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Debut: 25 años de experimentación sónica
Experimentación sónica.
Disco Debut
El 5 de julio de 1993 se publicó uno de los discos más emblemáticos de los años noventa: Debut. La incipiente publicación había generado expectativas, incluso antes de su lanzamiento. Björk era relativamente conocida por ser vocalista de Sugarcubes, aunque ya había grabado como solista en su infancia y había formado parte de Tappi Tikarrass, K.UK.L y Gling-Gló. Sin embargo, esta obra sería la que atrajo los reflectores por su originalidad, su personalidad excéntrica y su peculiar voz.
En 1992 ante la inminente separación de The Sugarcubes, Björk se mudaría a Londres con la intención de crear algo diferente: “Este álbum se trata de estar cansada de ir a la tienda de discos más grandes del mundo, esperando encontrar algo fabuloso y salir con otra jodida grabación de Miles Davis; porque no hay nada que sea desafiante” (I-D, 1993). Esta falsa opera prima fue el producto de una larga incubación. La cantante usó canciones escritas que databan de los años ochenta, además de temas nuevos compuestas para el proyecto.
Me encontré
Una vez que la islandesa se instaló en Inglaterra comenzó a buscar músicos para su ambiciosa empresa: “Cuando comencé las audiciones para mi banda me encontré a mí misma-después de mirar cientos de personas tocar- con un grupo de inmigrantes de Irán, India, Turquía, San Cristóbal…” (Vessel, 1994). Así conformó un grupo de quince personas de distintos orígenes y tendencias musicales dispares que servirían de apoyo al personaje del nuevo proyecto: “Para cada álbum hubo un personaje que lo realizó y éste se separaba en otros pequeños personajes que terminaban siendo las canciones.
El personaje de Debut, en la fotografía de portada, es una especie de principiante tímida y ligeramente cortés” (Inside Björk, 2004). Tal timidez no impidió que ella buscara una forma original de expresión. Buscaba novedad y necesitaba alguien que le diera un sonido de acuerdo a la experimentación que buscaba. Un amigo le sugirió que Nellee Hooper (Massive Attack, Sinead O´Connor) fuera el productor, idea que no le convencía en un inicio: “Pensé que Nellee tenía demasiado “buen gusto” a mi parecer. Pero entonces me lo presentaron, lo conocí, escuché sus ideas fabulosas y él terminó produciendo todo el álbum” (The Face, 1993).
Eclecticismo
En Hooper encontró la alianza para crear un álbum tan ecléctico como sus colaboradores: una mezcla de house, jazz, world music, dance y elementos de música clásica en una sola pieza. Debut es disímbolo: por una parte, contiene tracks bailables de mayor presencia electrónica y por otra posee un lado más orgánico, apegado a las instrumentaciones convencionales; ambos aspectos amalgamados como una unidad heterogénea.
En la primera línea encontramos el track inicial Human Behavior de ritmos semi-tribales, acompañados de texturas electrónicas que envuelven la voz en la que se presenta el punto de vista de otras especies ante el impredecible comportamiento humano.
Los ritmos dance de la desesperada y ansiosa Crying. There´s more to life than this (supuestamente grabada en los baños de un bar) en el que la vocalista escapa de un bar para salir a vivir la ciudad y la naturaleza. La festiva y sexy Big time sensuality que habla de la inminencia del encuentro íntimo de dos personas. One day de beats house y atmósfera misteriosa aderezada con elementos tropicales. La lunática y eufórica Violenty happy, como uno de los momentos de mayor vitalidad y energía del L.P.
Voz emotiva
En la segunda corriente se encuentra la exótica Venus as a boy, con sus orquestaciones hindúes y vibráfono. Come to me es una de las piezas más deliciosas y etéreas del L.P., donde la voz suena emotiva como pocas veces, adornada con sintetizadores y violines que le dan un toque de música ambient. Aeroplane es una de las piezas jazzísticas, acompañada del saxofón trasnochado de Oliver Lake.
Like someone in love destaca por ser una canción angelical con arreglos de arpa, a cargo del músico de formación clásica Corky Hale (que participó a petición de su hijo fanático de Sugarcubes). The Anchor song es un canto de amor a las lejanas y gélidas tierras islandesas, envuelta en instrumentos de viento y partes a capella. La orquestal Play dead es el cierre vigoroso en el que Björk hace gala de sus capacidades vocales.
Aún vigente
Han pasado casi 26 años desde que Debut inundó los bares y la radio en los noventas, pero sigue sonando vigente, sobre todo por la tendencia actual de reproducir el sonido de décadas pasadas.
De Björk pueden decirse muchas cosas, pero es innegable que es una artista que ha determinado su carrera conservando su libertad creativa y cuidando todos los aspectos involucrados en su trabajo: sus colaboradores, la estética de sus videos, la producción y arte de sus obras. 1993 fue el año en el que la islandesa se deshizo de sus ataduras y dio rienda suelta al genio en potencia que dormía detrás de sus bandas anteriores.
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¡Huy, qué miedo!
¡Huy, qué miedo!…
Monstruos, fantasmas, espectros, demonios, psicópatas y asesinos seriales, el catálogo del miedo es vasto. El cine, la televisión (y ahora el streaming) se han encargado de difundirlo y popularizarlo durante buena parte del Siglo 20 y lo que llevamos del 21.
Es la canción la que le ha dado un toque lúdico a lo que pretende ser aterrador. Te presentamos algunas piezas sonoras que se han encargado de darle encanto a relatos freak, paródicos y oscuros, y que hoy en día se ganaron un sitio en la categoría de clásicos.
“Banana Boat Song” / Harry Belafonte
El director Tim Burton recurrió al calypso de los años 50, en la voz de Harry Belafonte Jr. para ambientar su filme Beetlejuice (1988), la historia de un fantasma irreverente y mal portado (encarnado por Michael Keaton), que le hace la vida de cuadritos a dos fantasmas recién fallecidos y a una joven chica. Dos piezas de esta cinta se han vuelto emblemáticas, “Banana Boat Song” y “Jump In The Line”.
“The Munster Theme” / Los Straijackets
Compuesto por Jack Marshall, este tema instrumental sirvió de preámbulo a la serie televisiva que en México se tituló La Familia Monster (1964-1966) sobre una disfuncional familia de monstruos y vampiros. Los Straijackets hicieron suya la versión y le dieron un aire mucho más surf que la original.
“El Médico Brujo” / El Loco Valdez
Esta canción fue parte de la película Dos Fantasmas y Una Muchacha (1958), en la que participaron Germán Valdés “Tin Tan” y su hermano Manuel “El Loco” Valdés. Cabe destacar que la pieza, cantada por El Loco, se popularizó con los años y entró a varios recopilatorios. Los comediantes también hicieron otro filme con espectros cantarines, llamado Los Fantasmas Burlones (1963).
“Esto Es Halloween” / Elenco de El Extraño Mundo de Jack
Otro clásico del género, dirigido por Henry Selick y producido por Tim Burton, es la historia de The Nightmare Before Christmas (1993) –que en nuestro país tuvo el infame nombre de El Extraño Mundo de Jack—, filme animado en stop motion en donde Jack Skellington rey de Halloween Town decide hacerse con el control de la Navidad. La canción de apertura es contundente.
“Time Warp” / Elenco de The Rocky Horror Picture Show
The Rock Horror Picture Show hoy es considerada una película de culto por su estética, contenido y apuesta creativa. Este musical, que llegó primero al teatro como un tributo al cine de terror y ciencia ficción de serie B y que finalmente fue filmado en 1975 bajo la dirección de Jim Sharman, introdujo elementos de travestismo, sexualidad y personajes marginales. “Time Warp” es la canción insignia de esta cinta.
“Tubular Bells” / Mike Oldfield
Parte de una obra completa durante el apogeo del progresivo, del disco Tubular Bells (1973) del compositor y multiinstrumentista británico Mike Oldfield, este fragmento se hizo icónico al ser parte de la banda sonora del filme El Exorcista (1973) de William Friedkin, en el que una niña es poseída por el demonio Pazuzu.
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(JCS)
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Cuando la canción sangra
Cuando la canción sangra…
Fueron algunas de las noches más oscuras de la memoria histórica de la humanidad, en las que el poder usó la violencia de manera excesiva y autoritaria, en las que la sangre corrió y manchó el pavimento y eliminó, sólo temporalmente, las ansias de cambio y revolución. En México, esta semana se cumplen 50 años de la masacre a estudiantes realizada el 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco, pero aquí, al igual que en otras latitudes, la música ha sido uno de los escudos en contra del olvido y la irrelevancia, a favor de la justicia y la verdad histórica. He aquí algunos ejemplos:
“Antes de Que Nos Olviden” / Caifanes
Este tema es todo un himno para la generación que vivió su juventud en los años 90, pero además es el tributo que la banda Caifanes le rindió a los estudiantes caídos en la Plaza de las Tres Culturas el 2 de octubre de 1968, así como a otros grupos vulnerados por el Estado mexicano como los indígenas. Aquí una versión especial hecha por Saúl Hernández, Gran Sur, Meme y Torreblanca para los premios Ariel 2018. Otros proyectos nacionales como Maldita Vecindad, Panteón Rococo, El Tri u Óscar Chavez, han compuesto piezas dedicadas al movimiento del 68.
“Ari Im Sokhag” / Serj Tankian ft. Larisa Ryan
Tema oficial del filme 1915, dirigido por Garin Hovannisian, en el cual se habla del llamado Genocidio Armenio, evento durante el cual cerca de dos millones de armenios fueron deportados y masacrados por el gobierno de los Jóvenes Turcos del Imperio Otomano. Esta es una reversión de la composición original de Barsegh Kanachyan, hecha por Serj Tankian, vocalista de System of a Down.
Sunday Bloody Sunday / U2
En su disco War (1982), la banda irlandesa U2 creó un tema que hace referencia a los trágicos sucesos de la ciudad de Derry en Irlanda del Norte, el 30 de enero de 1972, cuando una protesta en contra de una ley para encerrar a sospechosos de terrorismo sin juicio – en medio del contexto del conflicto entre el IRA y el gobierno británico—, terminó con 14 muertos en lo que después fue llamado “Domingo Sangriento de 1972”.
“The Guns of Brixton” / Nouvelle Vague
Dentro del ya legendario álbum London Calling (1979), de la agrupación británica The Clash, venía este track de influencia reggae, cuya letra, compuesta por el bajista Paul Simonon, hace referencia a los disturbios callejeros de Brixton, motivados por la crisis económica y la represión de la policía. Bandas como Arcade Fire y Los Fabulosos Cadillacs han reversionado el tema, aquí te presentamos la versión de Nouvelle Vague.
“Yo Pisaré Las Calles Nuevamente” / Reincidentes
La banda sevillana de punk Reincidentes retomó este tema original del cantautor cubano Pablo Milanés que recuerda al golpe militar dado en contra de Salvador Allende en Chile el 11 de septiembre de 1973 y que a la postre, causaría miles de asesinatos y desapariciones atribuidos a la junta castrense que encabezó Augusto Pinochet.
“Papaotuai” / Stromaë
En los 90, la guerra en Ruanda trajo severas perdidas y muertes masivas, una masacre que contabiliza cerca de un millón de víctimas de la minoría Tutsi. Artistas como Gaël Faye o Stromaë han dedicado temas a esta tragedia en la que muchos de sus familiares estuvieron involucrados. En “Papaotuai”, Stromaë de origen belgo-ruandés recuerda a su padre, a quien perdió en este conflicto.
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Avisos mortuorios
El artista frente a la muerte…
Antonius Block: «Nadie puede vivir mirando a la muerte y sabiendo que camina hacia la nada».
Muerte: «La mayor parte de los hombres no piensa ni en la muerte ni en la nada».
Antonius Block: «Pero un día llegarán al borde de la vida y tendrán que enfrentarse a las tinieblas».
Muerte: «Sí, y cuándo llegan…».
Antonius Block: «Calla, ya sé lo que vas a decir».
«Confesión con la muerte»
El Séptimo Sello / Ingmar Bergman.
Por Oliver Zazueta
La conciencia de nuestra propia finitud es una de las constantes preocupaciones de los hombres que se entregan a la reflexión o de aquellos que han vivido alguna experiencia cercana, pero la mayoría de las veces, es un tema que en nuestra agitada cotidianidad preferimos evitar o en la era digital convertirlo en un acrónimo del goce y el hedonismo, porque YOLO.
Pero el artista frente a la muerte puede quizás tener algunas ventajas, más si el fatal encuentro con el extraño tipo alto y oscuro está a la vuelta de la esquina. Es en el predio de la creatividad, donde los autores pueden exorcizar sus demonios, ponerse heideggerianos, alimentar la curiosidad sobre lo que ocurre al atravesar el umbral o de plano acostumbrarse a la idea —según las creencias que ejerzan— de esfumarse y perderse en el abismo.
Curiosamente, algunos músicos —algunos leyendas, otros talentosos— en el último año, han sabido, por obra y gracia de la ciencia médica, que están por ser expulsados del mundo tangible.
La ventaja para nosotros, simples mortales, es que eso nos permite conocer, a través de su obra, las inmediaciones del destino de cada uno de los seres vivos de este planeta y porqué no, cuestionarnos sobre nuestra propia fragilidad.
Pau Dones, fundador de Jarabe de Palo, sabedor de que su cáncer estaba de vuelta se ha volcado a sincerarse en su propia música, y aunque en entrevistas afirma que la enfermedad no lo ha derrotado, es cierto que en «Humo», la canción a propósito, muestra una actitud dubitativa y un despojo tanto del miedo como de la fe.
«Humo»
Jarabe de Palo
David Bowie, por su parte, entregó una pieza de relojería sobre la inminencia de su fin en el LP de principios de 2016, Black Star. En su álbum lo mismo concede, como epitafio sonoro, un anhelo claro de libertad , que hace referencia a lo sombrío y al sufrimiento de la agonía vital a ritmo de free jazz y sonidos litúrgicos.
«Lazarus»
David Bowie
En el disco número 14 de su carrera, You Want It Darker, Leonard Cohen también tuvo la oportunidad de despedirse con reverencia de sombrero, —incluso dejó sendos avisos en un artículo en The New Yorker y en una carta a su amiga Marianne Ihlen—. Como en un juego de cartas, Cohen anuncia su salida de la partida y avisa que está listo para lo siguiente. El réquiem lo mismo rebosa de góspel, vals y country en tonos de decadencia.
«You Want it Darker»
Leonard Cohen
«I’m ready My Lord» confiesa el poeta canadiense en su mensaje, logrando conectar la resignación a la esperanza, latente en muchas almas humanas, ese anhelo de la perpetuación de la conciencia o de nuevas estadías espirituales. Ellos se nos adelantaron, pero haríamos bien, de vez en cuando, de preguntarnos que hay después del precipicio, pues como nos advierte Lester Burnham, el fatídico personaje de Belleza Americana (1999), quizás llegado el momento, podríamos estar muy molestos por lo sucedido o mejor, aceptar la belleza del mundo y sentir gratitud por cada sencillo momento de nuestra estúpida y pequeña vida. Algún día lo sabremos.