Opinión

La Moderna, entre el descuido y las ocurrencias

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La colonia Moderna, una de las más representativas del crecimiento urbano de Guadalajara, está perdiendo su valor patrimonial a causa de las ocurrencias del municipio y el desinterés de los vecinos.

Durante la primera década de 1900, La Moderna rompió con el esquema tradicional del Centro Histórico, de calles con banquetas pequeñas y edificaciones a paño; por el contrario, dio paso a grandes avenidas con amplias banquetas jardinadas y servidumbres de entre tres y cinco metros de ancho. Sus características urbanas y sus casonas son parte del patrimonio artístico de Guadalajara.

Si bien el Ayuntamiento de Guadalajara promueve la conservación de las fincas, también está obligado a mantener los patrones urbanos de este tipo de colonias, es decir, a conservar las grandes casonas habitacionales, las servidumbres, las banquetas de por lo menos cinco metros de ancho con jardín de ambos lados del camino peatonal; y los amplios arroyos vehiculares.

Dichos patrones tienen características específicas: las servidumbres con jardín a gusto de los particulares cuyas banquetas cuentan con una extensión de parcela del lado del límite de la propiedad. Después, las banquetas con Mosaico Guadalajara (de cuadritos blancos y rojos) y una siguiente área de jardín con árboles (galeanas, hules, jacarandas, pirules y por supuesto palmeras washingtonias, por mencionar algunos), luego el machuelo y por último el arroyo vehicular tan holgado que permite estacionamiento de ambos lados de las aceras e incluso da para que en algunas secciones los autos aparquen en formato de batería.

También como hitos están las glorietas. Una pequeña, la de la Pila Moderna, que después pasó a ser una fuente y a quedar aislada por el tráfico de la avenida Enrique Díaz de León y, por supuesto, la Glorieta de los Niños Héroes, que desde su origen fue más monumental que utilitaria.

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Teniendo esto claro, ha sido notorio a través del tiempo el cambio de uso de suelo de habitacional a comercios y servicios, lo que impactó directamente en la pérdida de las áreas jardinadas y con ellas el arbolado, por la necesidad de más espacios para el automóvil tanto dentro de la propiedad privada como en las banquetas y en la vía pública.

La mayoría de las casas habitacionales se transformaron estructuralmente en oficinas, consultorios, comercios de materiales, restaurantes y hasta escuelas, algunas respetando la arquitectura patrimonial y otras haciendo modificaciones significativas, pero la habitación de muchas casas aún prevalece.

Los materiales tradicionales también se fueron perdiendo, los mosaicos y las áreas jardinadas se sustituyeron por concreto; mientras que en otras zonas patrimoniales se hicieron inversiones millonarias en proyectos de renovación urbana. Desafortunadamente la colonia no ha contado con un proyecto integral de intervención.

En un recuento de lo que sí se hizo en la colonia, recordamos que la avenida Washington se pavimentó con concreto y se instaló la ciclovía en 2012; se renovó la Glorieta de los Niños Héroes pavimentándola y ordenando sus cruces peatonales (2015); en el tramo de Chapultepec, entre Niños Héroes y Washington, se instaló un módulo de baños (2016); se colocaron dos estaciones de Mi Bici (2017) y por esas mismas fechas la avenida España se repavimentó con asfalto y balizado desde Enrique Díaz de León hasta Chapultepec, como parte del proyecto de “Respeta tu ciudad” (2018); este enorme avance, por fin dentro de la colonia y no en sus periferias, fue desperdiciado cuando por desconocimiento, olvido o simplemente por el cambio de administración, se volvió a pavimentar con una capa mínima de asfalto, que actualmente se encuentra totalmente levantada y llena de baches (2020) y claro ya no se volvieron a balizar los cruces y los cajones de estacionamiento.

Para ser una de las colonias patrimoniales parte del Perímetro B de protección al patrimonio de Guadalajara, ha sufrido muchos infortunios en lo que se refiere a sus espacios públicos, a este error cometido en la avenida España se le sumó un accidente vehicular en una de sus glorietas, la de la Pila Moderna, a finales de 2021, que a la fecha no ha sido reparada.

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Por si fuera poco, en los últimos días, las banquetas del cruce de Alemania y Argentina comenzaron a ser reparadas por el municipio a solicitud de los representantes de la colonia, con el infortunio de que en la ejecución de dichas reparaciones se eliminaron las áreas jardinadas, características de la colonia. Desconozco si la iniciativa fue de los funcionarios municipales o de los vecinos, pero ejecutaron grandes planchas de cemento con cajetes para árboles pequeños, esto sin mantener la estructura patrimonial de la colonia. El único argumento es que al parecer prefieren un área de cemento que un jardín descuidado.

Se olvidaron que están en una zona patrimonial y que las grandes jardineras son un patrón del paisaje representativo de la colonia, para darle cabida a árboles grandes, que también han sido una característica importante de la Moderna.

Las autoridades y los vecinos se olvidan que hace años se detectó una gran contaminación de diésel en el subsuelo de la colonia que llegó a plantear que algunas de las calles se empedraran para que la filtración de agua en época de lluvias favoreciera su limpieza, y todo esto sin tocar el tema medio ambiental que representan las áreas jardinadas en una ciudad.

Por otro lado, en el cruce de Alemania y Rayón, un particular hizo un extraordinario rescate de una esquina restaurando las banquetas, recuperando las áreas jardinadas típicas de la colonia e invirtiendo en plantar palmeras washingtonias que son las más representativas. Este enorme esfuerzo fue mal visto por los inspectores de la zona, quienes en el transcurso de la obra le clausuraron y le pidieron que dejara las banquetas como estaban.

El vecino tuvo que hacer un sinnúmero de diligencias para justificar la apertura de jardineras y, claro, pagar la multa por el hecho de mejorar la banqueta sin la autorización correspondiente de las diversas instancias municipales y estatales.

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Sin duda el municipio debe marcar la pauta a seguir, considerando que esta colonia se merece por su historia y características, un proyecto integral que se desarrolle de manera paulatina para recuperar las características originales, áreas verdes y arbolado. Lo anterior a través de una estrategia que año con año incluya presupuesto para obra pública, una permanente reforestación de sus calles, y criterios claros para las autoridades como en las autorizaciones que se otorgan en los predios particulares.

Esta colonia no se merece los parches y ocurrencias de los inspectores y encargados en turno sin conocimiento de su historia y su valor.

Esta labor, además, debe ir acompañada y apoyada por los vecinos de la zona, pues serán los beneficiarios directos de tener una colonia con banquetas caminables, entre áreas verdes arboladas, con cruces peatonales seguros y bien balizados, con arroyos vehiculares tranquilizados y marcados como Zona 30, (sobre todo en las calles donde cruza el transporte público).

Darle preferencia al cemento sobre las áreas verdes y los árboles debe ser una práctica a eliminar no solo por parte del gobierno, sino por los propietarios de predios particulares en la Ciudad. Si efectivamente, un área verde y un árbol fuera de nuestra casa es una gran responsabilidad, ésta corresponde directamente con los beneficios ambientales y la plusvalía que representan para las propiedades.

 

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