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Cultura

Rubem Fonseca, el rockstar de las letras

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Rubem Fonseca, Cuarta, Laberinto, Bolígrafo, CuartaMx

Rubem Fonseca…

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Uno de esos escritores que cuando lo lees te puede cautivar, enamorar y convertirlo en tu favorito, o bien, tiene la capacidad de sacarte de onda, causarte repudio y cuestionarte qué demonios es eso que tienes entre manos. Es el brasileño Rubem Fonseca; todo un rockstar de las letras.

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Y lo es no solamente por los temas que plasma en sus múltiples novelas y recopilaciones de cuentos, es que su vida realmente es única.

Es todo un personaje que a pesar de que ya pasa los 90 años de vida, se sigue manteniendo campante, fresco; pareciera que tiene un pacto con el diablo, hay voces que hablan de que ya preparan el homenaje póstumo para el escritor, pero pues no se rinde, sigue de pie, enamorando a sus fans y a una que otra chica; recluido como es su personalidad, sin buscar reflectores, pero con la pluma siempre cargada de tinta.

Cómo llegó a mis manos

A Rubem le debo mucho, siempre ha sido el escritor que me pone de buen humor, que me hace reír, que me habla de frente y sin pelos en la lengua. Conocer a Rubem y sus libros es algo que siempre he agradecido. Fue gracias a mi clase de literatura cuando cursaba la Universidad, el maestro me hizo la recomendación de leerlo; ya que siempre consideraba que el libro con el que llegaba bajo el brazo a su clase, no era lo suficientemente bueno.

Decidí darle una oportunidad, de eso ya hace casi 10 años, y descubrí un autor que de verdad me dieron ganas de leer todos sus libros, pero pausado, saboreando cada uno. Gracias a esa recomendación de mi maestro, uno de los que más sigo respetando, nació en mí una nueva tradición.

Se trata de comprar por lo menos un libro del señor Fonseca en la FIL, la sigo cumpliendo y me sigue dando horas de diversión sin igual.

Rubem Fonseca

Rubem Fonseca

Los temas de Fonseca

Lo que más me ha atrapado de Rubem, es su desfachatez para tocar temas que son realmente perturbadores, los asesinos se muestran humanos, haciendo lo suyo sin ningún temblor, sin temor y con total naturalidad.

El sexo es otro de sus temas recurrentes, pero pareciera que mientras más retorcido, es mejor. Violencia, decadencia, soledad, amor, engaños, mentiras.

Rubem toca todo eso de lo que tememos hablar en voz alta y nos expone como lo que somos, humanos que siempre tienen que saciar la curiosidad, que nos da pudor tocar temas que realmente nos despiertan curiosidad; Fonseca no le tiene miedo a nada y queda claro en cada cuento y novela que tiene en su extensa biblioteca.

Su perfil de rockstar

Antes de adentrarme más en la literatura de este brasileño, que de seguro ya capté tu atención, me gustaría seguir hablando del perfil de rockstar que maneja este autor. A pesar de que estudió como abogado, haciendo un guiño a esta carrera suya con su personaje Mandrake (que pareciera ser su autorretrato, aunque está inspirado en el célebre mago), decidió adentrarse de lleno al mundo de las letras, escribiendo libros, pero también guiones cinematográficos.

También, ya en los años cincuenta, tuvo una carrera en la policía, convirtiéndose en comisario del distrito policial 16 en Río de Janeiro. Es de sus vivencias en diversos casos y la camaradería en el departamento, donde logró encontrar inspiración y plasmar algunos hechos en sus novelas y cuentos, que normalmente navegan en los tintes policiales o conocidos como literatura negra, de la que es un maestro que ha inspirado a grandes nombres como Marcal Aquino o el sinaloense Élmer Mendoza; son ellos los que hablan de la leyenda de Rubem y su poder en las letras que se escriben a balazos.

Rubem se especializó en la psicología, en ser más un policía de escritorio, que mediaba por la paz, que encontraba el valor humano de cada caso, cada víctima, buscando resolver cada situación a su favor. Justo como en sus libros, en donde los casos nunca quedan abiertos por más giros que se puedan dar.

A pesar de que es el rockstar, pasa algo curioso con alguien que es tan desfachatado en su forma de escribir, y es que al brasileño no le gusta que se hable de él; no le gustan las entrevistas, no le gusta la fama, prefiere el anonimato,; tiene pocos amigos, pero todos coinciden en que es un personaje único y que es piedra angular de la literatura de su país y todo el continente.

De su repertorio

De los libros de Rubem no puedo decir que tenga un favorito, pues disfruto tanto sus cuentos como sus novelas, tal vez por delante siempre pondré a Bufo & Spallanzani, una obra magistral plagada de misterios, muertes insólitas, traiciones, giros de tuerca, es de esos libros que te atrapan de principio a final.

Bufo & Spallanzani-Rubem Fonseca

Bufo & Spallanzani-Rubem Fonseca

Pero más que hablar de un solo libro, es digno de mencionar que de Fonseca todo es capaz de atrapar al lector, de divertirlo, de provocar risas involuntarias, de dar pena tus reacciones ante hechos que dan pudor, pero que en ese momento te apropias y sacas tu lado perverso.

Duro, directo, con mucha lujuria sexual, universos en los que conviven asesinos, abogados mujeriegos, mujeres fatales, hombres con trastornos compulsivos, marginales, pobres, ricos, falsos duques, gays, trans, prostitutas, locos, cuerdos, todos entran en las letras de este escritor que tiene la capacidad de sumergirte en historias en las que no sabes si se vale celebrar que el malo cayera o que triunfara el bien, siempre llegan finales abruptos en sus cuentos, pero que a pesar de la sorpresa con la que llegan, siempre son disfrutables. Fonseca dice que un escritor debe tener el coraje de mostrar lo que la mayoría de la gente teme decir.

Otro acierto de su obra es que no se limita a la ficción, pues suele insertar hechos históricos claves en la historia de su país.

Creó, para protagonizar algunos de sus cuentos y novelas, un personaje antológico: el abogado Mandrake, mujeriego, cínico y amoral, además de profundo conocedor del submundo carioca. Mandrake fue transformado en serie para la cadena de televisión HBO, con guiones de José Henrique Fonseca, hijo de Rubem, y el actor Marcos Palmeira en el papel protagonista, pues le interesa profundamente el arte cinematográfico, escribe también guiones para filmes, muchos premiados.

Libros recomendados

Algunos de los libros que he disfrutado de Fonseca, y que creo deben de estar en la biblioteca de un verdadero fan, y también de los amantes de los libros con tramas detectivescas y policíacas son Agosto, El salvaje de la ópera, La cofradía de los espadas, Mandrake la biblia y el bastón, El collar del perro, El agujero en la pared, El cobrador, Axilas y otras historias indecorosas, El seminarista, Feliz año nuevo, Grandes emociones y pensamientos imperfectos, Pequeñas criaturas, Ella y otras mujeres, Del fondo del mundo prostituto, El gran arte, resulta incluso complicado decir que alguno de sus libros no sea indispensable, porque realmente lo es.

Fonseca es garantía y te invito a que lo leas, lo conozcas, te adentres, sumerias, enamores, empatices y pronto tengas una colección amplia de las obras de este ícono de la literatura brasileña.

El Seminarista-Rubem Fonseca

El Seminarista-Rubem Fonseca

 

 

Óscar Beltrán ha trabajado en medios impresos y radiofónicos como reportero en las fuentes de cultura, policíaca y deportiva. Ahora se desempeña como editor en jefe de la aplicación para smartphone «Plans». 

 

 

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El arte tiene la capacidad de sanar: Ismael Vargas

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Ismael Vargas
La exposición La vida: Tiempo codificado, del artista Ismael Vargas, reúne 25 obras de distintas etapas del artista. Foto: Siker / Juan Carlos Sagredo.

Con 60 años de carrera sobre sus hombros, el maestro Ismael Vargas aún se emociona con la idea de inspirar a otras y otros —los más jóvenes, principalmente— a replantearse el mundo que los rodea a partir de la contemplación y el contacto con el arte.

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“Tengo la esperanza de que el arte sea capaz de distraerlos. O sea, tengo la ilusión de poder rescatar su atención”, dice en entrevista exclusiva para Siker.

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Con ese propósito, el destacado pintor tapatío se embarcó en la preparación de una exposición retrospectiva, titulada La vida: Tiempo codificado en la que reunirá 25 obras realizadas en distintos momentos de su trayectoria como artista, y que será exhibida en la Universidad Panamericana Campus Guadalajara a partir del próximo martes 4 de noviembre.

Nacido en 1947 —cineasta, escritor, pintor y escultor—, Ismael Vargas encontró su vocación a los 13 años de edad, enamorado de las pinturas que se imprimían en las cajetillas de los cerillos con que su madre encendía la estufa.

Con la certeza inequívoca de que la pintura era el camino natural que le trazaba la vida, plasmó desde sus primeros lienzos las acumulaciones de objetos que atiborraban los puestos del mercado San Juan de Dios que visitaba de niño.

Sus obras están llenas de pequeñas palomas de barro, muñecas de cartón, trompos, canicas, mariposas y carritos de madera; acumulados de forma obsesiva como se acumulan las plegarias en las capillas o los Om en los monasterios. Una especie de vibración pictórica.

“Es una especie de mantra (…) Es una vibración. Cada vez que yo hago un cuadro, trato de que vibre”, dice y luego sostiene: “Ahora te puedo decir, 60 años después, que he comprobado que el arte tiene la capacidad de sanar a través de la contemplación”. 


Iniciaste tu carrera a los 13 años, ¿cómo comenzó todo?

Por frustración. Yo quería ser torero. Y cuando me enfrenté a un becerro, salí corriendo, y supe que me gustaba ver los toros desde la barrera. Luego quise ser cantante de ópera y no canto ni las de Cri-Cri. Por entonces, tenía tiempo de coleccionar y recortar las portadas de los cerillos Clásicos de Lujo que traían reproducciones de pinturas. Y yo no tenía libros de arte, pero hice una especie de libro de arte al pegar todas estas cartitas en un cuaderno. Y entonces, le pregunté a mi papá que qué era eso, y me dijo: es un bastidor en donde se monta una tela y con pinceles y colores se pinta lo que tú quieras. Eso me pareció magnífico. Y le dije: ¿me ayuda a intentar hacer uno? Y me dijo: sí, hagámoslo. Entonces hicimos un bastidor, con un costal de azúcar, lo abrimos, y eso fue lo que montamos.

¿Y qué pintaste?

Bueno, la ignorancia es atrevida. Copié nada menos que Santa Ana, la Virgen y el Niño (de Leonardo da Vinci). Fue maravilloso; al estarlo haciendo, durante el tiempo que duré haciéndolo, me pareció mágico. Era indescriptible la sensación que estaba viviendo. No solo en el acto, sino después del acto de pintar, todo el tiempo que estuviese en contacto con la obra.

¿Qué te ocurría? ¿Una especie de abstracción del mundo?

No. Al contrario, al contrario. Era la sensación de sentirme integrado, yo que siempre me sentí desintegrado del mundo. Me sentía parte del universo cuando me ponía a pintar. Y entonces, simplemente dije: yo quiero hacer eso.

Claro, inmediatamente después, porque tengo ese carácter, pensé: ¿pero yo qué voy a hacer? Ya existe Leonardo da Vinci, Rembrandt, Van Gogh… Todos los artistas que admiro. ¿Y yo qué? Afortunadamente, una voz interior me dijo: No vas a competir, no son las olimpiadas. El arte no es saber quién llega primero o quién puede más, sino es hablar de las cosas que emocionan. Ninguno de ellos nació en una vecindad, cerca del mercado San Juan de Dios, como tú. Y entonces, eso me dio la base de mi trabajo.

¿Tu entorno? ¿Tu contexto específico?

Sí. Mi trabajo es la acumulación, tanto de la fruta, de las máscaras, de las muñecas de cartón, así, como en los mercados, que todo lo hacen en rumas. Yo no pinto una manzana ni un cántaro, sino miles. Y esa fue mi solución para trabajar.

Han pasado décadas y te ha tocado ver periodos muy interesantes de México y el mundo. ¿Hay algún periodo en el que estuvieras desarrollando tu obra y te sintieras especialmente interesado?

No, siempre he ido desfasado en el tiempo. Yo no voy con el tiempo en que vivo. Mi interés es hacer algo que te emocione y que te haga sentir bien cuando lo ves, nada más. Yo no tengo mensajes que mandar ni mucho menos mensajes políticos. Es simplemente hacer un jardín y mostrártelo para que lo contemples.

¿Se trata solo de la contemplación?

Sí. Ahora te puedo decir, 60 años después, que he comprobado que el arte tiene la capacidad de sanar a través de la contemplación.

¿Cómo exactamente?

Pues, contemplar una obra puede transformarte. Transformar tu estado de ánimo de manera que tus defensas te protejan de una enfermedad o te eliminen un malestar. No estoy hablando de medicina. Estoy hablando del alma y de las emociones, pero es físico también, es físico. Tu sistema inmunológico se fortalece al ver algo que te emociona. Por lo tanto, te alivia.

Tu obra es particularmente bella, colorida, alegre…


Obsesiva. Es una especie de mantra. Esa es la otra parte que cura. Es una vibración. Cada vez que yo hago un cuadro, trato de que vibre. Y nosotros somos vibración, nosotros somos polvo de estrellas. Las plantas son polvo de estrellas, las piedras son polvo de estrellas. Lo que nos diferencia es la vibración. Vibramos a diferentes velocidades y por eso las plantas son como son y nosotros como somos.


Cuando una obra es oscura o violenta, ¿actúa a la inversa?

No, no, no. También puede ser sanadora. La imagen no tiene que ver con lo que a ti te sucede. Es un espejo. Depende del espectador. No es importante lo que nos sucede, sino lo que hacemos con lo que nos sucede. Yo, por las características de mi educación y mi contexto, podría ser un asesino. Tengo el derecho de matar. Pero, preferí hacer un jardín.

Tienes una nueva exposición en puerta. ¿Cómo nació el proyecto?

Por una invitación de la Universidad Panamericana que está interesada en abrir un ala de la universidad para el arte. Me preguntaron que si me gustaría participar en una exposición y acepté.

¿Por qué te gustó la idea?

Por el contacto con la juventud, que no va a las galerías. Entonces, pues, si la montaña no viene a mí, yo voy a la montaña.

¿Cuál es el concepto de la exposición?

Es una especie de retrospectiva porque son piezas de distintas épocas: papeles, óleos, esculturas, todas las técnicas que he trabajado. Obras desde el (año) 72’ hasta obras contemporáneas, hechas el mes pasado. 


Vamos a ver una línea de tiempo de 60 años de carrera…

Sí. Sesenta y dos años de carrera. Van a hacer falta algunas obras, de una etapa en que trabajaba piezas gigantescas.

¿Qué pasó con esas obras? He visto algunas y son impresionantes.


Tengo algunas, pero no hay espacio para exponerlas. Son obras monumentales de 12 metros.

Hablemos de los tiempos que corren. Me decías que los chicos no van a las galerías. Fue justamente eso lo que te interesó de esta nueva exposición; poder acercarte a los jóvenes con tu obra.

Sí, porque tengo la esperanza de que el arte sea capaz de distraerlos. O sea, tengo la ilusión de poder rescatar su atención.
Claro que está terrible, porque hace muchos años que nos están destruyendo, nos han hecho indiferentes, nos han estupidizado. Y si algo es importante es la curiosidad. Para que tú inventes un avión, tienes que tener la curiosidad de saber hacerlo que vuele y que no se te caiga.
En este caso, no me interesa que sean pintores. Lo que me interesa es que vean otra opción del mundo. Si una obra mía despierta su creatividad en el terreno que sea… a lo mejor no van a pintar, si no, van a manejar un aparato digital maravilloso que va a hacer algo holístico, qué sé yo.

Ese tipo de cosas ocurren con el arte…

Así es, exacto. En eso creo.

¿Hay planes a futuro con la exposición?

Sí, parece que estará en la Universidad (Panamericana Campus Guadalajara) hasta diciembre, y después se la van a llevar a la Ciudad de México y a algunos otros lugares. 


¿Eso te emociona?

Sí. Por lo mismo. No me importa que no esté a la venta mi obra, que no me compren. Eso nunca me ha interesado. Me interesa la posibilidad de que a algún niño, a algún joven le cambie la vida.

Ismael Vargas
El artista Ismael Vargas inaugura su exposición este martes en la Universidad Panamericana. Foto: Siker / Juan Carlos Sagredo.
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Cultura

Tendrá reestreno mundial la zarzuela El Orgullo de Jalisco en el Teatro Degollado

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zarzuela El Orgullo de Jalisco

El próximo 14 de septiembre, el Teatro Degollado será escenario del reestreno mundial de la zarzuela El Orgullo de Jalisco, del compositor español Federico Moreno Torroba, con la presencia del tenor Plácido Domingo como invitado de honor. 

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La obra vuelve a los escenarios tras 78 años de su estreno en el Teatro Arbeu de la Ciudad de México.

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La puesta en escena contará con la mezzosoprano Nancy Fabiola Herrera en el rol de Cristina —papel que en 1947 interpretó Pepita Embil, madre de Plácido Domingo— y con el barítono mexicano Luis Ledesma como Paco Aldana. 

Ambos artistas han desarrollado una destacada trayectoria en escenarios internacionales como el Metropolitan Opera de Nueva York, la Royal Opera House de Londres, el Teatro alla Scala de Milán y el Teatro Colón de Buenos Aires.

Rescate patrimonial

Andrea Blanco Calderón, coordinadora General Estratégica de Desarrollo Social, explicó que el reestreno es un rescate patrimonial. 

La partitura, con libreto de Antonio Guzmán Aguilera, se localizó en 2020 por Rooney Josué Hernández Villanueva, quien realizó la edición crítica. El full score se encontraba en poder de la familia de Moreno Torroba y fue cedido a la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE).

El secretario de Cultura, Gerardo Ascencio Rubio, destacó que “montar esta obra para nosotros, exactamente, 78 años después de su estreno y reestrenarla aquí en Guadalajara, donde no se presentó, realmente es un gusto, un honor y un aliciente para presentar a un público que tiene mucho tiempo y una larga tradición de gusto por el género de la zarzuela y por el género de la ópera en general”.

Plácido Domingo asistirá a la función

La producción reunirá a más de 130 artistas en escena, entre ellos 70 músicos de la Orquesta Sinfónica para la Escena de Jalisco y de la Orquesta Típica del Estado, 50 integrantes del Estudio de Ópera de Jalisco, el Coro del Estado y el Coro del Tec de Monterrey, todos bajo la dirección musical de Allen Vladimir Gómez Ruiz.

La dirección escénica estará a cargo de Leopoldo Falcón, conocido como “El Hombre Zarzuela de México”. La obra se presentará en tres actos que combinan la tradición española con aires populares mexicanos, en particular el son jalisciense.

Función especial

Plácido Domingo confirmó su asistencia como invitado de honor, en un evento que también representa un homenaje a la trayectoria de su madre. “El Orgullo de Jalisco” no figuraba hasta ahora en los catálogos internacionales de zarzuela, por lo que su reaparición en Guadalajara adquiere un carácter de rescate histórico y artístico.

La función está programada para el 14 de septiembre a las 18:00 horas en el Teatro Degollado. Los boletos están disponibles en Boletomovil.com y en taquillas del recinto, con precios que van de 50 a mil pesos.

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