Opinión
Aniversario y larga vida al MUPAG
Una vez más concentro mi columna en un museo de Guadalajara, aprovechando su aniversario, y sobre todo queriendo compartir una experiencia como visitante, que si me hubieran dicho hace 4 años — que hacía mi tesis de maestría sobre este museo — iba vivir no lo habría siquiera imaginado.
El Museo del Periodismo y las Artes Gráficas (MUPAG) es un espacio que ha pasado por diferentes etapas históricas, desde su participación en la época de la Independencia como una imprenta donde se elaboró e imprimió El Despertador Americano, primer periódico independentista por orden de Miguel Hidalgo. Hasta sufrir cambios en su construcción al ser habitado como casa particular por el Tequilero Don Jesús Flores y Doña Ana González, siendo ella quien mandara colocar los dos perros que se encuentran en la parte superior de la edificación y con este detalle se le conozca hasta la fecha coloquialmente como La Casa de los Perros.
Hasta el momento en que la ciudad requirió adecuaciones y se abrió Av. Alcalde partiendo como un pastel muchas de las construcciones, entre ellas la casa y así perdiera por lo menos 7 metros, claro que se procuró respetar su valor patrimonial y los arquitectos encargados de la obra lograron volver a colocar la fachada como estaba.
Existen lagunas históricas que incluso como investigadora de este estudio de caso no logré recuperar y es que La Casa de los Perros incluso llegó a ser un restaurante llamado Cazadores por la época de los 70’s. No fue hasta el año 1994 que el gobierno municipal de Guadalajara decidiera adquirir la propiedad y convertirla en un museo que rindiera homenaje a los hechos históricos ocurridos en torno a las dos profesiones del periodismo y las artes gráficas.
Para ser más específica fue un 11 de agosto cuando esto sucedió hace 29 años, a partir de esa fecha el MUPAG tomo la vocación de ser un divulgador de las artes gráficas y un lugar donde el periodismo y el fotoperiodismo podían exponerse y destacar la escena jalisciense.
La colección permanente con algunos facsímiles del Despertador Americano, maquinaria de impresión donada por el periódico El Informador y exposiciones temporales de Cuartoscuro con el trabajo de Pedro Valtierra y rostros más familiares como el del maestro José Hernández-Claire, han estado ocupando las salas, además el museo cuenta con un auditorio, biblioteca y un taller donde se imparten técnicas plásticas y gráficas.
Fue hasta finales del año 2016 que tuvo actividad ininterrumpida y lamentablemente debido a las obras de construcción de la Línea 3 del Tren Eléctrico, cerró sus puertas de forma forzosa por seguridad del personal y los visitantes, ya que la construcción tuvo cuarteaduras de importancia que incluso pusieron en peligro toda la edificación.
Fueron casi seis años donde el museo estuvo apuntalado y acordonado y no se sabían fechas concretas de apertura o alguna actividad extramuros, por esta razón a juicio personal tomé como iniciativa hacer un estudio y proyecto de sucesos antecedentes y contemporáneos, como corte histórico y homenaje a un lugar que le dio tanto a la comunidad y lograba mantener un equilibro en oferta cultural para ambos rubros.
Para el año 2022 fueron diferentes los perfiles que se postulaban para retomar el espacio y la dirección que con grandes expectativas todos esperábamos llegara el momento de un resurgir para el MUPAG.
Pasó el tiempo y hasta julio de 2023 que me di la oportunidad de unirme a una de las actividades fuera de las exposiciones, me inscribí al taller de collage político del maestro Jabaz, una actividad gratuita en el marco de la exposición El País de nunca Jabaz actualmente en la sala del tercer piso. Este tipo de ejercicios impartidos por el mismo artista donde la cercanía con el visitante se estrecha y se comprende mejor su trabajo y discurso enriquecen mucho más la experiencia, sin dejar del lado que el personal del museo y el director del mismo Gerardo Lammers estuvo en la sesión compartiendo dudas y experiencias sobre la trayectoria de Jabaz y su labor en el periodismo.
En la primera sesión sucedió algo extraordinario ya que se interrumpió el taller para invitarnos a conocer a los artistas María Vargas y Carlos Garret, de la exposición del primer piso titulada Mapas Imposibles. Fue ahí donde me di cuenta que el MUPAG estaba continuando con su vocación, pero incluso con las premisas de la nueva museología, donde las instituciones como ésta no tienen solo que mirar al pasado y a la historia, si no que su oferta cultural y artística tiene vistas al futuro formando público para nuevas generaciones.
Mapas Imposibles es una exhibición imperdible que fusiona la obra gráfica tradicional de María con la digitalización y animación de Carlos, la exposición consta de 26 obras gráficas y cuatro piezas de NTF, haciendo de esta la primera exposición de criptoarte en un museo de la ciudad de Guadalajara. Por medio del Non Fungible Token (NTF) que permite a sus creadores tokenizar cosas como arte, objetos de colección o incluso bienes raíces, mismos que están asegurados por la cadena de bloques Ethereum y solo pueden tener un propietario oficial a la vez.
Los artistas compartieron también su proceso creativo, el reto de hacer una exhibición multidisciplinaria y principalmente proponer plataformas digitales que den a conocer el alcance que tiene el arte actualmente.
Para cerrar lo vivido terminé muy complacida por las sesiones del taller de collage y quisiera destacar que la experiencia que comparto en estas líneas no tiene comparación con la satisfacción personal de encontrar al MUPAG nuevamente con vida mediante charlas, exposiciones, talleres y sobre todo la cercanía con sus visitantes, en su próximo aniversario el 11 de agosto serán programadas actividades para la celebración que enhorabuena merece este espacio ya que hay mucho que celebrar en 29 años.
Sobre la autora
Cristina Martínez Avendaño es licenciada en Diseño para la Comunicación Gráfica por la Universidad Enrique Díaz de León y maestra Gestión y Desarrollo Cultural por la Universidad de Guadalajara.