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Esta película inauguró la Época de Oro del Cine Mexicano

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Entre 1936 y 1956 la industria cinematográfica en México alcanzó uno de sus mejores momentos, la Época de Oro del cine mexicano.

La primera película que formó parte de aquella lista de filmes celebres y que tuvo una gran aceptación tanto por el público nacional como por el extranjero, fue la obra de Fernando de Fuentes “Allá en el Rancho Grande” estrenada en 1936.

Es precisamente a raíz de su éxito taquillero que se traza el inicio del desarrollo de la industria cinematográfica mexicana; pues la cinta al haber sido exhibida en gran parte del continente americano puso en muy alto el nombre de México como productor de películas, consideración que se vendría a fortalecer a causa de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) que paralizó la industria fílmica en Alemania, Francia, Inglaterra y Estados Unidos.

Toda película nacional que se produjo en aquellos años buscó luchar por el engrandecimiento de la industria cinematográfica del País; sin embargo, llevar a cabo la producción de una película era una proeza comprometedora ante la falta de recursos de las recién iniciadas productoras nacionales que en ocasiones no recuperaban en la taquilla lo que habían invertido.

 

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Conquistó latitudes 

Esta situación se vería finalizada por el apoyo que proporcionaría el Estado, medida fundamental para levantar la industria del cine, que hasta ese momento se había canalizado sólo a la creación de espacios que exhibían películas alquiladas o adquiridas a reconocidas casas productoras de los Estados Unidos como la Triangle Film, Paramount Pictures, Fox Film Corporation así como a la productora francesa Pathé.

La investigadora María de la Cruz Castro Ricalde refiere que otra de las características de la cúspide del cine mexicano corresponde a la amplia aceptación que tuvieron los filmes no sólo en el mismo territorio, sino en otras latitudes de América Latina e incluso en los Estados Unidos, lugar que para ese tiempo ya era considerado referencia de la industria del séptimo arte por sus múltiples y afamados estudios fílmicos ubicados en Hollywood, California.

 

En el Archivo General de la Nación

El fondo documental Lázaro Cárdenas del Río, del Archivo General de la Nación, da cuenta de la evolución que paulatinamente alcanzó el cine mexicano, así como el interés que mostró el gobierno de aquel tiempo por apoyar dicha industria. En 1939 que se llegó a dos consideraciones: la necesidad de crear un banco para financiar a los productores y consolidar una Cámara de Comercio Cinematográfico, por lo cual ese mismo año se dio vida a la Financiera Cinematográfica Nacional (FCN), compuesta por el  51% del capital público proveniente del Gobierno Federal, del Banco Nacional Obrero y otras instituciones nacionales de crédito, mientras que el 49% de inversión procedía de los productores y otros particulares.   

Con ello el Poder Ejecutivo se situaba como promotor de la industria cinematográfica en México y, por tanto, gerente destinado a decidir qué estaba permitido y prohibido exhibir en los cines ya que el Consejo de Administración de la FCN, encargado del crédito, control y distribución, estaba compuesto por dos consejeros del Gobierno Federal, tres de los accionistas particulares y uno de los trabajadores y técnicos de la industria.

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Cárdenas dio visto bueno

Este control del Estado se manifestaba desde la llegada de la maquina fílmica a nuestro país, pues desde un inicio se le consideró una herramienta que podía transmitir fácilmente ideas a las masas por lo cual su control y apoyo fue tema prioritario del Gobierno. Asimismo, una de las políticas que estableció Lázaro Cárdenas con relación al cine nacional fue decretar «que al menos una película nacional, debía estrenarse en cines de categoría» y que los cines del país estaban obligados a exhibir películas nacionales con penas económicas para los exhibidores que se negaran hacerlo.

En esta etapa destacaron películas que buscaban promover la cultura, la moral y el nacionalismo, este último relacionado a la independencia económica de México, ante el acontecimiento reciente de la expropiación petrolera que se había vivido en marzo de 1938. Cabe señalar que se dieron casos en los cuales antes de hacer circular una película en las principales salas del País y del extranjero, esta llegaba a la Casa de los Pinos donde el presidente Cárdenas emitía su punto de vista como cinéfilo y daba su visto bueno para su estreno, así sucedió con «Allá en el rancho grande».

Lo bueno y lo malo del cine

En fuentes documentales sobre el cine nacional del Archivo General de la Nación (AGN) se muestra “lo bueno, lo malo y lo feo” del cine mexicano, pues mientras que en el fondo documental Presidencia conocemos el apoyo e impulso por parte del Estado hacia la industria, en los expedientes del fondo de Investigaciones Políticas y Sociales  (IPS), se revela aquella política de censura que aplicó el gobierno.

 

Vía Archivo General de la Nación 

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Etiquetas: Entretenimiento      GoodNews 

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