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Los picones de Poncitlán, herencia familiar
¡A que no te resistes a comer un picón! Y menos si se trata de un pan con sabor casero.
El oficio del panadero es heredado de padres a hijos.
Poncitlán Jalisco es prueba de ello. Este municipio de la región de la Ciénega tiene como estandarte culinario al picón, un pan artesanal que ha sido elaborado desde muchos años por familias poncitlenses como la de Francisco Barajas Pérez, quien aprendió del oficio gracias a su padre y a su abuelo que compartieron con él la técnica y elaboración de un picón único y delicioso.
«Mi abuelo Cirilo trabajó con los panaderos viejos que fueron los que trajeron aquí la formula del picón. Originalmente se dice que la fórmula del picón se dice que llegó de Barcelona, España. A través de unos españoles que llegaron a Atequiza y en Atequiza había un molido de harina y entonces empezaron a hacer este picón. Mi abuelo en ese entonces vendía pan en todas la rancherías y allá fue donde aprendieron como era el proceso y como se hacia el picón», cuenta Francisco Barajas Pérez.
El ser panaderos siempre estuvo en su sangre, pero no contaban con una panadería propia, por lo que en 1985 decidieron ir a Estados Unidos para generar mayores ingresos y regresar a México a consolidar sus sueños y es así que en 1990 comienzan su propia panadería conformada por su padre y sus hermanos.
Desde 1990
«Nuestro propio negocio no tenía nombre. Era una panadería normal, tradicional. Empezamos a trabajar el 3 de enero de 1990 y no fue hasta 2000, 2001, que en que mi papá tomó la decisión de que hiciéramos una panadería familiar y fue cuando se le puso el nombre de Poncipan», relata Francisco Barajas.
La descendencia creció y algunos se fueron alejando del camino, y otros decidieron continuar con la tradición como lo hizo el señor Barajas Pérez, quien con el conocimiento necesario decidió apartarse de Poncipan para crear su propia panificadora con el nombre de «Pan x Pan» en honor al apodo de su abuelo Cirilo Barajas.
Para Francisco la panadería es un oficio y como oficio es capaz de brindar la oportunidad de convertirte en un profesionista. Pues él además de hacer panes es abogado y docente para la Universidad de Guadalajara.
«Ahora tenemos un negocio propio, pero también tenemos una profesión. Esta misma tradición, este mismo oficio de panadería nos ha dado la oportunidad de ser varios profesionistas de la familia. Hay abogados, ingenieros industriales, arquitectos. Que han surgido haciendo pan y vendiendo pan y limpiando charolas».
El Birotito
La panadería se mantiene en buenas manos, pues en ella siguen laborando solo familia y la administración es llevada a cabo por uno de los hijos de Don Francisco, y, también llamado Francisco, pero en su infancia apodado como «El Birotito».
«El hecho de que sea una tradición familiar llena de orgullo, llenar unos zapatos que te van dejando tu papá, tu abuelo y tu bisabuelo. Entonces es bonito por esa parte y lo disfruto», comenta Francisco Barajas Vazquez (Hijo).
Aunque la familia elabora diferentes tipos de panes, el más popular siempre será el picón, por su sabor, y su estilo único por lo que su elaboración diaria va desde las quinientas unidades hasta las mil.
Como mexicanos, no podríamos vivir sin la delicia del pan en nuestro paladar, y es necesario que sepamos valorar estás delicias como las que prepara esta familia, que nos hacen sentir el orgullo de lo hecho en casa.