Opinión
Trabajos que producen pobreza
En el más reciente informe sobre el tema del empleo, el presidente reiteró su logro mediante las cifras que se pueden medir, sin lugar a dudas son los registrados al IMSS y el monto del salario, sin embargo, la situación laboral en México es un tanto especial: el desempleo es un lado más del polígono de la pobreza.
Esta última es efecto del estancamiento que caracteriza al crecimiento económico de nuestro país, dado que la mayoría de los trabajos son mal remunerados, puesto que ofrecen salarios que no cubren las necesidades básicas.
Esto incita al crecimiento del empleo informal, cuya fortaleza se reafirma porque puede ofrecer un ingreso mayor a los 207.4 de un salario mínimo, estimado por el Gobierno de México. La clave es que la crisis económica adquiere fuerza debido a la situación precaria de los salarios. Además, la exclusión y la falta de oportunidades evidencian una incongruencia entre los datos que ofrece la actual administración con las reportadas por el INEGI.
A decir verdad, la vista panorámica del empleo en México no es para nada alentadora. Los sueldos insuficientes ocasionan que los mexicanos busquen otras salidas para solventar los gastos diarios. Muchas veces estos son empleos informales que no aseguran un seguro para el retiro, por otra parte, deberían buscarse otro tipo de indicadores para reflejar la realidad en materia de políticas públicas de trabajo y no solamente considerar variables dependientes de las cifras institucionales.
La pobreza, por ejemplo, es un indicador muy preciso en lo relacionado con las políticas laborales eficientes, pues bien sus consecuencias son muy perceptibles tanto en el ámbito político, económico y social.
Por lo anterior, es indispensable qué, dentro de la legislación laboral y la creación de empleos, se contemple mayor transferencia de tecnología hacia las micro y pequeñas empresas, participación de mujeres en la economía, capacitación y formación constante a trabajadores, inversión en investigación, ciencia y tecnología, reformas que beneficien la participación de las pequeñas y medianas empresas.
Por otro lado desde la parte fiscal, incentivos para la formalidad laboral y piso parejo para fomentar una competitividad equilibrado en los mercados; solo de esta manera podremos generar cambios profundos y significativos, que logren subsanar esa deuda histórica con las y los trabajadores mexicanos, donde trabajar sea cada vez más un derecho para vivir, que una necesidad para sobrevivir.
Nos leemos la siguiente semana y recuerda luchar, luchar siempre, pero siempre luchar, desde espacios más informados, que construyen realidades menos desiguales y pacíficas.
Sobre el autor
Luis Sánchez Pérez es doctorante y maestro en Políticas y Seguridad Públicas en IEXE Universidad, abogado por la Universidad de Guadalajara. Profesor de asignatura en la Universidad de Guadalajara y en la Universidad Enrique Díaz de León. Investigador de medios de comunicación y participación ciudadana en el Laboratorio de Innovación Democrática. Colaborador semanal en Milenio, El Occidental y El Semanario.