Opinión
Autoridades incompetentes ante desapariciones
No son tres los desaparecidos, tampoco cinco, y no sólo son estudiantes. Son miles los que no han regresado a sus hogares en Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá y todo Jalisco.
¿Qué ocurre? ¿Qué está pasando? ¿Quién está detrás de estos levantones? ¿Qué provoca estas desapariciones?
Hay muchas interrogantes que la autoridad municipal, estatal y federal tienen que responder de inmediato. Pero también debe llevarnos a la organización civil, a cuidar lo que queremos, a proteger a quienes están a nuestro alrededor. La sociedad civil tiene que ser activa y hacer lo que la autoridad no puede, que es protegernos.
Las respuestas, las críticas y las manifestaciones se dan sólo cuando se trata de un estudiante; como en este caso. Pero en Jalisco durante al año 2017 y lo que llevamos de 2018 son más de 3 mil los ciudadanos desaparecidos. Muchos trabajadores, obreros, hijos, hermanos, padres de familia, todos al final, seres humanos.
Ni las autoridades municipales o la estatal, tienen capacidad de respuesta y muestra de ellos es que nos damos el lujo de contar con una flamante Fiscalía Especializada para Personas Desaparecidas acéfala, que cuenta con apenas unos 40 elementos operativos para cubrir dos turnos, tanto en mesas como en la calle.
Aún, se analizan 16 aspirantes a ocupar dicha fiscalía y en ella hay agentes ministeriales acusados de violar los derechos humanos y hasta exfuncionarios que nunca han marcado diferencia cuando han estado en cargos importantes.
Falta respuesta
La falta de respuesta es contundente y sólo es necesario darse una vuelta a las mesas de dicha Fiscalía. Grupos de familiares tocan a diario la puerta para conocer de sus desaparecidos y la respuesta es la de siempre: “Le llamamos cuando tengamos algún dato”. Y no lo digo yo, lo relatan las víctimas.
Por eso aclaro que no son tres, ni cuatro estudiantes quienes hacen falta, sino miles que tienen en penumbras hogares tapatíos.
El crimen organizado se ha apoderado de las calles de la ciudad. Los grupos armados se desplazan como en su casa, a la hora, día y en la camioneta que desean. Las policías lo saben y son omisas.
La inseguridad rebasó ya a todas las autoridades habidas y por haber en Jalisco. La respuesta de la autoridad no existe.
Rebasados
Cuántas personas deben desaparecer más para que se actúe. Y cuando hablo se actúe no quiere decir que el personal de la Fiscalía para Desaparecidos tome el teléfono y le llame a la familia para saber si su desaparecido ya regresó. No, no es broma; las personas que sufren con este delito lo saben y es una de las formas que utilizan en dicha dependencia para conocer o rastrear al desaparecido.
Sin trabajo de campo, menos de inteligencia y eso que dependencias como la Policía de Guadalajara y la Fiscalía de Jalisco cuentan con estas áreas. No hay prevención, no hay un mapeo para conocer qué ocurre, cómo sucede y cuándo se puede actuar.
Las áreas de inteligencia solo tienen el nombre y no funcionan al momento de aportar información que lleve no solo a encontrar desaparecidos, sino también combatir a estos grupos que “levantan” y desaparecen a nuestros jóvenes, amigos y vecinos.
David González Jáuregui, es Licenciado en Derecho, cursa la Maestría en Derecho Laboral. 25 años de experiencia en los temas de seguridad. Trabajó como editor de seguridad, en el diario El Jalisciense, editor de seguridad en Siglo 21, director editorial de El Nuevo Siglo, subdirector editorial de Reporte Jalisco, corresponsal y editor del área de seguridad en Agencia Notimex, Jefe de Información y Cierre en La Crónica de Hoy, reportero de seguridad en Grupo Acir, entre otros…