Opinión
En Italia avanzó la derecha
Por Mauricio Beruben
El domingo 4 de marzo tuvieron lugar en Italia las elecciones generales en las que se votaron 630 miembros de la Cámara de Diputados y 315 miembros del Senado. Como ocurrió en las elecciones del año pasado que se celebraron en Alemania, Austria, Francia y Holanda, fue un ejercicio donde las fuerzas “euroescépticas” ganaron fuerza.
Los resultados de las elecciones arrojaron un “parlamento colgado”; es decir, ninguno de los partidos políticos consiguió la mayoría necesaria para poder gobernar. Sin embargo, resaltaron dos fuerzas para poder formar gobierno.
Por un lado, se encuentra la Coalición de Centro Derecha que obtuvo alrededor de un 37% de la votación, encabezada por el partido la Liga –también conocido como la Liga Norte–, un partido regionalista fascista dirigido por Matteo Salvini, en alianza con Forza Italia, el partido del ex primer ministro caído en desgracia Silvio Berlusconi, así como otros dos partidos.
Por el otro, el Movimiento 5 Estrellas que compitió solo y obtuvo alrededor del 32% de la votación; un partido que en los últimos años se ha ido posicionado como la principal fuerza de oposición en el país –en el 2016 ganó las alcaldías de Roma y Turín– y que se caracteriza por ser un partido populista euroescéptico ambientalista.
Derrota de Matteo Renzi
Los resultados de la elección fueron una clara derrota para el ex primer ministro Matteo Renzi y su Partido Democrático que, junto con otros tres partidos, encabezó la coalición centro-izquierda que obtuvo solamente alrededor del 22% de la votación. En este caso, la decisión de Renzi de no formar gobierno con el Movimiento 5 Estrellas ha generado un debate al interior de su partido, que ahora busca unirse con dichos populistas a fin de mantener alejado del poder al xenófono Salvini.
Las negociaciones para formar gobierno podrían tardar meses –como ocurrió en el caso de Merkel en Alemania que, después de cuatro meses de la elección, finalmente llegó a un acuerdo con el Partido Socialdemócrata–; asimismo, existe el riesgo de que a la falta de acuerdos se realicen nuevos comicios
Lo que por lo pronto evidencian estos resultados, es que la Unión Europea tiene que empezar a cambiar su forma de trabajar, porque los comicios celebrados en Europa Occidental y Oriental han enviado un claro mensaje de rechazo a la manera en que se manejan las cosas en Bruselas.