Cine
«Blonde» llegó por fin a Netflix y la polémica junto con ella
«Blonde» llegó por fin a Netflix y la polémica junto con ella. A estas alturas sobra decir que Ana de Armas es una fuerza de la naturaleza, y que la dupla Nick Cave-Warren Ellis está en la cúspide de sus facultades musicales (también hicieron la música para «Dahmer»).
Es una película de terror que le debe mucho a David Lynch y en particular a «Fire Walk With Me», la cual tuvo una recepción inicial muy similar a esta película. Tiene todo el sentido que Marilyn Monroe estuviese en la cabeza de Lynch y Mark Frost cuando se conjuró la imagen de Laura Palmer por primera vez. Laura encontró un ángel al final de cierta habitación roja, y uno se pregunta si Norma Jeane se reencontró con su padre también.
«Blonde» tiene dos lecturas y podemos afirmar que no se cancelan entre sí. Primero está el shock, tanto el metafórico como el explícito. La reproducción de una narrativa de violencia sexual que sin duda cumple una función revictimizadora y que no encuentra en su lenguaje visual ningún espacio para retratar otros momentos más alentadores en la vida de Marilyn (como explorar su vis cómica), y los cuales sí están presentes en la novela de Joyce Carol Oates.
Pero, por paradójico que suene, esa explotación visual de los momentos más oscuros en la vida de Norma Jeane, que nos incomodan y nos escandalizan con justa razón, constituye un desdoblamiento de lo que la misoginia ha hecho por siglos: encubrir abusos y violencia bajo la iconografía de la exuberancia y de su estatus como símbolo sexual. Quizá el asomarse detrás de la cortina también es una oportunidad para desmitificar una presencia que en su interior guarda mucho dolor; el airear ese dolor es una forma de traer al frente nuestra responsabilidad o nuestra culpa colectiva como consumidores del sexismo cultural.
Esto no significa que debamos darle paso libre a la sobreexplotación de la tragedia, por supuesto, pero sí que debemos encontrar en su justificado cuestionamiento algo más que la cancelación. Porque cancelar y esconder narrativas de abuso ya lo ha hecho la humanidad por mucho tiempo.
Y eso sin olvidar que se trata de una obra de ficción, y que está contada desde la perspectiva de la propia Norma. Como se nos dice siempre, la ficción nos cuenta verdades inventadas no por el afán de mentir, sino porque en ese invento, cuando se hace auténticamente, se recrea la verdad misma. Y en este caso se trata de una verdad sumamente incómoda. ¿No existe el cine también para hacer ese retrato y movernos a partir de la incomodidad?
Sin hacer spoilers, hay una escena cerca del final en la que Marilyn corre a buscar un dólar para dárselo de propina a un repartidor. Parece una escena inconsecuente, pero quienes ya la vieron sabrán que ese momento es demoledor, en tanto que desvela la inocencia de Norma Jeane y nos transmite en una sola secuencia el tamaño de sus múltiples soledades y de todo aquello que le arrebataron: las pérdidas familiares, las afectivas, las creativas y las más elementales. Todo lo que no pudo ser.
Aunque está de espaldas, es como si Norma Jeane nos mirase de frente.
«Blonde». Dirección: Andrew Dominik
Guion: Andrew Dominik. Novela: Joyce Carol Oates
Música: Nick Cave, Warren Ellis
Fotografía: Chayse Irvin
Reparto: Ana de Armas, Adrien Brody, Bobby Cannavale, Julianne Nicholson, Xavier Samuel, Evan Williams, Caspar Phillipson, Toby Huss, Sara Paxton, Chris Lemmon, Dan Butler, Garret Dillahunt y Lucy DeVito.