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Opinión

Presupuesto público y derecho al mínimo vital

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Presupuesto público y derecho al mínimo vital: relación imprescindible de la democracia

Diversos autores consideran que la actividad hacendaria del Estado y de manera más concreta el presupuesto de egresos, es la columna vertebral que permite la articulación y funcionamiento de los diversos mecanismos y piezas de la vida pública y privada de una sociedad contemporánea, porque en su proceso y resultados se expresan los compromisos realizables por los gobernantes y funcionarios públicos, sin duda es un producto primordial de la clase política de una sociedad.

Es así que en el mes de enero de cada año nuestro país experimenta lo que David Easton llamaría un proceso vital del sistema político: la difusión y ejercicio del presupuesto público. Si bien la teoría macroeconómica nos recuerda que el presupuesto es un proceso interconectado con diversos actores que actúan en diferentes arenas de vida política, se puede resumir que el proceso inicia con la formulación y diseño que proyecta el gasto público por las instituciones públicas, continua con la integración por el poder ejecutivo y su presentación ante el Poder Legislativo para su deliberación y aprobación, posteriormente se publica en los medios oficiales e inician la etapas de ejercicio, comprobación, fiscalización y evaluación, entre otras micro-etapas.

Enfoque basado en derecho humanos

Si bien existen diversos ángulos de discusión de éste fenómeno burocrático es pertinente explorar visiones complementarias a las premisas de austeridad y ahorro que prevalecen hoy en día sobre el tema y ampliar el estudio con los avances que en el ámbito internacional ha cobrado gradualmente y cada vez con mayor fuerza por el sentido y magnitud que el constitucionalismo imprime a este proceso, por lo que analizar el proceso presupuestario a la luz del derecho al mínimo vital, amplia el horizonte para la interpretación y evaluación del cumplimiento o no de las obligaciones de las autoridades públicas.

En este contexto es pertinente recordar que los efectos de la reforma constitucional en materia de derechos humanos en México en el año 2011 es que el enfoque basado en derecho humanos (EBDH) se convierte en una obligación fundamental de toda autoridad pública en el ejercicio de sus funciones, modificando el estilo de actuar oficiosa a una de tipo garantista, esto quiere decir, entras cosas la obligación del Estado de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de interdependencia, universalidad, indivisibilidad y progresividad, además de incorporar la interpretación pro persona  como criterio de decisión y actuación públicas…. Pero ¿qué tiene que ver esto con el presupuesto y cómo se relaciona con el derecho al mínimo vital?

La normativa que en el marco jurídico internacional apuntala el derecho al mínimo vital como derecho humano consiste en:

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Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), Artículo 25-1.-

“Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.

DUDH, Artículo 23-3.-

“Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social.”

Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC), Artículo 11-1.-

“Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido y vivienda adecuados, y a una mejora continua de las condiciones de existencia. Los Estados Partes tomarán medidas apropiadas para asegurar la efectividad de este derecho…”

Protocolo adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, «Protocolo de San Salvador» (PSS) 4

Artículo 6.1.- “Toda persona tiene derecho al trabajo, el cual incluye la oportunidad de obtener los medios para llevar una vida digna y decorosa a través del desempeño de una actividad lícita libremente escogida o aceptada.”

PSS, Artículo 7.a.

 “Los Estados partes en el presente Protocolo reconocen que el derecho al trabajo al que se refiere el artículo anterior supone que toda persona goce del mismo en condiciones justas, equitativas y satisfactorias, para lo cual dichos Estados garantizarán en sus legislaciones nacionales, de manera particular: (a) una remuneración que asegure como mínimo a todos los trabajadores condiciones de subsistencia digna y decorosa para ellos y sus familias y un salario equitativo e igual por trabajo igual, sin ninguna distinción…”

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PSS, Artículo 9.

 “(1) Toda persona tiene derecho a la seguridad social que la proteja contra las consecuencias de la vejez y de la incapacidad que la imposibilite física o mentalmente para obtener los medios para llevar una vida digna y decorosa. En caso de muerte del beneficiario, las prestaciones de seguridad social serán aplicadas a sus dependientes.

Las principales resoluciones que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido en la materia son las siguientes[1]:

 

Año Tesis Elementos sobresalientes

2007

172545 El derecho constitucional al mínimo vital cobra plena vigencia a partir de la interpretación sistemática de los derechos fundamentales consagrados en la Constitución General y particularmente de los artículos 1o., 3o., 4o., 6o., 13, 25, 27, 31, fracción IV, y 123. Un presupuesto del Estado Democrático de Derecho es el que requiere que los individuos tengan como punto de partida condiciones tales que les permitan desarrollar un plan de vida autónomo, a fin de facilitar que los gobernados participen activamente en la vida democrática. De esta forma, el goce del mínimo vital es un presupuesto sin el cual las coordenadas centrales de nuestro orden constitucional carecen de sentido, de tal suerte que la intersección entre la potestad Estatal y el entramado de derechos y libertades fundamentales consiste en la determinación de un mínimo de subsistencia digna y autónoma protegido constitucionalmente.

2013

159820 …abarca un conjunto de medidas estatales de diversa índole (acciones positivas y negativas) que permiten respetar la dignidad humana … ese derecho no sólo se refiere a un mínimo para la supervivencia económica, sino también para la existencia libre y digna descrita en la parte dogmática de la Constitución Federal … si el derecho al mínimo vital trasciende a lo propiamente tributario y se proyecta sobre la necesidad de que el Estado garantice la disponibilidad de ciertas prestaciones en materia de procura existencial o asistencia vital, éste deberá asumir la tarea de remover los obstáculos de orden económico y social que impidan el pleno desarrollo de la persona y la efectiva participación de todos los ciudadanos en la organización política, económica, cultural y social del país.

2016

2011316 El derecho al mínimo vital se fundamenta en la dignidad humana, la solidaridad, la libertad, la igualdad material y el Estado social, al considerar que las personas, para gozar plenamente de su libertad, necesitan un mínimo de seguridad económica y de la satisfacción de sus necesidades básicas. Por ende, constituye el derecho a gozar de unas prestaciones e ingresos mínimos que aseguren a toda persona su subsistencia y un nivel de vida digno, así como la satisfacción de las necesidades básicas. [2]

 

Presupuesto público y derecho al mínimo vital: relación imprescindible de la democracia

Fotos: Gobierno de Tlajomulco de Zúñiga.

Es decir, nuestro país cuenta con un ensamble entre el marco jurídico internacional y resoluciones jurisdiccionales nacionales, que brindan respaldo al diseño, ejecución e incluso evaluación de una de la piezas fundamentales de la administración pública federal, estatal y municipal: el presupuesto de egresos, a fin de que éste se diseñe y ejecute en favor del desarrollo integral de las personas. Esto implica también que se debe concretar la dotación de bienes y servicios que en su conjunto permitan el cumplimiento de los satisfactores fundamentales de la existencia humano, surge entonces la pregunta ¿cuáles son los estándares básicos que conforman al mínimo vital como derecho humano? Utilizando como referencia los elementos para la medición de la pobreza estipulados en la ley general de desarrollo social, específicamente los indicadores expuestos en el artículo 16 de esta ley, identificamos los siguientes:

1-.

Ingreso corriente per cápita; II. Rezago educativo promedio en el hogar; III. Acceso a los servicios de salud; IV. Acceso a la seguridad social; V. Calidad y espacios de la vivienda; VI. Acceso a los servicios básicos en la vivienda; VII. Acceso a la alimentación nutritiva y de calidad; VIII. Grado de cohesión social y Grado de Accesibilidad a carretera pavimentada.

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De esta manera tambiéncontamos con categorías concretas para identificar los rubros que cada persona debe tener resueltas para valorar que se cumple con su derecho al mínimo vital. Pero en qué medida los poderes e instituciones públicas conocen y aplican el fundamento y alcances del mínimo vital en sus tareas administrativas, en el caso que revisamos, en lo relativo a la confección y ejercicio del presupuesto de egresos. La evidencia no es alentadora, las discusión y efectos de la aprobación del presupuesto se observa limitada a criterios de corte político-partidista, y en los casos federal y estatal, se asoma el criterio de la austeridad y ahorro como avasallantes y neutralizadores de un debate público abierto, racional y fundamentado sobre el destino de la hacienda pública.

Los casos de Jalisco, Veracruz y CDMX

Y entre los año de 2016,2017 y 2018 tan sólo los estados de Jalisco, Veracruz y Ciudad de México han incorporado en sus constituciones locales, disposiciones relativas al derecho del mínimo vital, lo cual sitúa a estas entidades en la vanguardia de diseño jurídico, no obstante,  la inscripción en la constitución no garantiza plenamente su observancia en el proceso presupuestario, incluso la meta sería que fuera un componente de análisis en el ciclo de la políticas públicas que los gobiernos diseñan, ejecutan y evalúan.

Así mismo, no obstante, el derecho al mínimo vital no se resuelve en la interacción entre el poder ejecutivo (quien propone el presupuesto) y el poder legislativo (quien lo autoriza y fiscaliza), sino que el poder judicial cobra un papel relevante, no sólo en la emisión de tesis constitucionales, ya que ante el ejercicio pleno de los derechos humanos implica también la exigibilidad y justiciabilidad de los mismos. Por lo que también entramos a la dimensión de calidad de ciudadana. Resulta fundamental distinguir que el derecho al mínimo vital es para toda persona, pero la persona que ejerce y exige el cumplimiento de sus derechos y reclama la obligación de las autoridades públicas, respecto al cumplimiento de sus derechos y libertades, es ante todo un ciudadano o ciudadana.

Exigibilidad

La exigibilidad para el cumplimiento y garantía de las derechos libertades en una sociedad, supone la existencia de un cuerpo de ciudadanía activa, formada y comprometida, y es precisamente este ciudadano o ciudadana quien puede y debe llevar a los problemas de incumplimiento de las autoridades públicas, para ser dirimido y resuelto ante tribunales locales, nacionales e incluso internacionales, es por tanto la justiciabilidad, un imperativo del derecho al mínimo vital.

Así como, ¿cómo logar entonces avanzar hacia escenarios y condiciones sociales que permitan ese anhelado derecho al mínimo vital? Una agenda minimalista en esta materia debe comprender:

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  1. Conocimiento de la clase política y los funcionarios públicos de qué es, en qué consisten y cuáles son los alcances del derecho al mínimo vital y su vinculación con los derechos humanos.

  2. Incorporación de los criterios y estándares a cumplir en el diseño presupuestario, tanto en las instituciones hacendarias del Poder Ejecutivo federal y estatales, como en los gobiernos municipales y organismos autónomos.

  3. Inclusión en los principios y normas de evaluación y fiscalización del gasto público, por parte de las Auditorias superiores del gasto público, Contralorías y organismos de evaluación de programas y políticas públicas.

  4. Comunicación con los organismos internacionales para conocer las buenas prácticas y avances que en otros países se ha logrado alcanzar en esta materia, la CEPAL es un organismo líder en este rubro.

Se debe entender que transformar y refundar las instituciones públicas, implica la adopción de normas jurídicas y prácticas que garanticen a la sociedad la satisfacción de sus necesidades fundamentales, de alimentación, salud, seguridad, vivienda, empleo, recreación, cultura y esparcimiento,  sólo así la democracia cumplirá sus expectativas de ser la mejor opción de gobierno para la humanidad.


[1] Tabla elaborada a partir de: http://sjf.scjn.gob.mx/sjfsist/paginas/DetalleGeneralV2.aspx?id=172545&Clase=DetalleTesisBL; https://sjf.scjn.gob.mx/SJFSist/Paginas/DetalleGeneralV2.aspx?id=159820&Clase=DetalleTesisBL y http://sjf.scjn.gob.mx/SJFSist/Paginas/DetalleGeneralV2.aspx?ID=2011316&Clase=DetalleTesisBL&Semanario=0

[2] Tesis Aislada 2011316 publicada el 28 de marzo de 2016, disponible en: http://sjf.scjn.gob.mx/SJFSist/Paginas/DetalleGeneralV2.aspx?ID=2011316&Clase=DetalleTesisBL&Semanario=0

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México necesita mejores universidades públicas

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México necesita mejores universidades públicas

El Foro sobre Evaluación en la Educación Superior, organizado por Mara Robles Villaseñor en Guadalajara, Jalisco, fue un espacio esencial para discutir uno de los temas más relevantes y menos abordados en el ámbito educativo: la evaluación en las universidades mexicanas. Este foro se vuelve particularmente importante en un contexto marcado por una serie de transformaciones institucionales.

A nivel federal, la creación de la nueva Secretaría de Educación Superior refleja un reconocimiento de la importancia estratégica de este nivel educativo, mientras que a nivel local, Jalisco se enfrenta a cambios importantes, como la renovación de la rectoría en la Universidad de Guadalajara (UdeG) y la inminente transición del gobierno estatal.

Mara Robles, en su papel como moderadora del foro, subrayó la falta de discusión sobre la evaluación en la educación superior, señalando que, a diferencia de la educación básica, donde este tema ha estado en el centro del debate público por años, las universidades han quedado relegadas a un segundo plano en términos de evaluación. Según Robles, este es el momento para que la educación superior sea evaluada desde una base técnica y académica rigurosa, elevando la calidad del debate y evitando discusiones infundadas.

La relevancia de esta discusión no puede ser subestimada, especialmente en un contexto donde las universidades y el sistema educativo en general enfrentan una serie de desafíos sociales y económicos. La evaluación, en este sentido, es una herramienta fundamental no solo para certificar la calidad académica, sino también para mejorar los procesos internos y garantizar que las universidades cumplan su rol en el desarrollo de la sociedad.

Durante el foro, se abordaron múltiples perspectivas sobre el papel de la evaluación en las universidades. Pedro Alejandro Flores Crespo propuso un enfoque centrado en el “bien común”, argumentando que la evaluación no debe reducirse a la certificación, sino que debe considerar las relaciones humanas y los procesos que ocurren dentro de la comunidad académica.

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Esta visión, en medio de los cambios que enfrenta la UdeG y otras instituciones, es crucial para reorientar el sistema educativo hacia el desarrollo integral de estudiantes y docentes.

Otro de los ponentes, Felipe Martínez Rizo, destacó la importancia de evaluar el aprendizaje en el aula desde una perspectiva crítica y sofisticada. Subrayó que la evaluación no debe limitarse a los niveles más bajos del aprendizaje, como la memorización, sino que debe aspirar a medir la creación de conocimiento y el razonamiento crítico en los estudiantes .

Asimismo, Eduardo Backhoff Escudero, experto en evaluación educativa, introdujo un tema clave: la inteligencia artificial (IA) como herramienta para mejorar los procesos de evaluación. Backhoff señaló que la IA tiene el potencial de transformar la evaluación del aprendizaje al proporcionar retroalimentación en tiempo real y ofrecer una personalización más efectiva del proceso educativo. Sin embargo, también advirtió sobre la necesidad de normar su uso y formar a los docentes para evitar dependencias excesivas o malas prácticas .

Este foro no solo abrió el debate sobre la evaluación en la educación superior, sino que también dejó sobre la mesa incógnitas fundamentales que deben seguir siendo discutidas. ¿Cuál es la función esencial de las universidades en México? ¿Qué tipo de universidades públicas queremos y necesitamos para enfrentar los desafíos contemporáneos del país? Y, quizá lo más complejo, ¿cómo podemos conciliar la necesidad de una evaluación rigurosa y justa con el respeto a la autonomía universitaria? Estas preguntas son claves para entender el futuro de la educación superior en México.

El foro nos invita a reflexionar sobre cómo podemos construir un sistema educativo que no solo sea eficiente, sino que también promueva la libertad académica y sirva como motor de desarrollo social. En un contexto de cambios políticos e institucionales, estas cuestiones se vuelven aún más urgentes y, sin duda, merecen una atención constante en los debates que están por venir.

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Sobre el autor

Humberto Mendoza es un profesional comprometido en el campo del diseño y evaluación de políticas públicas en Jalisco. Es licenciado en Administración Gubernamental y Políticas Públicas Locales por la Universidad de Guadalajara con un Máster en Antropología en la Universitat Autònoma de Barcelona. Actualmente, lidera el Órgano Técnico de Administración y Planeación Legislativa en el Congreso de Jalisco.

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Nuevo proyecto educativo para Sheinbaum

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El reciente foro “Propuestas Educativas para Nuevos Gobiernos”, organizado en el Congreso del Estado de Jalisco

El reciente foro “Propuestas Educativas para Nuevos Gobiernos”, organizado en el Congreso del Estado de Jalisco el pasado 11 de julio, no solo reunió a las principales voces en el ámbito educativo, sino que planteó con claridad los retos y las oportunidades para el próximo gobierno de la presidenta electa Claudia Sheinbaum.

Este foro, convocado y liderado por la incansable diputada Mara Robles, puso sobre la mesa las propuestas más urgentes y necesarias para transformar la educación en nuestro País.

A las 10:30 horas, figuras de renombre como Sylvia Schmelkes, Sylvia Ortega, Martha Vergara y Enrique Velázquez se dieron cita en el Patio Constituyentes del Congreso para discutir las reformas que se requieren para enfrentar los desafíos actuales en la educación. Cada uno de estos expertos presentó recomendaciones específicas que, si son adoptadas por el próximo gobierno, podrían dar un giro crucial al sistema educativo mexicano.

Mara Robles destacó su apoyo a Claudia Sheinbaum, reconociendo su trayectoria como defensora de la educación pública y como académica de alto nivel. Subrayó que el objetivo de este foro fue garantizar que las propuestas de los expertos lleguen a las autoridades nacionales y se conviertan en acciones concretas.

“La educación debe ser una prioridad estratégica”, afirmó Robles, convencida de que este es el momento para relanzar el debate educativo no solo en Jalisco, sino en todo el País.

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Sylvia Schmelkes, por su parte, insistió en la necesidad de recuperar la percepción de la educación como un derecho humano fundamental, lamentando el impacto negativo que la pandemia ha tenido en la matrícula escolar, especialmente en las comunidades rurales e indígenas. Schmelkes planteó que es urgente mejorar los resultados de aprendizaje en habilidades básicas como la lectura y las matemáticas, y pidió al nuevo gobierno que invierta más en educación, no solo en cantidad, sino también en calidad y equidad .

Sylvia Ortega ofreció una perspectiva más estructural, sugiriendo una reforma educativa integral que aborde los cambios demográficos, tecnológicos y ambientales que impactan al país. Ortega abogó por una coordinación intersectorial que permita a la educación ser un verdadero motor de transformación social y económica .

El diputado Enrique Velázquez también puso sobre la mesa propuestas clave, señalando que la educación debe ser vista como una herramienta crucial para reducir la pobreza. Velázquez destacó la importancia de vincular los programas sociales con la educación para evitar la deserción escolar, además de una mayor inversión en áreas clave como matemáticas y lectura .

Finalmente, Martha Vergara hizo un llamado urgente para mejorar la infraestructura educativa en Jalisco y en todo el país, señalando que sin instalaciones adecuadas y suficientes, los esfuerzos por mejorar la calidad educativa estarán condenados al fracaso

La pregunta que nos deja el foro no es si podemos hacerlo, sino si Claudia Sheinbaum está dispuesta a ser la líder que transforme la educación en México. Ya no hay espacio para la tibieza. ¿Será Claudia la presidenta que finalmente ponga a la educación en el centro de su agenda, o permitirá que se pierda esta oportunidad histórica?

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El momento es ahora, y la educación no puede esperar. Si el nuevo gobierno toma decisiones firmes desde el principio, esta podría ser la administración que logre lo que tantas otras han prometido sin cumplir. Claudia tiene el poder y la visión para hacerlo, y México espera que se atreva a dar ese paso.

Sobre el autor

Humberto Mendoza es un profesional comprometido en el campo del diseño y evaluación de políticas públicas en Jalisco. Es licenciado en Administración Gubernamental y Políticas Públicas Locales por la Universidad de Guadalajara con un Máster en Antropología en la Universitat Autònoma de Barcelona. Actualmente, lidera el Órgano Técnico de Administración y Planeación Legislativa en el Congreso de Jalisco.

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Órganos autónomos en la mira: El debate sobre su desmantelamiento 

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El debate sobre la propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador para eliminar varios órganos autónomos en México ha generado posiciones encontradas. Escribe Humberto Mendoza
El debate sobre el desmantelamiento de los órganos autónomos marcará la agenda legislativa. Foto: Especial.

El debate sobre la propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador para eliminar varios órganos autónomos en México ha generado posiciones encontradas. Por un lado, el oficialismo defiende la medida como una forma de racionalizar el gasto público y redirigir recursos hacia programas prioritarios, mientras que la oposición y diversos sectores de la sociedad ven en esta acción un riesgo para la transparencia, la rendición de cuentas y el equilibrio de poder.

Argumentos a favor: Austeridad y eficiencia

Los defensores de la propuesta del presidente destacan que la eliminación de estos órganos autónomos podría generar un ahorro significativo para el erario. Según estimaciones del propio López Obrador, se podrían liberar más de 100 mil millones de pesos que, en su visión, podrían destinarse a programas sociales y proyectos estratégicos que beneficiarían directamente a la población, como las pensiones para adultos mayores.

Además, se argumenta que muchos de estos organismos, creados en un contexto de desconfianza hacia el Poder Ejecutivo en los años noventa, ya no cumplen con su propósito original de manera eficaz. Los críticos de los órganos autónomos señalan que estos, en ocasiones, han caído en la burocratización y la falta de transparencia que se suponía debían combatir. Ejemplos como la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) y el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) han sido señalados por no cumplir completamente con sus objetivos, lo que cuestiona la justificación de su existencia independiente.

Otro punto a favor de la iniciativa es la idea de que estos órganos autónomos operan de manera aislada del Poder Ejecutivo, lo que podría hacerlos menos sensibles a las demandas y necesidades del electorado. Al incorporar sus funciones dentro de las secretarías de Estado, se busca que estas decisiones respondan más directamente a las políticas públicas del gobierno en turno, lo que, según los defensores, podría generar una mayor coherencia en la implementación de políticas.

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Argumentos en contra: Transparencia y equilibrio de poderes

Por otro lado, los opositores a la medida advierten que la desaparición de estos órganos autónomos podría debilitar los contrapesos esenciales en una democracia. Estos organismos fueron creados para garantizar que ciertas decisiones técnicas y de regulación no estuvieran sujetas a las fluctuaciones políticas, manteniendo así un grado de independencia necesario para la estabilidad institucional.

Un ejemplo citado frecuentemente es el del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), que ha jugado un papel crucial en la promoción de la transparencia gubernamental. Sin la autonomía que le permite actuar sin la influencia directa del ejecutivo, existe el riesgo de que las prácticas de opacidad y falta de rendición de cuentas se intensifiquen.

Además, la propuesta del presidente ha sido criticada por su falta de claridad en cuanto a cómo se gestionarán las funciones de estos órganos una vez que se integren en las secretarías de Estado. La ausencia de un plan detallado de reingeniería institucional y presupuestal genera incertidumbre sobre si las secretarías tendrán la capacidad técnica y los recursos necesarios para asumir estas responsabilidades sin que se vea afectada la calidad del servicio público.

También se han planteado preocupaciones respecto a los compromisos internacionales de México, como los establecidos en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Algunos de los órganos en riesgo de desaparecer, como la Cofece y el IFT, son fundamentales para cumplir con las obligaciones de regulación económica exigidas por estos acuerdos internacionales. Su eliminación podría traer repercusiones negativas en las relaciones comerciales y económicas de México con sus socios internacionales.

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Un futuro en juego

En resumen, el debate sobre la eliminación de los órganos autónomos en México enfrenta posturas bien definidas. Por un lado, se busca reducir el gasto público y centralizar las funciones en el Ejecutivo para una mayor coherencia en la implementación de políticas. Por otro, se teme que esta medida socave los contrapesos democráticos y la transparencia, pilares fundamentales en una democracia moderna.

El desenlace de esta iniciativa aún está por definirse, y dependerá en gran medida de cómo se aborden las preocupaciones y se presenten soluciones claras para garantizar que, de llevarse a cabo, la eliminación de estos organismos no signifique un retroceso en la calidad de la gobernanza y en los derechos de los ciudadanos. En este sentido, es crucial que el debate se mantenga abierto, informado y centrado en el interés público.

Sobre el autor

Humberto Mendoza es un profesional comprometido en el campo del diseño y evaluación de políticas públicas en Jalisco. Es licenciado en Administración Gubernamental y Políticas Públicas Locales por la Universidad de Guadalajara con un Máster en Antropología en la Universitat Autònoma de Barcelona. Actualmente, lidera el Órgano Técnico de Administración y Planeación Legislativa en el Congreso de Jalisco.

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