Las mejores lecturas de 2017

15 Mejores lecturas…
Como es una costumbre en diversas partes, es muy común comenzar a hacer los rankings de lo mejor que nos dejó el 2017 y apuntando a que venga un gran 2018. A mí me corresponde hablar de libros, como todo este año lo he hecho en este espacio en el que Cuarta me ha permitido escribir sobre este hobbie que me apasiona, que es la literatura.
Por eso he decidido hacer esta lista de lo mejor que leí a lo largo de este 2017. Aclarando. Este es un Top 15 de los mejores libros que leí durante el año, no precisamente que se publicaron durante el 2017, más bien son los que tuve la oportunidad de leer y realmente me gustaría compartir contigo, esperando que me puedas dar tú también tu lista (sí, te hablo a ti, a quien está leyendo esto).
Decidí hacer 15, porque de pronto siento que fue un año muy bueno en cuanto a lectura y pude hasta a hacer un Top 20, y es que a pesar de que siento disminuí en cuanto a cantidad, mejoré mucho de calidad. Sin mayor preámbulo les comparto este recuento, y que como dije, podría funcionar como lista de deseos para leer el próximo año y como un buen regalo de Navidad. Prometo que no se van a decepcionar.
15-La casa de la belleza. Melba Escobar
Fue una muy grata revelación encontrarme con este libro de una colombiana, mitad novela policíaca, mitad drama. Dibuja una realidad Universal que emana de suelo sudamericano. Personajes sumamente bien detallados, una mujer que lucha desesperadamente por salir adelante, pero que en su trabajo dentro de una estética, el lugar menos imaginado, vive el horror en carne propia. Más allá de lo entretenido que es, fue la revelación del año para mí, quiero leer más de esta escritora.

14-La banda de los niños. Roberto Saviano
No necesita presentación este maestro de la literatura italiana. Un personaje que ha sabido destapar el funcionamiento de la mafia de Italia en el presente. Aquí retrata a una banda de niños que decide tomar una salida sencilla en la vida, ir por el dinero fácil, convertirse en maleantes. Tiene pasajes que son desgarradores, que a la vez me remite a lo que pasa por este lado del mundo. El autor de Gamorra y Cocaína, lo ha vuelto a hacer, es una novela, sí, pero nada de lo que pasa en las páginas es ficción. Duro e imprescindible.

13-Domingo de Revolución. Wendy Guerra
Esta escritora, siempre lo digo con gusto, me parece la voz de mayor influencia en la literatura cubana y una de las grandes creadoras de Latinoamérica. Aquí, nuevamente, se convierte en protagonista de una historia (con el nombre de Cleo) en la que cuenta su relación de amor-odio que tiene con la isla, de hablar de frente de qué es lo malo que tiene Cuba, pero también de las bondades. La voz de una poeta que es acusada de ser exitosa por culpa de los Estados Unidos, una y otra vez será perseguida, mientras ella va por la vida saboreando cada momento.

12-Camille. Pierre Lemaitre.
Nueva entrega de la saga que ha creado este escritor francés, multipremiado, sobre el detective Camille, que nuevamente mantiene el suspenso y lo vuelve a dejar en claro: es una pluma maestra de la novela negra. Lleno de giros de tuerca, emocionante de principio a fin, intrigante, pero lo mejor de todo es que aquí no hay héroes, es muy delgada la línea entre lo bueno y lo malo y nadie está exento de la tragedia. Sin duda es una saga que ya espero que entregue más tomos. Hay mucha tela que cortar y cada vez se pone mejor.

11-Uncle Bill. Bernardo Fernández BEF
Una novela gráfica tenía que aparecer aquí. Y que mejor que de el que hoy en día considero que es la mente más creativa que tiene México, BEF es un talento único. Soy un fiel seguidor de sus novelas, pero siempre ha quedado claro que lo suyo son los cómics. Y esta es una obra maestra. Es la historia de cómo el propio autor sigue los pasos, mientras narra pasajes claves de su vida, del escritor estadounidense William Burroughs y su paso por México. Increíblemente dibujada y con personajes icónicos que vale la pena descubrir cada página.

10-Los siete años de abundancia. Etgar Keret
Este escritor israelí lo tengo en mi lista de favoritos. Aquí se sale de lo común, pues deja de lado sus cuentos llenos de magia, para hacer un compilado de relatos de su vida cotidiana, su relación con su hijo, del sistema militar de su país, de sus charlas con taxistas que hasta deja pasar al baño. Es única la forma que tiene para narrar este señor, le saca jugo incluso a la situación más sin gracia. Mi favorito es como piensa que lo discriminan en un restaurante alemán por ser judío, de esos libros que vale mucho la pena tener en el librero y presumirlo.

9-El cuerpo en que nací. Guadalupe Nettel
Siempre me sorprende lo que Nettel tiene que decir, una escritora mexicana que se sale del molde y de arquetipos. Aquí hace un repaso autobiográfico de cómo vivió su infancia, lo genial es que lo escribe en forma de que el lector está escuchando atentamente en diván. Todo gira alrededor de un defecto en el ojo, de multiculturalidad, de cómo es vivir en México y de pronto en Europa. Nettel viene a pasos agigantados consagrándose como una de las mejores escritoras del país.

8-Tres días y una vida. Pierre Lemaitre
Más allá de Camille y su saga. Lemaitre me regaló un momento muy grato con esta historia, que sí, también es policíaca. Pero es un relato íntimo, de un niño que asesina accidentalmente a otro pequeño, toda la novela es su sentimiento de culpa, lo que sucede a su alrededor, sus ganas de huir, sus traumas. Es traumatizante ver el desarrollo psicológico. Lo mejor es que la historia se cuenta en tres partes de la historia de su vida. Una obra única.

7-Te vendo un perro. Juan Pablo Villalobos
Otro de los grandes descubrimientos que tuve este año, fue el jalisciense Juan Pablo Villalobos. Después de darle muchas vueltas y no animarme, por fin encontré a este señor. Sus libros están llenos de momentos cómicos y sumamente amenos, aquí presenta a una serie de viejitos retirados, uno que en su tiempo vendió tacos de perro, muy a la mexicana. Mormones, comunistas, amores y desamores y un misterioso club de lectura hicieron que este libro me lo devorara página a página.

6-El motel del Voyeur. Gay Talese.
El nombrado como el mejor periodista del mundo, se aventuró a presentar una historia terrorífica, que deja la sangre helada. Que da coraje, que duele, que intriga, que todo, lo peor es que es real y tiene cómo demostrarlo, a pesar de las polémicas que han envuelto a este libro. Se trata de cómo Talese se entrevista con un personaje bastante bizarro, el dueño de un motel que tiene una amplia necesidad de husmear en la vida de los demás, pues eso le excita. Adaptó su motel para poder vigilar cada paso de sus huéspedes, presenciando cosas más allá de lo puramente sexual. De verdad da impotencia leerlo.

5-No voy a pedirle a nadie que me crea. Juan Pablo Villalobos
Uno más del de Lagos de Moreno. Esta es una novela ganadora del Herralde, eso le da puntos extra. Realmente es muy buena, aquí se sale de México para presentarnos su mirada de Barcelona. Un estudiante que se enreda en malos pasos sin querer queriendo, todo por quedar bien con el primo. Una mamá metiche, una novia intensa que al final conoce lo que son los okupa. Enredos, vueltas de tuerca, y el gran sentido del humor de Villalobos son los ingredientes para este extraordinario libro.
4-El salvaje. Guillermo Arriaga
La mano derecha de Alejandro González Iñárritu en sus exitosas películas Amores Perros, 21 gramos y Babel, ha hecho una carrera como un importante guionista. Pero en la literatura no desentona, aquí presenta una novela dura, desgarradora, un drama muy fuerte, en donde somos testigos de cómo un joven busca hacer justicia por propia mano, enfrentándose a la corrupción policial y a los pandilleros que abundan. Huérfano, no le queda más que intentar limpiar el nombre de su familia, acompañado de un perro-lobo y de un amor que viene y se va. Un domador, enfrentando a unos asesinos que lo hicieron en nombre de Dios. Hay muchos temas, pero todos encajan perfectamente. De verdad de las mejores novelas mexicanas de la historia.

3-La pena máxima. Santiago Roncagliolo
Una novela policíaca espectacular. Roncagliolo narra la persecución militar en Perú, y algunos otros puntos de Sudamérica, mientras se realiza la copa del Mundo de Argentina 78´. Cada juego de Perú es un pasaje en esta historia en la que un hombre común, que no es detective, no sabe cómo tratar a una dama y que vive con su madre, quiere desentrañar el asesinato de una mujer y la desaparición de bebés. Para los que gustan del fútbol y las buenas novelas, aquí está un imperdible.

2-La efeba salvaje. Carlos Velázquez
Velázquez,el rey de los irreverentes vuelve al ataque con esta obra maestra, que insisto no es para cualquiera, no es fácil digerir su humor negro, oscuro como la noche. Un compilado de cuentos que se escapan al común, son historias plagadas de humor y momentos absurdos, pero que simplemente son adictivos, así como todas las adicciones que tiene su creador (bueno, tenía), y es capaz de transmitirlo al lector. Una vez que lees a Velázquez te haces adicto, se los firmo. De las historias y personajes, mejor te invito a leerlo y no doy spoilers.

1-El laberinto de los espíritus. Carlos Ruiz Zafón
Simplemente el mejor, el más esperado, el más todo. El desenlace de la saga del Cementerio de los libros olvidados, que comenzó con La sombra del viento, nos trajo el Juego del ángel y El prisionero del cielo. Zafón cierra con maestría y casi mil páginas que se van como agua. Personajes únicos, y los de siempre. Fermín, Sampere y ahora una extraordinaria Alicia Gris, es un cerrojo magistral, no hay cabos sueltos e incluso concluye con el que me parece es el mejor libro de este escritor catalán. Se agradece que esta saga tan famosa se la haya dedicado a los libros y el amor por la literatura. Es sumamente disfrutable. No me decepcionó y me emocionó como la primera vez.

Gracias a ti que me lees por haberme acompañado este año. Espero que el #Laberinto crezca y traiga nuevas historias que te gusten principalmente a ti, que te tomas un tiempo en leer estas líneas, porque para eso lo hago, para compartir, dialogar y seguir hablando del amor que le profeso a los libros y que sé que tú también.
Felices fiestas y que venga un gran 2018 de muchos libros, muchas historias y mucho éxito siempre, que ese no falte. Disfrutemos en familia, amor y paz estos días del año.
Nos leemos el próximo año. Gracias por acompañarme en esta aventura, espero volver recargado y con más que contar y retroalimentar contigo.
Óscar Beltrán ha trabajado en medios impresos y radiofónicos como reportero en las fuentes de cultura, policíaca y deportiva. Ahora se desempeña como editor en jefe de la aplicación para smartphone «Plans».
El arte tiene la capacidad de sanar: Ismael Vargas

Con 60 años de carrera sobre sus hombros, el maestro Ismael Vargas aún se emociona con la idea de inspirar a otras y otros —los más jóvenes, principalmente— a replantearse el mundo que los rodea a partir de la contemplación y el contacto con el arte.
“Tengo la esperanza de que el arte sea capaz de distraerlos. O sea, tengo la ilusión de poder rescatar su atención”, dice en entrevista exclusiva para Siker.
Con ese propósito, el destacado pintor tapatío se embarcó en la preparación de una exposición retrospectiva, titulada La vida: Tiempo codificado en la que reunirá 25 obras realizadas en distintos momentos de su trayectoria como artista, y que será exhibida en la Universidad Panamericana Campus Guadalajara a partir del próximo martes 4 de noviembre.
Nacido en 1947 —cineasta, escritor, pintor y escultor—, Ismael Vargas encontró su vocación a los 13 años de edad, enamorado de las pinturas que se imprimían en las cajetillas de los cerillos con que su madre encendía la estufa.
Con la certeza inequívoca de que la pintura era el camino natural que le trazaba la vida, plasmó desde sus primeros lienzos las acumulaciones de objetos que atiborraban los puestos del mercado San Juan de Dios que visitaba de niño.
Sus obras están llenas de pequeñas palomas de barro, muñecas de cartón, trompos, canicas, mariposas y carritos de madera; acumulados de forma obsesiva como se acumulan las plegarias en las capillas o los Om en los monasterios. Una especie de vibración pictórica.
“Es una especie de mantra (…) Es una vibración. Cada vez que yo hago un cuadro, trato de que vibre”, dice y luego sostiene: “Ahora te puedo decir, 60 años después, que he comprobado que el arte tiene la capacidad de sanar a través de la contemplación”.
Iniciaste tu carrera a los 13 años, ¿cómo comenzó todo?
Por frustración. Yo quería ser torero. Y cuando me enfrenté a un becerro, salí corriendo, y supe que me gustaba ver los toros desde la barrera. Luego quise ser cantante de ópera y no canto ni las de Cri-Cri. Por entonces, tenía tiempo de coleccionar y recortar las portadas de los cerillos Clásicos de Lujo que traían reproducciones de pinturas. Y yo no tenía libros de arte, pero hice una especie de libro de arte al pegar todas estas cartitas en un cuaderno. Y entonces, le pregunté a mi papá que qué era eso, y me dijo: es un bastidor en donde se monta una tela y con pinceles y colores se pinta lo que tú quieras. Eso me pareció magnífico. Y le dije: ¿me ayuda a intentar hacer uno? Y me dijo: sí, hagámoslo. Entonces hicimos un bastidor, con un costal de azúcar, lo abrimos, y eso fue lo que montamos.
¿Y qué pintaste?
Bueno, la ignorancia es atrevida. Copié nada menos que Santa Ana, la Virgen y el Niño (de Leonardo da Vinci). Fue maravilloso; al estarlo haciendo, durante el tiempo que duré haciéndolo, me pareció mágico. Era indescriptible la sensación que estaba viviendo. No solo en el acto, sino después del acto de pintar, todo el tiempo que estuviese en contacto con la obra.
¿Qué te ocurría? ¿Una especie de abstracción del mundo?
No. Al contrario, al contrario. Era la sensación de sentirme integrado, yo que siempre me sentí desintegrado del mundo. Me sentía parte del universo cuando me ponía a pintar. Y entonces, simplemente dije: yo quiero hacer eso.
Claro, inmediatamente después, porque tengo ese carácter, pensé: ¿pero yo qué voy a hacer? Ya existe Leonardo da Vinci, Rembrandt, Van Gogh… Todos los artistas que admiro. ¿Y yo qué? Afortunadamente, una voz interior me dijo: No vas a competir, no son las olimpiadas. El arte no es saber quién llega primero o quién puede más, sino es hablar de las cosas que emocionan. Ninguno de ellos nació en una vecindad, cerca del mercado San Juan de Dios, como tú. Y entonces, eso me dio la base de mi trabajo.
¿Tu entorno? ¿Tu contexto específico?
Sí. Mi trabajo es la acumulación, tanto de la fruta, de las máscaras, de las muñecas de cartón, así, como en los mercados, que todo lo hacen en rumas. Yo no pinto una manzana ni un cántaro, sino miles. Y esa fue mi solución para trabajar.
Han pasado décadas y te ha tocado ver periodos muy interesantes de México y el mundo. ¿Hay algún periodo en el que estuvieras desarrollando tu obra y te sintieras especialmente interesado?
No, siempre he ido desfasado en el tiempo. Yo no voy con el tiempo en que vivo. Mi interés es hacer algo que te emocione y que te haga sentir bien cuando lo ves, nada más. Yo no tengo mensajes que mandar ni mucho menos mensajes políticos. Es simplemente hacer un jardín y mostrártelo para que lo contemples.
¿Se trata solo de la contemplación?
Sí. Ahora te puedo decir, 60 años después, que he comprobado que el arte tiene la capacidad de sanar a través de la contemplación.
¿Cómo exactamente?
Pues, contemplar una obra puede transformarte. Transformar tu estado de ánimo de manera que tus defensas te protejan de una enfermedad o te eliminen un malestar. No estoy hablando de medicina. Estoy hablando del alma y de las emociones, pero es físico también, es físico. Tu sistema inmunológico se fortalece al ver algo que te emociona. Por lo tanto, te alivia.
Tu obra es particularmente bella, colorida, alegre…
Obsesiva. Es una especie de mantra. Esa es la otra parte que cura. Es una vibración. Cada vez que yo hago un cuadro, trato de que vibre. Y nosotros somos vibración, nosotros somos polvo de estrellas. Las plantas son polvo de estrellas, las piedras son polvo de estrellas. Lo que nos diferencia es la vibración. Vibramos a diferentes velocidades y por eso las plantas son como son y nosotros como somos.
Cuando una obra es oscura o violenta, ¿actúa a la inversa?
No, no, no. También puede ser sanadora. La imagen no tiene que ver con lo que a ti te sucede. Es un espejo. Depende del espectador. No es importante lo que nos sucede, sino lo que hacemos con lo que nos sucede. Yo, por las características de mi educación y mi contexto, podría ser un asesino. Tengo el derecho de matar. Pero, preferí hacer un jardín.
Tienes una nueva exposición en puerta. ¿Cómo nació el proyecto?
Por una invitación de la Universidad Panamericana que está interesada en abrir un ala de la universidad para el arte. Me preguntaron que si me gustaría participar en una exposición y acepté.
¿Por qué te gustó la idea?
Por el contacto con la juventud, que no va a las galerías. Entonces, pues, si la montaña no viene a mí, yo voy a la montaña.
¿Cuál es el concepto de la exposición?
Es una especie de retrospectiva porque son piezas de distintas épocas: papeles, óleos, esculturas, todas las técnicas que he trabajado. Obras desde el (año) 72’ hasta obras contemporáneas, hechas el mes pasado.
Vamos a ver una línea de tiempo de 60 años de carrera…
Sí. Sesenta y dos años de carrera. Van a hacer falta algunas obras, de una etapa en que trabajaba piezas gigantescas.
¿Qué pasó con esas obras? He visto algunas y son impresionantes.
Tengo algunas, pero no hay espacio para exponerlas. Son obras monumentales de 12 metros.
Hablemos de los tiempos que corren. Me decías que los chicos no van a las galerías. Fue justamente eso lo que te interesó de esta nueva exposición; poder acercarte a los jóvenes con tu obra.
Sí, porque tengo la esperanza de que el arte sea capaz de distraerlos. O sea, tengo la ilusión de poder rescatar su atención.
Claro que está terrible, porque hace muchos años que nos están destruyendo, nos han hecho indiferentes, nos han estupidizado. Y si algo es importante es la curiosidad. Para que tú inventes un avión, tienes que tener la curiosidad de saber hacerlo que vuele y que no se te caiga.
En este caso, no me interesa que sean pintores. Lo que me interesa es que vean otra opción del mundo. Si una obra mía despierta su creatividad en el terreno que sea… a lo mejor no van a pintar, si no, van a manejar un aparato digital maravilloso que va a hacer algo holístico, qué sé yo.
Ese tipo de cosas ocurren con el arte…
Así es, exacto. En eso creo.
¿Hay planes a futuro con la exposición?
Sí, parece que estará en la Universidad (Panamericana Campus Guadalajara) hasta diciembre, y después se la van a llevar a la Ciudad de México y a algunos otros lugares.
¿Eso te emociona?
Sí. Por lo mismo. No me importa que no esté a la venta mi obra, que no me compren. Eso nunca me ha interesado. Me interesa la posibilidad de que a algún niño, a algún joven le cambie la vida.

Tendrá reestreno mundial la zarzuela El Orgullo de Jalisco en el Teatro Degollado

El próximo 14 de septiembre, el Teatro Degollado será escenario del reestreno mundial de la zarzuela El Orgullo de Jalisco, del compositor español Federico Moreno Torroba, con la presencia del tenor Plácido Domingo como invitado de honor.
La obra vuelve a los escenarios tras 78 años de su estreno en el Teatro Arbeu de la Ciudad de México.
La puesta en escena contará con la mezzosoprano Nancy Fabiola Herrera en el rol de Cristina —papel que en 1947 interpretó Pepita Embil, madre de Plácido Domingo— y con el barítono mexicano Luis Ledesma como Paco Aldana.
Ambos artistas han desarrollado una destacada trayectoria en escenarios internacionales como el Metropolitan Opera de Nueva York, la Royal Opera House de Londres, el Teatro alla Scala de Milán y el Teatro Colón de Buenos Aires.
Rescate patrimonial
Andrea Blanco Calderón, coordinadora General Estratégica de Desarrollo Social, explicó que el reestreno es un rescate patrimonial.
La partitura, con libreto de Antonio Guzmán Aguilera, se localizó en 2020 por Rooney Josué Hernández Villanueva, quien realizó la edición crítica. El full score se encontraba en poder de la familia de Moreno Torroba y fue cedido a la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE).
El secretario de Cultura, Gerardo Ascencio Rubio, destacó que “montar esta obra para nosotros, exactamente, 78 años después de su estreno y reestrenarla aquí en Guadalajara, donde no se presentó, realmente es un gusto, un honor y un aliciente para presentar a un público que tiene mucho tiempo y una larga tradición de gusto por el género de la zarzuela y por el género de la ópera en general”.
Plácido Domingo asistirá a la función
La producción reunirá a más de 130 artistas en escena, entre ellos 70 músicos de la Orquesta Sinfónica para la Escena de Jalisco y de la Orquesta Típica del Estado, 50 integrantes del Estudio de Ópera de Jalisco, el Coro del Estado y el Coro del Tec de Monterrey, todos bajo la dirección musical de Allen Vladimir Gómez Ruiz.
La dirección escénica estará a cargo de Leopoldo Falcón, conocido como “El Hombre Zarzuela de México”. La obra se presentará en tres actos que combinan la tradición española con aires populares mexicanos, en particular el son jalisciense.
Función especial
Plácido Domingo confirmó su asistencia como invitado de honor, en un evento que también representa un homenaje a la trayectoria de su madre. “El Orgullo de Jalisco” no figuraba hasta ahora en los catálogos internacionales de zarzuela, por lo que su reaparición en Guadalajara adquiere un carácter de rescate histórico y artístico.
La función está programada para el 14 de septiembre a las 18:00 horas en el Teatro Degollado. Los boletos están disponibles en Boletomovil.com y en taquillas del recinto, con precios que van de 50 a mil pesos.
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