Opinión

Si no abren la puerta, envíales un tuit

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Una sociedad politizada es indispensable para el fortalecimiento democrático. Es por ello que los debates acalorados entre fifís y chairos, y entre éstos y los que prefieren no encasillarse en ninguna de esas categorías conlleva al ejercicio de la preciada libertad de expresión.

Mas allá de la libertad de expresión

Pero hay otro derecho que también se puede materializar a través de las redes sociales y que resulta necesario para hacer valer nuestra soberanía, y ese es precisamente el de exigir cuentas a quienes les hemos encomendado tareas gubernamentales.

Los servidores públicos están obligados a rendir cuentas ante la ciudadanía; sin embargo, si bien es cierto que es posible apreciar casos excepcionales, no se ha logrado una cultura donde impere la apertura de espacios para solicitar explicaciones sobre su proceder.

El caso CDMX

Por ejemplo, la Constitución de la CDMX establece que, las y los diputados deben establecer audiencias y mecanismos de rendición de cuentas que garanticen su responsabilidad frente al electorado; sin embargo, si revisamos el sitio de internet de ese congreso local, dichos mecanismos brillan por su ausencia.

Al encontrar las puertas cerradas de nuestras instituciones, debemos buscar otros espacios para demandar cuentas, y es precisamente ahí en donde entran las redes sociales.

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En virtud de que nuestros funcionarios se han percatado que la era de los mass media llegó, han decidido aventurarse en esos espacios, que además utilizan como termómetros de simpatía y de preferencias políticas. Tal y como ellos se han valido de las redes para hacer política; nosotros debemos servirnos de ellas para el beneficio común; así como para cumplir con las responsabilidades que nos corresponden.

Las poses de un senador

Quizá no nos habíamos percatado, pero a través de nuestros comentarios y tuits hemos formado parte de algunos ejercicios de rendición de cuentas, así ocurrió en el caso de las fotografías de aquel senador de MC en Qatar, fue tanta la presión que se generó por saber si estaba de vacaciones o en un viaje oficial, y de ser el caso, por conocer de dónde salieron los recursos para posar sobre un camello, que tuvo que salir a dar explicaciones en diversos medios de comunicación.

Por supuesto, se vio obligado a justificar la ligereza de sus fotografías; y el comparativo sobre los precios de la gasolina que dejaban mucho que desear. 

Y si hacemos memoria, hay muchos casos más, los cuales demuestran que las redes también llegaron para dialogar con quienes nos gobiernan.

En suma

Por lo tanto, la puerta virtual está abierta, y la debemos seguir utilizando para solicitar una rendición de cuentas real; sin embargo, ello no sustituye la posibilidad de participar en una mesa de diálogo directo. Tenemos tanto que preguntar, y nuestros servidores que responder, que esperemos que pronto nos den la sorpresa con innovadores ejercicios de intercambio democrático.

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Quizá valdría la pena que los órganos en materia de transparencia del país inicien con estas acciones, que pongan un ejemplo claro de lo que se debe materializar en una rendición de cuentas, más aún cuando aprecio un impulso por el innovador paradigma del “Estado Abierto”. Sería enriquecedor, debatir sobre sus resoluciones y sobre su aciertos y desaciertos.      


*Manuel Bazan Cruz es doctorante en Ciencias Sociales por la UAM. Integrante de @SomosLID @bazancruzz. 

 

 

Etiquetas:  Bolígrafo     LID

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