Opinión

La seguridad de los tapatíos puede esperar

Publicada

Por David González Jáuregui

La inseguridad que se vive en Guadalajara es para las autoridades municipales un juego, una vacilada o será que creen que tienen todo bajo control.

Primero colocan al frente de la corporación municipal más importante de la entidad, a una persona que tenía nulos conocimientos, lo máximo o más cercano que había estado de la seguridad fue ser regidor encargado de la Comisión de Seguridad. Al llegar se vio envuelto en un escándalo, pues se filtró el resultado de un supuesto Examen de Control de Confianza que reprobó.

Como a todo policía (es un decir), se le volvió a dar otra oportunidad para que le aplicaran la evaluación a nivel estatal y salió positivo. Así, con el resultado favorable en sus manos, llegó Salvador Caro como el comisario de la Policía Municipal de Guadalajara.

Después de su llegada, comenzaron los pretextos de siempre: no hay personal, no hay patrullas y tampoco hay armas. Peleas constantes con la Fiscalía de Jalisco y acusaciones por dejar en libertad a detenidos, fue una constante que dejaba en claro, la ignorancia jurídica en la mayor de las partes, pues no era el Ministerio Público quien liberaba, sino las nuevas disposiciones legales del Sistema Nacional de Seguridad que se implementó.

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Facebook Salvador Caro

Se realizaron operativos especiales en Analco, Santuario y desplegaron una cantidad importante de policías y unidades, de manera constante, dejando descubierta la mayor parte de la ciudad, sin importar los resultados o daños a las colonias populares. Robos y atracos violentos los sorprendieron en el centro, en Chapultepec, y debieron pedir el apoyo de la Fiscalía de Jalisco para implementar operativos especiales que al final, tampoco o en nada sirvieron, pues los atracos siguen todos los días.

Y para dejar claro de que hablamos pasemos a los números: En delitos del fuero común se tuvo el registró en todo el año 2015 de 25 mil 657 delitos cometidos; mientras en 2017, pero hasta el mes de octubre, estos llegaban a 30 mil 164 delitos cometidos en Guadalajara.

Sencillo verdad, 30 mil son más que 25 mil, entonces queda claro que los delitos en Guadalajara se incrementaron considerablemente en la administración alfarista con su compadre Salvador Caro al frente de la Policía de Guadalajara. Podríamos entrar en el desglose de los delitos que se incrementaron, pero será en otro momento.

Por ahora, la salida intempestiva de Caro se puede leer de dos formas: la primera que buscará una diputación federal o un puesto cuando Alfaro llegue a la gubernatura y la segunda, que Alfaro no quiere que sea utilizado el fracaso en materia de seguridad, en su contra, en las próximas elecciones.

Lo cierto es que la seguridad de los tapatíos pasó de noche para las autoridades municipales, que lo único que desean es llegar a su próximo escalón político, y los ciudadanos ¡bien gracias!

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