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Sombras de Grey, ¿una buena comedia romántica?

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Sombras de Grey…

He visto una de las mejores comedias románticas, no intencionadas, del año. No tiene dignidad, ni trama; no pasa nada, es The Room de 2017 y la culminación de una de las peores trilogías de nuestro tiempo. Gracias Fifty Shades Freed (Cincuenta Sombras Liberadas, 2018), por darnos nada y quitarnos tanto, casi dos horas, de nuestro tiempo. Eres mi nueva: es tan mala que es buena.

En un principio sus antecesoras me parecieron ofensivas, infantiles, patéticas, aburridas y mediocres; sin embargo, la última entrega (¡Dios, gracias!) del director James Foley superó el nivel, logró salvar a esta serie: de ser lo peor que ha dado la raza humana la convirtió en la perfecta peor trilogía en la historia del cine.

¿Drama?

Esta cinta gringa de 2018 es un drama (¡Ja!), romance (sí, ajá) donde “actúan” Dakota Johnson, Jamie Dornan, Luke Grimes, Max Martini… y no pasa nada; nadie aprendió nada, comprendió o vivió un hecho relevante. Es el romance más aburrido y tonto que he visto en la pantalla grande. Es un libro adaptado de manera apresurada a una película de casi dos horas.

La trama. La apasionante historia (¡Ja!) de Anastasia Steele y Christian Grey continúa (¿Cómo? ¿Por qué? No lo sé); por fin se han casado (¡Oh sí, por favor, por favor! ¡Por fin!) y deciden tener una vida apacible e inicia con una luna de miel en Europa. Sin embargo, la desgracia ataca y la familia Grey empieza a tener problemas que ponen en peligro su fortuna y estilo soso de vida; aunado a lo anterior, Grey y Anastasia tendrán serios malentendidos maritales (como: “por qué no contestas el teléfono” y “no has cambiado tu nombre de soltera en tu correo electrónico”) que pondrán a prueba su aburrido, tóxico, poco creíble matrimonio.

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Desarrollo y actuaciones

Éste es el desarrollo de la historia: vacaciones, pelea por algo estúpido que a nadie le importa, vacaciones, soft porn ñoño que mata de risa, pelea, ella no hace lo que él ordena, celos, peleas, él contrata a un guardaespaldas galán, argumentos estúpidos, soft porn, vacaciones, celos y un secuestro que se resuelve en menos de 10 minutos; causará risa hasta que les duela la barriga.

En actuaciones (que es lo importante en un pinche drama y romance), no les importa; llamarle química a lo que tienen estos subnormales es un insulto a la ciencia; sus charlas son ridículas, tienen reacciones exageradas donde no debería haber reacción; es como escuchar a dos tontos hablar sobre un tema que creen entender y en realidad no saben ni cómo se estructura un enunciado. Los actores ni siquiera se caen bien, se nota. Es incómodo, sus líneas las dicen y actúan sin interés, su historia no es encantadora, su vida no tiene pasión, es irrelevante.

Los elementos anteriores los vería como una falla, y lo son, pero cada línea, actuación y momento de estas pobres almas en la pantalla es plata. Son tan malas—con pésimas líneas de dialogo—que te matarán de risa, sacarán una sonrisa y dirás “¡oh, cielos, continúen!”.

Se queda en intenciones

Aunado a lo anterior, tenemos una escena de “acción” (una persecución) que también originará estallidos de risa por el modo tan irreal e insípido en que se presenta; desde la edición hasta los diálogos son una pena, un desperdicio de presupuesto; quiere ser intensa y no hay intensidad en la actuación de nadie; quiere ser importante y es filmada de tal manera que no les importa ni a ti ni al actor, director y editor.

Mi desprecio a los anteriores filmes iba dirigido a que representan todo lo que está mal en nuestra sociedad occidental; le falta el respeto a la mujer, da un pésimo ejemplo a las mujeres que sufren de abuso, le falta el respeto al género humano; hay violencia, inmadurez, carece de un argumento sólido, demuestra que las relaciones idiotas, tóxicas y enfermas pueden prosperar mientras se sea rico; es consumista, tiene todas las canciones pop vacuas del catálogo necesarias para que no pienses en lo terrible que es; sus personajes son subnormales, egoístas, celosos, tramposos, terribles seres y causan culpabilidad al verlas. No sólo tristeza, te hacen pensar que eres un pésimo ser humano culpable del martirio y genocidio de cachorros. Es un excelente ejemplo de cómo no hacer cine.

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Entonces llega la entrega final y ¿les digo algo? Ya no me siento mal. ¡Oh, sí! Todavía soy un pésimo ser humano, no obstante, soy uno que puede reír de nuevo, que puede continuar con su vida y decir: sobreviví a lo peor del cine, pude llorar y reír. Soy libre.

¿Vale la pena verla?

No exactamente; la recomiendo para los cínicos. Vayan a reír y siéntanse realizados, libres, ya que ustedes no son el Señor y No Señora Grey. No vale la pena cinematográficamente, sí cómicamente; es una joya rara que se quedará en nuestras memorias, como una borrachera de poca monta donde vomitamos sin estar ebrios.

Hasta entonces saludos y recuerden, así como en la vida, todo pasa en el cine.

https://www.youtube.com/watch?time_continue=1&v=nJCc5HRPxYA

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