, más allá de todo, es un ejemplar muy bonito que puedes contemplar durante horas.
La historia se inspira en el monstruo Frankenstein, incluso con pasajes de Mary Shelley, demostrando que la maldad siempre paga, en algún momento, pero lo hará. Que es importante preocuparse por uno mismo y no frenarse con miras a ir a cumplir cada uno de los sueños trazados. De verdad es una historia fácil de leer y que vale la pena hacerlo en compañía de familiares y niños.
Maus del suizo Art Spiegelman
Finalmente, quiero llegar a Maus. Un cómic fuera de lo común. Se trata de la historia de un sobreviviente al holocausto, que vivió en carne propia lo que era estar en la prisión de Auschwitz, como el hecho de ser judío era suficiente para sufrir atrocidades a manos de los nazis. Esta pieza es tan importante en la historia literaria, que incluso se hizo acreedora del prestigioso premio Pulitzer en el año de 1992.
Lo más interesante es que cada personaje de la historia es representado con un animal, los judíos son ratones, los alemanes son gatos, los estadounidenses perros, los franceses ranas, y así puede uno ir encontrando referencias a lo largo de cada viñeta. Maus es creación de Art Spiegelman, quien justamente aparece y narra todo desde la perspectiva del momento en que entrevistó a su propio padre, Vladek, quien es el sobreviviente.
Hay muchos temas delicados que se toman, la verdad es que es desgarradora. Por un lado pinta a Vladek como alguien que sobrevivió la guerra y el sufrimiento por amor, pero también por ser rico y tener el dinero suficiente para sobornar. Temas delicados como el preferir salvar a una esposa que un hijo, no comer nada en días, esconderse en condiciones terribles. La suerte. Todo es sumamente conmovedor.
Pero el presente que plantea la novela gráfica, habla de un hombre avaro, que se hizo así por la guerra, ahorrar y ahorrar, pero no por ser buena persona con el resto del mundo, no, aquí nos dejan claro que hay un ser egoísta recordando pasajes terribles de la Segunda Guerra Mundial. Un hijo que no le tiene paciencia y parece no tener lastima ni compasión en su corazón. Incluso se atormenta en su cabeza por escribir un libro sobre las atrocidades del Tercer Reich, sintiendo que puede ser juzgado por la actual Alemania.
Un camino duro. Maus es difícil de digerir. Es sumamente fuerte, real, hace que tiembles. Debo admitir que me llevó a derramar un par de lágrimas, están las de coraje y las de tristeza. Es un testimonio duro y directo, un gancho a los sentimientos. Sin temor a equivocarme, debe ser uno de los libros más duros que he leído y que transmite más que muchos que se han escrito sobre el tema, incluso que las mismas películas que abusan del melodrama. Aquí no hay inflexión, no hay héroes, no hay pena ajena, todo es como es.
Estos son sólo unos ejemplos de lo que puedes encontrar como gran literatura, pero con imágenes y dibujos que te hagan disfrutar el viaje, no caer en el tedio de solamente leer, es entendible que algunos no les guste. Pero no hay que descartar las opciones de buena literatura, como estos grandes ejemplos, de seguro te enganchas y enamoras. En una de esas te conviertes en coleccionista y especialista de esta clase de libros.
Óscar Beltrán ha trabajado en medios impresos y radiofónicos como reportero en las fuentes de cultura, policíaca y deportiva. Ahora se desempeña como editor en jefe de la aplicación para smartphone «Plans».