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La maza y la cantera, de oficio o profesión
Cada golpe de la maza al cincel va dando forma a la cantera. Aunque no lo parezca, cada uno de los miles de mazazos con las manos desnudas son dados para sacar del monolito piezas únicas, verdaderas obras de arte.
Lo que de costumbre se hace en un taller, en septiembre se expone como atracción en la Plaza de la Liberación, el labrado de cantera en el Centro Histórico tiene una tradición de 29 años, casi dos generaciones crecieron escuchando el golpeteo del metal en la piedra entre las fiestas patrias, las lluvias y la proximidad de las festejos de octubre.
Hay menos
A diferencia de otros años, en la Plaza de la Liberación se confunde el martilleo de la escultura con el de la obra de la Línea 3 del Tren Ligero. En la Plaza de la Liberación suena como arte, en la avenido 16 de Septiembre suena a trabajo.
También a diferencia de otros años, ahora son menos los participantes en el Concurso de Labrado de Cantera y Lapidario, con el tiempo ha disminuido el número de artesanos a pesar del premio que se otorga, 40 mil pesos para cada uno de los ganadores de las dos categorías.
Según don Eustaquio Ávila, concursante, esto se debe a que cada vez hay menos artesanos gracias a la tecnología, con una maquinaria se pueden hacer en una hora las piezas que harían 10 hombres en días.
“Se está acabando, nadie aprecia el valor de hacer de la piedra una figura, no se paga lo que cuesta, y más ahora que las máquinas hacen en una hora lo que 10 de nosotros haríamos, sin esfuerzo y mucho más barato, no se vive de vender cantera”, dijo Eustaquio Ávila.
Oficio o profesión
Canteranos de oficio sólo hay cinco en el concurso, señala don Eustaquio, sin demeritar a quienes estudiaron Artes Plásticas y se especializaron en el labrado de cantera, pero dice no es lo mismo.
Recuerda que inició desde niño, sólo eso, más detalles de su formación como dónde aprendió, si fue fácil o difícil, no tienen importancia para él, lo importante era aventarse, dice.
Con una cruz en formación de media tonelada de peso, confiesa que no se vive de la cantera, sino de los concursos como en el que participa, recientemente obtuvo un primer lugar en Querétaro, y se dice confiado en conseguir el mismo puesto aquí en Guadalajara.
“No quise que mis hijos se metieran de canteros, no deja, yo quiero que les vaya mejor, que estudien, que tengan un trabajo que no les dé preocupaciones”, comenta don Eustaquio.
La otra cara
En el otro lado de la moneda se encuentra Margarita Valdivia, ella estudió para ser canterana.
No tiene linaje de cantero, pero no ha sido un impedimento, estudió en la Universidad de Guadalajara la Licenciatura en Artes Plásticas y a sus 29 años se ha abierto camino a golpes de maza, que la han llevado a exponer sus obras fuera de México.
Recién presentó su trabajo en Estados Unidos, siete piezas en Milwaukee, Wisconsin; un camino muy rápido, pues apenas tiene seis años labrando, cuenta que aprendió de Alejandro Camargo, un maestro canterano de Querétaro.
La decisión final
En apenas tres semanas deben de tener las piezas listas para que los jueces eligan al ganador, todos los concursantes en la Plaza de la Liberación acatan las reglas, deben dar forma a su escultura e manera tradicional sin ayuda de herramientas, más que la maza y el cincel.
El Instituto de la Artesanía Jalisciense y el Patronato de Fiestas de Octubre son los organizadores del concurso, el próximo 6 de octubre se darán a conocer las piezas que obtienen el primer lugar en cada categoría, escultura y lapidario, mientras eso ocurre, compiten frente a frente los de oficio contra los de profesión.
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