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¿Existe la mala literatura?

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¿Existe la mala literatura?

Es una pregunta abierta. Cada quien tendrá una respuesta distinta que dar. Dependerá de si les gusta leer, si lo hacen a conciencia o si simplemente no les gusta la lectura. Podrán existir opiniones divididas al respecto. Sí, pero que logran abrir los ojos a todos aquellos que ya están dentro del mundo de la literatura o a quienes se van iniciando.

La pregunta ha existido, supongo yo, desde que comenzaron a escribirse los libros. Y es que siempre tendremos un juicio de opinión, sobre si es malo o bueno. Es parte de la naturaleza humana juzgar. Juzgar una película, una obra de arte, una serie de televisión, también en los libros existe esto.

Un libro es un medio de entretenimiento único, que te hace volar y soñar con los ojos abiertos, que te lleva a vivir aventuras en universos impensados. Pero un libro no te va a hacer ese ser superior. El hecho simple de leer no te va a entregar cultura ni te hará pasar por encima del resto de las personas. Ese pensamiento general es uno que se debe quitar, pues siempre me he manifestado en contra de esos que se jactan de ser buenos ciudadanos nada más porque se avientan más de cinco libros al año.

La respuesta

Una vez reiterado este punto regresó a la pregunta. Sí existe, claro que existe. Lo alarmante es que pareciera ser que las librerías se van llenando cada día más de la literatura basura, de la mala, que incluso tiene un propio nombre para reconocerla: de autoayuda.

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Lo ligo al punto anterior, un autor pretencioso no puede venir a decirnos cómo hacer nuestra vida, ni la hará mejor con sus consejos místicos, ni con su uso de frases trilladas y recicladas, no, un libro no es una herramienta que nos pueda guiar por la vida, no aporta experiencia, no tienen las respuestas del sentido del universo, no son capaces de esclarecer nuestra vida y relaciones personales. Creo que es la experiencia la que nos debe llevar por el buen camino, son las propias vivencias las que no definen. No los libros, insisto, y es que siento demasiado pretencioso el hecho de que un autor se quiera poner en el rol de yo decido cómo vives.

La autoayuda

Me parece mala literatura la que hacen esos señores de autoayuda, porque al final del día todo parece ser lo mismo, porque cuando sacan una parte de pronto se convierten en 30 secuelas, todo para seguir lucrando con la buena voluntad del lector. Los cuatro acuerdos se convierte de pronto en los 30, 40, el monje ya no sólo vendió su Ferrari, también lo empeñó, lo lavó, lo perdió, lo encontró, lo soñó, y al final son las mismas historias recicladas una y otra vez que no llegan a un fin que realmente justifique el tiempo que le has dedicado a esos libros.

En ese mismo renglón de los libros de superación personal, que me parece un título delicado, pues ahora resulta que leer esas obras te harán superarte como persona, creo que ya voy entendiendo el sentido de esos personajes que por leer ya se sienten mejores que el resto, se superan leyendo a Paulo Coelho. Dicen que son los libros que dejan, pero realmente ¿es así? La demagogia de escritores como Josorowsky, y el propio Coelho son alarmantes, parecen ser personajes que se dedican a lavar el cerebro, de vivir de un logro realizado hace ya unos años, pero que siguen vendiendo su literatura basura, esos son los libros que hay que evitar si se quiere respetar a la literatura universal.

Las sagas

Pero esa no es toda la basura, sobrevalorada, mala literatura que existe. A últimos tiempos los estantes de las librerías se han ido llenando de las conocidas como sagas juveniles, protagonizadas por adolescentes perturbadas con algún poder especial, que se enamoran de alguien guapo que resulta ser un monstruo, lobos, vampiros, momias, hechizos, estilos góticos y sentirse diferente. El problema con esta clase de libros es que pareciera ser que todos son iguales, y esto les resta originalidad y los manda directamente a la legión de los malos. Digo, son un buen inicio para adentrarse en la literatura desde pequeños de edad, pero suelen ser tediosos, molestos y cansados de estar viendo como acaparan las estanterías. De seguro algunos se han de salvar, pero aquí aplica el por uno pierden todos.

La literatura política

Y siguiendo con el tema de los libros malos, en tiempos electorales aparecen los libros que escriben los políticos, en los cuales con su demagogia insufrible nos prometen el Sol, la Luna y las estrellas para cambiar a México. Aparecen los análisis de candidatos que nos agobian cada seis años, que todos son los malos, que todos son los peores, que son el diablo, lo mismo de siempre, no hay novedad en este género, reaparece algún político que tenía mucho sin asomarse por el mundo de los vivos y quieren lucrar vendiendo tener la realidad del país. Es nefasto, este tipo de literatura simplemente sobra y es mala, no hay forma de defenderla.

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Dentro de tantos libros, de seguro deben existir también algunas novelas malas, es cuestión de sumergirse entre libros y encontrarlos, aunque es mejor sorprenderse con algo bueno y que te atrape.

Al final cada quien lee lo que quiere y encuentra su pasión, esto no es más que mi propia opinión, cada quien tiene su juicio y sabe que es lo que le gusta, lo importante es seguir leyendo, darle una oportunidad a este hobbie y seguir consumiendo las páginas, guardando para la posteridad esos libros que son tus favoritos y que quieres compartir con quienes te rodean. Esto no pasa de ser una sugerencia de evitar esos libros malos, que te harán correr el riesgo de querer dejar la literatura para siempre, y eso es algo realmente triste.

Óscar Beltrán ha trabajado en medios impresos y radiofónicos como reportero en las fuentes de cultura, policíaca y deportiva. Ahora se desempeña como editor en jefe de la aplicación para smartphone «Plans».

 

Laberinto 

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