Cine

The Shape of Water ¿merece tanta atención?

Publicada

Por Artur Tartarosky

Después de las razonables, furiosas y curiosas opiniones desencadenadas por mis críticas de Star Wars: The Last Jedi (2017) y Jumanji 2 (2017), me tomé un tiempo para sentarme a pensar en The Shape of Water (2017) de, uno de mis directores favoritos, Guillermo del Toro. El tema era difícil.

A veces necesitamos sentarnos y rumiar un poco los pensamientos. La primera impresión no es siempre la más acertada y, en el cine, esta premisa se cumple. Ha pasado un rato desde que la vi y ha sido difícil decidir qué pensar sobre ella.

¿Es brillante en su ejecución? ¿En realidad nos dejamos llevar? ¿Es un homenaje al cine de terror y romance de época? ¿Es manipuladora y no ofrece nada nuevo o importante? ¿Sus personajes son sosos y poco desarrollados? ¿Son interesantes? ¿Es única? ¿Vale la pena alabar el trabajo de su director? ¿Se ha sobrevalorado su trabajo porque necesitamos un ejemplo, un héroe? ¿Por qué Hollywood la amó? ¿Guillermo le robó la idea al corto de The Space Between Us (2015)? ¿Encuentra su inspiración en éste?

Tengo dos respuestas. No es mejor que el Laberinto del Fauno (2006) y no volvería a ver The Shape of Water en mucho tiempo. Está bien, es bella en su diseño y paleta de colores. ¿Me gustó? La respuesta es más compleja que un “me gustó o no me gustó”.

Advertisement

El Laberinto del Fauno es y será la obra maestra del Toro (por ahora). The Shape es una pieza artística significativa, bellamente trabajada y ejecutada, pero carece, en realidad, del poder fílmico de la otra. A diferencia del Laberinto del Fauno que tiene casi todo: historia atrayente y original con desarrollo de personajes que te importan de principio a fin; fantasía total aderezada con subtramas que se hilan y llegan a un final; los relatos convergen entre fantasía y realidad, engañosa, y se encuentran con la principal de manera natural; cinematografía, diseño, maquillaje, efectos especiales maravillosos, prácticos inmejorables e incomparables.

“Abe” Sapien enamorado

¿Es justo compararlas? No, pero no puedo evitar hacerlo; el Laberinto se me vienen a la cabeza una y otra vez. Shape no tuvo gran significado y emoción en este poco humilde crítico. Su guion no tiene gran cosa que compartir. Sí, cumple con lo que prometió, es un filme con formas, colores, diseños y trama con un acercamiento al agua; es fiel a su título, creativa, con una visión y responde una básica de cómo crear una historia al contestarse a sí misma la pregunta: “¿Qué tal sí?”.

Al principio para mí fue: Amélie conoce al Monstruo de la Laguna Negra o Bella conoce a “Abe” Sapien (Hellboy I y II, 2004 y 2008, respectivamente). Esa opinión no ha cambiado. La historia es simple: dos seres únicos, maltratados por el mundo —y solitarios, hasta cierto punto— se encuentran, entienden y enamoran. Un “Gastón”, loco de celos y ambición, quiere separarlos y luego entra una subtrama a la Free Willy (1993). Del Toro aprovecha el escenario para mostrarnos un relato visual bello por sus forma y colores.

Foto: Vía Everett Collection

Hollywood la amará (o ama) porque le dio en el mero ego: si le haces una carta de amor a Hollywood, éste se correrá en los pantalones y aplaudirá. ¿Ejemplo? La La Land (2016), un musical sobrevalorado y un poco aburrido.

¿Por qué es un éxito? Bueno, no por sus personajes; en realidad no tienen ningún desarrollo profundo—excepto Richard Jenkins (actúa de Giles)—y trata de dar un comentario social que es arruinado por la fantasía y un romance extraños que rompen, se enfrenta constantemente, y es lo que pegó de la cinta.

Es entendible que a la gente le guste: dos seres extraños, de dos mundos diferentes y únicos se encuentran y surge un vínculo. La idea, nada original, es un elemento que enamora porque quieren ese romance, quieren ser entendidos, amados y conseguir su propia extraordinaria fantasía romántica. Dejando eso de lado, al verla con detenimiento, puede ser aburrida.

Advertisement

Éxito para del Toro

Del Toro logró combinar un deseo y sentimiento universal (ser amado y enamorarse de manera única) con un diseño adecuado para entregarnos un cuento noir (drama negro).

Lo anterior es positivo. Una máxima del cine es “muestra, no cuentes”, la regla, seguida de manera adecuada, da como resultado una o varias emociones. A través de una historia visual el director quiere comunicarse con nosotros y, si el público reacciona como se esperaba, habrá logrado su cometido.

¿Por ello, Del Toro merece un premio como director? Sí; es manipulador, sí. ¿Eso me enoja? Pudo ser peor y, la verdad, da gusto verlo con un premio; quitarle algo a los gringos es una acción digna de aplaudirse. E insisto, me cae bien el güey.

No obstante, ha hecho películas más divertidas, originales, creativas y monumentales. Creo que The Shaper of Water ha sido sobrevalorada y la gente—conforme pase el tiempo—cambiará de opinión sobre ella, lo que no le quitará su premio, gran talento y entrega a Guillermo del Toro.

¿Hay que verla?

¿Por qué no? Vela. Tal vez estés de acuerdo conmigo, tal vez no, y eso está bien. Es una opinión, no una realidad o verdad única e inamovible del universo, una visión (de millones) en este show que es la vida.

Advertisement

Definitivamente The Shape of Water es una buena cinta, pero no la volveré a visitar en mucho tiempo; estoy contento por Guillermo y espero pronto ver las nuevas locuras que nos traerá a la pantalla grande. Hasta entonces saludos y recuerden, así como en la vida, todo pasa en el cine.

 

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

LO MÁS VISTO

Salir de la versión móvil